Luis del Val: "Si un político no sabe pactar, que ponga una mercería y elija las cremalleras y los botones"

El bloqueo político persiste mientras madrileños y murcianos continúan con su día a día

Luis del Val

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En muchas ocasiones, las exageraciones teóricas sirven para arrojar alguna luz sobre los problemas. Así que, con permiso de ustedes, me voy a poner exagerado, bueno, o algo más que exagerado, hiperbólico, porque si no te pones hiperbólico en verano ¿a qué estación vas a esperar?

Para ponerme hiperbólico de reglamento necesito la colaboración de los ciudadanos de Murcia. Atiéndanme un momento los murcianos. Me gustaría saber, si durante este tiempo en que no han tenido la inmensa suerte de disponer de un gobierno autonómico murciano,  han notado ustedes algún efecto sobre su salud. No sé, mareos, picores, escozores, insomnio que no sea debido al calor, jaquecas o cansancio generalizado. Además, mis queridos murcianos, me gustaría que reflexionaran si, durante este tiempo en el que no han gozado de la presencia de un gobierno autonómico constituido, han mejorado o empeorado sus relaciones de pareja, si discuten más, discuten menos, o no discuten porque no son de discutir. Analicen si las relaciones con sus vecinos -con la señora del piso de arriba, que siempre moja su toldo, cuando riega las macetas, o con los de abajo, que son encantadores- siguen en el mismo tono, a cara de perro con la regadora, y de dulce con los de abajo.

Asimismo, mientras nuestros compatriotas murcianos reflexionan sobre estos aspectos, me gustaría pedir la colaboración de los sufridos compatriotas madrileños que soportan, sin una queja, y en la más admirable resignación , la dolorosa falta de un gobierno en Madrid. Me gustaría que pensaran si las dificultades en encontrar un piso en alquiler han mejorado o han empeorado en este tiempo de orfandad autonómica. De la misma manera,  observen si las relaciones con sus compañeros de trabajo y con el gruñón del jefe –porque los jefes son gruñones de origen- siguen igual que en los felices tiempos en los que disfrutaban de un gobierno autonómico. ¿Les han subido el suelo? ¿Se lo han recortado? Otro sí, queridos compatriotas madrileños, me gustaría conocer si alguno de ustedes han cambiado la fecha de sus vacaciones o las han interrumpido,  porque consideran que no pueden marcharse de vacaciones, por mucho que protesten los niños, sin saber quién será el presidente o la presidente del gobierno de Madrid.

Y si,  una vez analizadas sus circunstancias personales,deducen que ustedes  siguen igual, y ni han notado disfunciones fisiológicas, ni psíquicas, lleguemos a la conclusión de que se pueden ir a hacer puñetas las autonomías  murciana y madrileña. Si un político no sabe pactar, que ponga una mercería y, como dueño,  elija las cremalleras y los botones que quiere vender. O funde una empresa donde tenga el 51% de las acciones y se haga lo que él ordene y mande. Por cierto, esto va también para ese Parlamento que preside la gran exaltadora de la Vagancia, doña Meritxel, que ni siquiera nombra y reúne la Diputación Permanente. ¿Mantendría usted a un jardinero que se pasa el día, mano sobre mano, contemplando la podadora? Que se vayan a hacer puñetas. No sirven como políticos. Y, posiblemente, ni siquiera servirían como jardineros. 

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