Luis del Val: "El silencio de Sánchez no es ominoso, sino cómplice"

"Los cínicos" afirma el profesor en referencia al Presidente del Gobierno, "están exentos de obligaciones éticas"

Luis del Val

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Luis del Val pone el foco de su imagen del día en "Herrera en COPE" en el silencio de Sánchez sobre Felipe González:

[ESCUCHA LA IMAGEN DEL DÍA DE LUIS DEL VAL EN 'HERRERA EN COPE']

"Unidos Podemos o Unidas Podemas, tan preocupados por la gente que no puede llegar a fin de mes, ante el panorama de paro que se avecina, ha decidido echarle esfuerzo a la tarea, y va a pedir una comisión de investigación sobre los sucesos de los GAL ocurridos a partir de 1983, hace 37 años. No va a prosperar, porque el Congreso no puede controlar el pasado, ni al actual Felipe González, pero está clara la preocupación de Unidad Podemas por el futuro de los españoles.

En las filas del PSOE, ante el ataque al socialista coetáneo más conocido en el mundo y en España, se ha originado un ominoso silencio. El silencio de Sánchez no es ominoso, sino risueño y cómplice, porque los cínicos están exentos de obligaciones éticas.

Esta situación ha coincidido con que he terminado de leer, hace un par de días, la autobiografía de Woody Allen, y me ha recordado ese triste momento en que, tras no encontrarle nadie culpable, ni psiquiatras, ni jueces, ni asistentas sociales, ni personal de servicio, se redoblan las acusaciones falsas del movimiento totalitario de las Me too, y se convierte en un apestado social, al que nadie se atreve a defender, por ser políticamente incorrecto. Cuenta Allen que, por teléfono, actores, actrices, guionistas, con los que había mantenido una relación afectuosa, le confesaban lo injusto de su situación y, a la vez, se excusaban de no salir en su defensas, por miedo a quedarse sin trabajo.

El miedo a quedarse sin trabajo de los nadie

En el PSOE nadie defiende a Felipe González, sobre todo los nadie que tienen pavor a quedarse sin trabajo; los nadie, que no son nadie, cuando abandonan la concejalía, la diputación provincial o el puesto que les ha facilitado el partido; los nadie que lo saben que lo son, pero que se creen que son algo, porque viven a la sombra del partido; los nadie que, un lejano día, aportaron su esfuerzo en favor de un a ideología y, en su miserable decadencia, hoy, sólo luchan por mantener una nómina. Puede que la ideología esté en un plano superior, pero hay que reconocer que la nómina se cobra todos los meses.

Merced a esas paradojas de la política, las voces más defensoras de la trayectoria de Felipe González, proceden del PP, de su partido rival, del que acabó con 14 años de hegemonía socialista. Y es probable que, ante la comprobada afonía, ante el mutismo generalizado de docenas y docenas de personas a las que Felipe González promocionó e impulsó, haya alguna que le llame por teléfono y le diga que el sigilo es debido a que no quiere perjudicar al partido, porque los cobardes jamás reconocen que lo son.

Y este Sánchez que calla, y está íntimamente satisfecho con la gamberrada inútil de sus socios de Unidas Podemas, que erosiona el pasado y fortalece su presente, dentro de nada descolgará el teléfono para pedirle al PP su apoyo a los presupuestos, porque en Bruselas no le van a dar el dinero con la misma facilidad con que los españoles le hemos dado los votos, y hasta es posible que les agradezca la mano que le han echado a Felipe González, mientras los cobardes de la nómina suspiran de alivio, y piden a las encuestas que, al menos, les dejen como estaban".

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