Luis del Val: "Los secesionistas son una eficaz máquina de despertar antipatías hacia Cataluña"

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Luis del Val

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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en el empresariado catalán:

"Los empresarios catalanes se muestran partidarios del indulto y es coherente, porque un buen porcentaje o son nacionalistas, o tienen simpatías, o han hecho negocios con los nacionalistas. Más aún, mientras se jugaba al póker del nacionalismo con garbanzos, había algunos empresarios catalanes que mostraban un entusiasmo cercano al enardecimiento, hasta que se pasó a jugar al póker nacionalista con dinero de verdad, y algunos de esos entusiastas fueron los primeros en quitar la sede fiscal de sus empresas de Cataluña y llevarlas a otros lugares de España. La pela es la pela, o el euro es el euro.

Precisamente, porque el euro es el euro, dentro de la coherencia me extraña la falta de respeto que le merecen a los empresarios catalanes sus clientes. Porque su mercado más fuerte y más seguro son las autonomías españolas. Todo lo que facturan las empresas catalanas a Francia, con 67 millones de habitantes, es inferior a lo que facturan solamente a Aragón, que no llega al millón y medio de empadronados. Y a un escandinavo o a un estadounidense le da igual que los políticos secesionistas insulten al resto de los españoles o quieran separarse, pero puede que a un cliente cántabro, no, y, mira por donde, Cantabria compra más productos y servicios a Cataluña que todo Estados Unidos.

Y lo peor es que los secesionistas son una eficaz máquina de despertar antipatías hacia Cataluña. Lo hacen de manera persistente. Y, claro, a puro de repetir que Cataluña son ellos, y solamente ellos, hay gente que se lo cree, y le despierta una antipatía, injusta, pero antipatía. No voy a censurar la opinión de los empresarios catalanes, faltaría más, por parte de una persona que opina todos los días. Pero, incluso en el interior de Cataluña, los clientes de esas empresas no son mayoritariamente nacionalistas. Hace años, en la Sorbona, se estudiaba el “son cas”, es decir, los motivos por los que compramos un producto o alquilamos un servicio, y uno de los componentes era la simpatía. A veces, hay un restaurante de éxito, al lado de otro casi vacío que tiene mejor cocina y mejores instalaciones, pero son fríos y antipáticos. Suele pasar. Y un nacionalista es a una empresa catalana algo parecido a lo que es una termita a un mueble clásico".

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