Del Val: "Ni siquiera en los peores años de ETA participar en unas elecciones fue tan peligroso"
El profesor añade que "Nadie tiene piedad con los ciudadanos catalanes. Ni la Junta Electoral, ni el Tribunal Superior de Justicia"
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de 'Herrera en COPE' en la peligrosidad de celebrar unas elecciones en pandemia.
Ni siquiera en los peores años de ETA participar en unas elecciones fue tan peligroso como lo será en las elecciones autonómicas catalanas, porque se corre el riesgo de perder la vida. Permanecer en una habitación cerrada, donde haya un contagiado, media hora sin mascarilla, es tan peligroso como hacerlo con mascarilla durante tres horas. Bueno, pues los componentes de las mesas electorales van a estar entre 13 y 14 horas en la misma habitación y, además, les visitarán contagiados de virus, acompañantes, personas sometidas a cuarentena, etcétera, etcétera.
¿Cuántos contraerán la enfermedad? ¿El 6%, el 5%, el 4%? Supongamos que sólo sea el 3%. Como son 82.000 eso nos lleva a 2460 contagiados. La mayor parte de ellos ni se enterarán, otros muchos tendrán leves molestias, pero esta enfermedad en España se lleva al 2% de los contagiados, es decir que habrá 50 personas que morirán. No por Cataluña o por España, sino porque unas autoridades insensatas se han empeñado en celebrar unas elecciones en plena pandemia. Esto no son especulaciones, sino pura estadística, algo de lo que se han dado cuenta más de 20.000 personas que no quieren entrar en el probable sorteo de cincuenta muertes debido a que en la mayoría de los partidos políticos suelen ser mayoría los tontos contemporáneos y los ausentes de compasión. No creo que se se vayan a poder componer todas las mesas. Y el reglamento autoriza a que un inocente ciudadano que vaya a a votar, le obliguen a que se quede en la mesa. Pero eso es anticonstitucional y tiene todo el derecho a negarse y, sobre todo, a que perdure el derecho a la salud y a la vida sobre el derecho al voto, porque ese se puede ejercer en otra ocasión, no en pleno desastre de la tercera ola. ¡Ah! Y al medio centenar de muertos de las mesas electorales añada usted los que habrá con tres millones de personas saliendo y entrando de casa, incluidos los contagiados, los enfermos y los sometidos a cuarentena. ¡Todos a la calle a contaminarse!
Pero no esperen una pizca de misericordia o de compasión. Nadie tiene piedad con los ciudadanos catalanes. Ni la Junta Electoral, ni el Tribunal Superior de Justicia. Nunca habíamos presenciado lo que parece la perpetración de unos homicidios por imprudencia al por mayor.