Luis del Val: "Como la cabra tira al monte, el buen comunista tira hacia la expropiación"

Ya puedes escuchar 'La fotografía' de Luis del Val del 30 de septiembre de 2021

Luis del Val

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De la misma manera que la cabra tira hacia el monte, el buen comunista tira hacia la expropiación. Aquí no hemos llegado al grosero imperativo de Maduro que ordenaba “¡Exprópiese!” ante la visión de un edificio o de una finca, pero hay una ministra que pretende expropiar los beneficios de las empresas, y el Gobierno social-comunista prepara una ley de expropiación de la vivienda a la que va a titular con la caritativa denominación de Ley de la Vivienda de Alquiler.

esos partidos políticos que en los países comunistas están prohibidos. En el capitalismo, las empresas que ganan dinero aseguran el puesto de trabajo a sus empleados, al crecer, aumentan la plantilla y, al ganar dinero, pagan más impuestos que sirven para que el Estado pueda pagar el sueldo a los profesores, subvencionar el transporte público, construir carreteras, ampliar aeropuertos, siempre que los tontos secesionistas no se opongan, etcétera.

Tenemos una ministra comunista que quiere expropiar los beneficios de las empresas

Bueno, pues tenemos una ministra comunista que quiere expropiar los beneficios de las empresas, y otras que preparan la expropiación de las viviendas de alquiler. De momento, no ordenarán a una pareja de la guardia civil que acuda al domicilio del propietario de un piso vacío y le conminen a que ponga el piso de alquiler al precio que hayan decidido los comunistas, pero el resultado será el mismo, a través de multas, coerciones inconstitucionales, y otras maniobras comunistas que han convertido a Venezuela, Corea del Norte y Cuba en esos paraísos hacia los que el buen comunista español nos quiere encaminar.

Venezuela, Corea del Norte y Cuba en esos paraísos hacia los que el buen comunista español nos quiere encaminar

Todas estas cosas no las sentimos en nuestro cuerpo serrano, de momento, pero los alquileres subirán por su escasez, y la inversión que viene del exterior preferirá llevar el dinero a otros países donde los gobiernos no estén regidos por ministros entusiastas de la expropiación. Y, de la misma manera, los que nos prestan dinero, elevarán los intereses. O sea, puede que alguien, amigo del buen comunista, consiga un chollo de alquiler, pero todos seremos más pobres. Y menos libres.