Luis del Val: "Hay días en que a los españoles nos cuesta mucho ir con ánimo a trabajar"

"Pero no nos queda más remedio que hacerlo para poder pagar el recibo de la luz", afirma el profesor

Luis del Val

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La directora de un periódico, que tuvo un papel admirable en la transición y la llegada de la Democracia a este país, pronuncia una conferencia en la que reclama un alto nivel de profesionalización de los medios. Me parece muy bien. Leo su periódico esta mañana y en la edición que me llega no aparece la noticia de que la Fiscalía ha desestimado la denuncia presentada contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, porque su padre, no ella, estaba relacionada con la empresa aval Madrid. La Fiscalía no encuentra indicios ni de alzamiento de bienes, ni de corrupción, ni de tráfico de influencias, ni administración desleal. Debe ser un descuido que la directora tendrá que investigar, porque la noticia merece la atención del periódico, desde los primeros días de agosto, y el 4 de septiembre, les pareció la noticia tan importante que la llevaron a portada. Una noticia en la portada es que se trata de una gran noticia. Insisto a ver si me he equivocado, pero no, en la edición que tengo no hay mención a que la acusación contra Isabel Díaz Ayuso se haya tumbado y no existe tal noticia. Insisto. Y, por fin, el encuentro reflejado en la edición de Internet, en la digital, no en el papel, que es el que se paga con dinero contante y sonante. De la portada a la edición digital.  

No es el único desaliento de la mañana. Me entero de que van a subir el recibo de la luz, porque el presidente en funciones -en funciones de mendigar su reenganche- ha decidido que paguemos a escote el beneficio de las empresas fotovoltaicas. Todavía recuerdo al aspirante a vicepresidente decir, con los ojos casi humedecidos, que él quería una España en la que la gente pudiera pagar el recibo de la luz. Cuando sea vicepresidente, igual se nos echa a llorar, porque va a ser más difícil pagar un recibo para el que tenemos que aportar 7.000 millones de euros en incómodos plazos mensuales. 

Más desalientos: en Zaragoza, asesinar resulta barato. Cinco años. Claro que el motivo eran unos tirantes con los colores de la bandera española. Desde luego, hay cosas que no se pueden aguantar, y el juez ha debido tener en cuenta el motivo justificado para quitarle la vida. Si la víctima, en cambio, hubiera sido homosexual o mujer, y hubiera llevado una bandera republicana, entonces le habría caído la permanente revisable, que es que hay cosas que tampoco se pueden aguantar cuando eres juez. 

Y todo esto sin necesidad de observar la marcha lenta e inexorable hacia un totalitarismo nacionalista en Cataluña y en el País Vasco, donde tendrán que llevar una estrella amarilla sobre la ropa los que no sean de la secta. El nacionalismo como religión, y los chamanes que lo dirigen compuesto de huidos, traidores, presidiarios y malversadores. 

Hay días en que a los españoles nos cuesta mucho ir con ánimo a trabajar, porque sabemos que con nuestra nómina y nuestro esfuerzo estamos pagándoles el sueldo y los privilegios a una pandilla de mamones. Pero es que, si no lo hacemos, no podremos pagar el nosotros el recibo de la luz, ése que Pablo Iglesias nos iba a rebajar. 

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