Luis del Val: "Grande-Marlaska, cada día más pequeño, es un juguete roto convertido en gañapo por Sánchez"

Pero asegura el profesor que "no merece la pena pedir su dimisión"

Luis del Val

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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en el todavía ministro del Interior, Grande-Marlaska:

[ESCUCHA AQUÍ LA IMAGEN DEL DÍA DE LUIS DEL VAL EN "HERRERA EN COPE"]

"No pierdan el tiempo pidiendo la dimisión de Grande-Marlaska, cada día más pequeño. Tiene una biografía valiosa, porque contribuyó al asentamiento de la Transición, siendo juez en el País Vasco, en un tiempo en que ser juez allí, era jugarse cada día la vida, junto a los escoltas, los policías con los que ahora se enfada con ellos.

Fue un valioso miembro del Consejo General del Poder Judicial, y esa andadura la ha ido desflecando desde que es ministro de Interior: por presionar a la prevaricación a la Guardia Civil; por sectarismo ante violencia, si las víctimas son de derechas, y ya, la última, pedir que no frivolizáramos sobre el falso delito, cuando hacía unas horas fue el rey de la Frivolidad, al nombrar a un partido político como causante de la generación del odio que concluye por agredir a homosexuales.

No hay ningún ministro de Interior de la Unión Europea que haya cometido ese disparate. Y, encima, ayer, dijo que no, que no lo había dicho, como si en lugar de ser el ministro de Interior de España fuera un niño malcriado y mandarín. No pidan su dimisión. Cualquier día, Sánchez lo despachará, como hizo con Juan Carlos Campo, después de ordenarle hacer ese trabajo sucio que le ha despojado de cualquier respetabilidad ante sus compañeros.

No pidan la dimisión del ministro de Interior que permite la celebración de días de odio contra la Guardia Civil, y homenajes a los asesinos que, cuando él estaba destinado en el País Vasco lo tenían amenazado, y negocia acercamiento de presos con los palmeros y admiradores de esos asesinos. No merece la pena.

Tiene ya ese aspecto del boxeador sonado que recorre el ring sin saber dónde está el contrincante, porque ignora que esa sociedad tan maniquea como falsa no existe, y que hay socialistas a los que les gustan los toros, y dirigentes del PP que son homosexuales, y personas de izquierda que niegan el cambio climático, y votantes de derecha que hacen la compra y cocinan, y no maltratan a su mujer, y que la gente no se levanta por la mañana preocupada por saber dónde estará enterrado su bisabuelo, fusilado en una guerra que terminó hace 82 años.

Es un juguete roto, una víctima más de ese presidente ególatra y mentiroso, que usa a los ministros y los convierte en guiñapos. No pidan la dimisión del guiñapo. No merece la pena".

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