Luis del Val: "La irresponsabilidad nos lleva a la casilla de salida en un juego en el que nos va la vida"
¿Nos estamos tomando en serio la posibilidad de un rebrote por coronvirus? El profesor fotografía lo que ocurre en la calle
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¿Somos conscientes que está en nuestras manos evitar un rebrote? Parece que no al oír a Luis del Val en su imagen del día en "Herrera en COPE":
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"Salgo a dar un paseo con mi mujer hacia el ocaso, cuando parece que la vida se amansa y el termómetro deja de castigar. Observo que de dos de cada tres dueños de perro deben tener permiso especial para sacar a sus canes sin mascarilla, porque no la llevan. Da igual su sexo y su edad, debe ser que si necesitan hablarle al can para que haga más deprisa sus caquitas, con la mascarilla no les entienden.
Nos cruzamos con grupos de adolescentes, tampoco importa el sexo, y aquí el porcentaje sube al 75%, porque tres de cada cuatro no llevan mascarilla. Al principio, coches de la Guardia Civil y de la Policía Local patrullaban por calles y plazas, pero ahora su presencia ha disminuido de forma notoria y, por tanto, se ha esfumado el efecto disuasorio de la presencia policial.
Pasamos junto a una terraza y vemos a un grupo de seis personas, apiñadas en torno a una mesa que teóricamente está diseñada para cuatro usuarios. Sin mascarilla, claro, porque intentas tomarte la cerveza con la mascarilla puesta y te pones perdido el polo y los pantalones, o la blusa y la falda. Pero es que, además, observo palmadas en la espalda, achuchones, es decir, la antigua normalidad.
Hace un par de horas, en la sección local, nuestros compañeros entrevistaban a un trabajador del aeropuerto de Barajas y confesaba que tenía miedo, y que no veía que fueran a disponer de los necesarios servicios de protección ante la avalancha de viajeros.
Los rebrotes se producen aquí al lado, en el País Vasco
Veremos qué sucede durante la semana que nos aguarda, pero confieso que tengo cierta prevención a salir, a desplazarme. Puede que sea mi innata cobardía, pero los rebrotes no se producen sólo en Pekín, sino aquí al lado, en Alemania. O en el País Vasco. No es que hayan arreglado el puente de tablas, y ya podamos pasar con tranquilidad, sino que todavía hay tablas sueltas o quebradizas, y gente que se cae puente abajo, aunque el Gobierno haya optado por no contarlas, debido a que tenemos el mejor sistema de contabilizar muertos del mundo, según la adolescenta, doña María Jesús.
Es evidente que no poseemos suficientes funcionarios policiales y sanitarios para controlar las avalanchas de vuelos que van a llegar a los aeropuertos de toda España. Y no hablamos de esos grupos de turistas estabulados y controlados, que están llegando a Baleares, sino de lo que va a ocurrir de aquí a unas horas ¿Qué medidas se van a tomar, cuando el pasaje venga de un país hermano, como Brasil, donde la pandemia está desatada? No es una pregunta retórica para que se forme una comisión, sino un problema que ya está volando hacia aquí, y que necesita soluciones.
Como siempre parto del principio de que, muchas veces, un pesimista no es otra cosa que un optimista bien informado, y la información que me llega, y lo que observo por la calle, no me lleva a conclusiones alegres. Hemos hablado, y yo el primero, de que había que confiar en la responsabilidad de la ciudadanía, pero compruebo que no llega a la excelencia, y sólo nos faltaría, a la improvisación y verborrea de nuestro Gobierno, añadir nuestra irresponsabilidad para tener que volver a la casilla de salida, en un juego en el que nos va la vida".