Luis del Val: "Cuanto más habla Ortega Smith, más echo de menos a Espinosa de los Monteros"
Además, también ha explicado el profesor en 'Herrera en COPE' que la trayectoria de Dolores Delgado "es defectuosa e incorrecta, irregular y contaminada"
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El entusiasmo de la Portavoz del Gobierno por halagar la carrera del Fiscal General del Estado, le llevó a mentir en una de sus primeras comparecencias, calificando su trayectoria de impecable e impoluta. No, no es impecable, o sea, exenta de tacha; ni impoluta, es decir, limpia y sin mancha, porque el Tribunal Supremo ha anulado el nombramiento de Doña Dolores Delgado -su antigua jefa, que lo nombró a él- por desviación de poder.
Es decir, que su trayectoria es defectuosa e incorrecta, irregular y contaminada. Pero el entusiasmo de doña Pilar, no es nada comparado con el entusiasmo de la comunista con fondo de armario, doña Yolanda, que ha acusado de genocidio a Israel. Los de Hamás, los que obligaron a algunos de los niños que secuestraron a contemplar las matanzas en el kibutz, grabadas en vídeo, son pedagogos salesianos, y aspirantes al premio Nobel de la Paz.
Pero, como el entusiasmo es contagioso, un político ha dicho que el PP es como un corral de gallinas, que ponen huevos, pero no los tienen. No, no, la frase no es de Óscar Puente, aunque tiene sus hechuras, sino de Ortega Smith, que cuanto más habla, más echo de menos a Espinosa de los Monteros.
Le brindo esta anécdota al especialista en huevos: había una gallina vieja, quien presumía de que su docena de huevos valían en el mercado 4,50 céntimos, porque eran muy gordos, mientras los de la gallina joven, se vendían a 3,90, porque eran más pequeños. Y tan harta tenía a la gallina joven con lo del tamaño de los huevos, que le dijo a la gallina vieja: “¿Sabes qué te digo? Que por sesenta céntimos no me estropeo yo el culo”.
Y porque el presidente del PP es más de muñeira, pero si fuera de mi tierra aragonesa, allí, cuando alguien fanfarronea sobre el tamaño de los huevos, le suelen cantar esta jota: “Debajo de mi balcón/ tengo un nido de jilgueros/ y te ruego Ortega Smith, que no me toques los huevos”. El premio Nobel, Camilo José Cela, publicó en 1964, en plena Dictadura, su diccionario secreto, y en la portada del libro se veía un huevo con patas. Allí aprendimos mucho de huevos, jactancias, y bravuconadas.
Y que, como dice Pedro Ruiz, que, por cierto, va a estrenar programa de televisión: “Para tener la lengua suelta, hay que tener el culo muy limpio”.