Luis del Val: "Vallés es un censor eficaz y le auguro éxito cuando vuelva a Barcelona a las órdenes de Illa"

El maestro centra su imagen de este viernes en la figura de Francesc Vallés, secretario de Estado de Comunicación

Luis del Val

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La Secretaría de Estado de Comunicación la ocupa un socialista de Cataluña. El cargo siempre lo desempeñó periodista, pero ahora lo ocupa un censor. Si no hace mucho impidió que COPE asistiera a una rueda de Prensa sobre el reparto de los Fondos Europeos, hace nada impidió que ningún periodista de ABC viajara a China, con Pedro I, El Mentiroso.

Cuando los periodistas defendemos la libertad de información parece que estamos defendiendo intereses gremiales o profesionales y no es así, porque a quien ofende el Secretario de Estado de Comunicación no es a los periodistas que escribimos o colaboramos con el diario ABC, ni al Consejo de Administración: a quien perjudica y coarta la libertad es a los más de 600.000 lectores que, por pantalla digital o acudiendo al quiosco o a la biblioteca del barrio o del pueblo, o en el casino, leen ABC.

Don Francesc Vallés es un censor eficaz, y le auguro gran éxito, cuando vuelva a Barcelona, a ponerse a las órdenes de Salvador Illa

Don Francesc Vallés es un censor eficaz, y le auguro gran éxito, cuando vuelva a Barcelona, a ponerse a las órdenes de Salvador Illa, que, a su vez, está a las órdenes de Ezquerra Republicana, y es cómplice de saltarse los derechos del Niño, proclamados por la ONU, y contribuir a la prohibición de que miles de menores en Cataluña no puedan estudiar en su lengua materna. Esa es la complicidad del socialismo catalán, o sea que, al fin y al cabo, su acción aquí es menos miserable porque los lectores de ABC son mayores de edad. Pero mire, me contaba un amigo que un allegado suyo vivía en la calle Velázquez, de Madrid, y discutió con el portero de la finca. Llegó 1936 y el portero le acusó del gravísimo delito de leer el ABC.

Lo detuvieron, lo metieron en la cárcel y, a los dos meses, lo fusilaron. El ABC ha cumplido 120 años. Y, cuando usted vuelva a intentar ser alcalde de Reus -o se ponga de rodillas junto con Salvador Illa ante Ezaquerra Republicana- ABC se seguirá editando. Y sus lectores no sabrán su nombre, porque la justicia poética recuerda siempre a los censurados y se olvida de los torpes y groseros censores.