Del Val: “A las salas de cine no las ha matado Sánchez, tampoco las resucitará con una limosna de 2 euros"
Habla el profesor de la nueva medida de "avance social" del presidente del Gobierno para que los mayores de 65 años vayan al cine, los martes, a dos euros
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de ‘Herrera en COPE’ en la media de “avance social” que Pedro Sánchez ha anunciado en plena campaña electoral para que las personas mayores de 65 años puedan ir, los martes, al cine por 2 euros:
A las salas de cine no las ha matado Pedro I, El Mentiroso, pero tampoco las va a resucitar con una limosna de dos euros. Dice Pedro Ruiz, -que, ayer, en un teatro Maravillas, abarrotado, dio una lección de autonomía teatral- que el cine es un lugar donde, durante casi dos horas, los problemas son de los otros.
Por eso, mis cines de blanco y negro, cuando era un niño, me parecieron siempre en Technicolor, porque al terminar la película y salir a la calle, lo gris era la calle. La televisión no ha podido con el teatro, pero le ha infringido al cine de las salas una herida mortal y, aunque Pedro I, El Mentiroso, crea que España es un cortijo, y que, sin bajarse del caballo, con la punta de la fusta pueda señalar quien irá al cine gratis y quien no, le han confundido sus asesores, porque esos abuelos tienen a un hijo o a una hija, casados y con niños, y si trabajan los dos pueden pagar el comedor, y los abuelos sólo los recogen a la salida, pero si uno se queda en el paro, los abuelos tienen que poner dinero de su pensión para pagar la comida escolar, o recogerles dos veces al día para que coman en casa de los abuelos. Por eso, no van al cine, ni por dos euros.
Quizás irían algunos si les pagasen algo de dinero por ver una película, y, con eso, les pudieran salir más baratas las sandalias que hay que comprarle a la nieta. Y, ni siquiera es ese el principal problema del cine español, encanijado entre la subvención y la escasa potencia de una industria que, como las setas, sólo surge cuando se hace una película o se graba una serie, serie que le hará la competencia al cine de las salas. A mí me parece muy importante el cine, pero es difícil subsistir con limosnas en la producción, limosnas en la distribución y limosnas en la taquilla. Son elementos para crear una orden mendicante, pero no una industria independiente. Bueno, la independencia del cine español se nota poco: la mayorías de sus protagonistas, cuando hablan fuera de la pantalla, parece que les aterra que vean sus películas españoles que no sean de izquierdas. Si en estos años de lluvia de dinero de la Unión Europea, se hubiera invertido con eficacia, caminaríamos hacia un país donde cada cual se gastaría su dinero en el cine, en los libros o en los viajes, sin depender de limosnas cortijeras, que oscurecen las pocas esperanzas que nos quedan.