Del Val: “Con 3.250.000 de parados y no hay un 3% que arrime el hombro para que las cosechas no se pierdan"

3.250.000 parados registrados, con nombres y apellidos, resulta inquietante no encontrar a un 3% que arrime el hombro y ayude con las cosechas

Luis del Val

Publicado el - Actualizado

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Aunque soy de letras, hay algunas cifras de la matemática más elemental que me producen asombro. Por ejemplo, hay 3.250.000 parados en España, pero es probable que el níspero de Alicante, la cereza del Jerte y del Ebro, el albaricoque de Aragón, y un largo etcétera, se queden en los árboles, porque todos los años venían 100.000 inmigrantes a echar una mano de temporeros, y este año, por el coronavirus, tienen cerradas las fronterasRepito, 3.250.000 parados registrados, con nombres y apellidos, pero entre esos más de tres millones es imposible encontrar a un tres por ciento que arrime el hombro para que las cosechas no se echen a perder. Ya hemos echado a perder la temporada de turismo, ya hemos arrasado el sector de la automoción y, una vez castigada la industria y los servicios, vamos a arruinar también a la agricultura y a la ganadería, que ya venían arruinadas desde hace diez años, cuando lo del coronavirus estaba en una fase en la que ni habían nacido sus padres.

Entre los tres millones de parados, habrá algún caradura

Antes de que el sindicalista de guardia ponga sus prejuicios a remojar, porque su susceptibilidad le indique que soy un ogro capitalista que voy a criticar a la clase trabajadora, le quiero decir que conozco el paro, que lo he sufrido, y que alguien muy próximo de mi familia lo soporta en estos momentos, y me conozco muy bien la frustración, la rabia, la impotencia, las dudas sobre la propia valía que asaltan a cualquiera, con un mínimo de pundonor. Y que ninguna persona normal tiene como objetivo llegar a ser un parado, pero también me consta que, si entre doce apóstoles salió un Judas, entre más de tres millones de parados, por simples razones de estadística, también habrá algún caradura. Lo digo, en un momento en que el vicepresidente del Gobierno quiere regalarnos a todos una renta básica universal, seamos proletarios o hijos de rico, sin saber que ese dinero tiene que salir de nuestros bolsillos, del padre rico, y, también, del proletario padre con hijo proletario, porque el comunista vintage piensa que el dinero viene por el aire, y él está destinado a dárselo y quitárselo a quién le parezca.

Me parece bien que, de manera transitoria, se ayude económicamente a los más perjudicados, pero de manera transitoria, porque podríamos establecer esa perjudicial cultura de la peonada que ha llevado algunos niños, en clase, a decir -cuándo les preguntaban a qué se dedicaba su padre- que su padre trabajaba en el paro.

Resulta inquietante que con 3.250.000 parados, tengan que venir 100.000 temporeros de Marruecos a recoger las cosechas. Y que, si no pueden venir, se pudran los frutos en los árboles. Es que, sólo si el 3% diera un paso al frente, se solucionaba el problema. ¡El 3%! O sea, que diría una ministra de la que no quiero acordarme, tomas a 100 parados, los cuentas, y del uno al 97, inclusive se pueden ir a su casa, pero a tres de ellos se les trata de convencer que les podrían trasladar a las afueras de la ciudad o a un pueblo cercano para que durante unos días dejaran de ser parados. Es tan razonable que a nuestro vicepresidente del Gobierno le puede parecer un abuso capitalista.

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