Luis del Val: "No podemos olvidar que Sánchez es doctor en Economía"

Luis del Val

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Se nota que vamos avanzando. Hace unas semanas de casi todos los problemas tenía la culpa Rajoy, pero ahora parece que la culpa es de Mercadona. Lo ha dicho Sánchez, y Sánchez, no lo olvidemos, es doctor en Economía, “Te lo juro de mi madre”, que dicen en el pueblo de mi tía Pascualina. Es decir, que si un doctor en Economía, como don Pedro, afirma que los problemas del campo son culpa de Mercadona, Supercor y Ahorra Más, sabe de lo que habla. También sabemos que Pedro Sánchez habló con la millonaria presidenta de la dictadura venezolana, según informa ABC de fuentes de aquel país. Así que no me extraña el enfado de José Luis Ábalos, ministro de aeropuertos y vuelos nocturnos, cuando le vuelven a preguntar sobre el asunto -a mí me pasaría lo mismo- porque resulta que tuvo que ir de madrugada a llevarle el teléfono a la doña para que hablara con Sánchez, con lo que Ábalos pasa ya a la categoría de Palanganero Mayor del Reino, especializado en vuelos clandestinos.

Y no cabe duda de que el progreso se nota, sobre todo el progreso del presidente del Gobierno en obediencia y humildad. Que le dice Oriol Junqueras, desde la cárcel, que reciba a Rufián para darle órdenes, le recibe, y las va a cumplir con la mesa de diálogo. Que le ordena la vicepresidenta de la dictadura venezolana, que no reciba a Guaidó, pues el presidente obedece y no recibe a Guaidó. Que el Prófugo Puigdemont le dice que tiene que entrevistarse con Torra, pues ahí está la prueba, y dentro de unas horas irá a cumplimentarle, y de ahí puede venir una gran oportunidad para los médicos mediocres, que aquí solo hablamos de los médicos excelentes, cuando los médicos mediocres también tienen familia y sentimientos. Es probable que Torra pida el MIR para Cataluña, y ahí puede venir una salida para los mediocres, porque un cirujano regular, tirando a malo, podrá tener un puesto de trabajo en Cataluña, simplemente hablando catalán. Que se le queda el paciente en la mesa de operaciones, siempre le podrá decir a la familia lo que ha sucedido, pero en catalán, que es lo fundamental. “Em sap greu, hem fet tot el, possible, però se'ns ha mort”. Y es otra cosa que si te dicen que se ha  muerto tu padre o tu hijo en castellano, ni comparación.

Menos mal que, entre tanta obediencia y humildad, una miembra de la Conseja de Ministras, María Jesús Montero, ante la reclamación del dinero que se les debe a las autonomías ha dicho que ella es una roca. Y eso que María Jesún Montero no se ha cambiado el apellido y se ha puesto Montera, de acuerdo con el lenguaje inclusivo. Y a mí no me intranquiliza dudar de si la ministra es una roca o es un adoquín, lo que me preocupa es si lo que yo tomo por obediencia y humildad pueda ser degradante y egoísta sumisión.  

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