Luis del Val: "Me preocupa el 'método Sánchez' de menos jueces y más diálogo"

El tertuliano de "Herrera en COPE" reconoce que las palabras del socialista le tienen "inquieto y anhelante en sus resultados"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hemos asistido a acontecimientos muy sorprendentes durante estas jornadas, pero a mí lo que me ha deslumbrado ha sido el descubrimiento del método Sánchez para solucionar ese conflicto que se plantea cuando una comunidad autónoma, o una parte de sus dirigentes, no cumplen las leyes. El método menos jueces y más diálogo, que me recuerda a aquél libro titulado más Platón y menos Prozac, y que podríamos llamar método Sánchez, me tiene inquieto y anhelante en sus resultados.

Que se pasan por el arco del triunfo lo que diga la Junta electoral o el Tribunal Supremo: una mesa de diálogo. Trasladado a otros ámbitos puede revolucionar nuestra sociedad. Que su marido le pega: señora nada de acudir al juez, establezca una mesa de diálogo con su marido, y trate de ponerse en su lugar. Que el empresario le despide, y usted ve claramente que es un despido improcedente, por favor, no se vaya enseguida en busca de un abogado laboralista, porque contribuye a judicializar la vida laboral. Mesa de diálogo con el patrono y hablen mucho para llegar a un acuerdo. Que usted se va a operar al hospital y, al regreso,  en su casa está viviendo un grupo de okupas, pues aplique el método Sánchez: una mesa de diálogo con los asaltantes, y un poco de comprensión, porque  estas personas también tienen sentimientos.

Que usted ve en el Rastro el reloj que le robó hace dos día el atracador a punta de cuchillo, dispuesto a venderlo, pues no vaya a comprobar dónde está el guardia más cercano, porque eso termina en un juicio y el método Sánchez es diálogo, mucho diálogo para llegar a un acuerdo con el atracador. Si esto sale bien, el método Sánchez pasará a la Historia. Si se demuestra que esto sólo sirve para que se salgan con la suya los maltratadores de regiones, los chulos de la secesión, los okupas supremacistas y los atracadores de territorios, entonces habremos perdido el tiempo, se habrá agravado el problema y otra vez a buscar al desatacador.

Pero tardaremos unos meses de comprobar si esto es una genialidad o una tontería contemporánea al servicio de una ambición.