Luis del Val: "La Guardia Civil ha sabido adaptarse a los tiempos, en lo tecnológico y en lo social"
El colaborador de 'Herrera en COPE' rinde homenaje en su 'Imagen del día' a la Guardia Civil que hoy cumple 175 años
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hay una empresa que tiene resuelto, desde hace mucho tiempo, el asunto de los horarios de entrada y salida. Lo cierto es que en esta circunstancia, como en otras muchas, esta empresa es bastante ejemplar. Lo primero que llama la atención es su exigente selección de personal. Los empleados no entran tras enviar un currículo y una entrevista con el jefe de personal, sino que pasan primero un filtro, y, después, hacen un cursillo muy largo, al final de cual, y si han superado las pruebas, son admitidos.
Otro de los aspectos a destacar en esta empresa es la rigurosa disciplina de sus trabajadores, su respeto a los jefes, y su obediencia ejemplar. Por supuesto, al ser varios cientos de ellos, alguna vez surge un garbanzo negro, pero son investigados por los propios compañeros y expulsados de manera inmediata.
Podría suponerse que esta disciplina, esta obediencia, los convierte en eficientes empleados, pero alejados de las emociones, y no es así. En no pocas ocasiones los periodistas coincidimos con ellos por los objetivos de nuestro trabajo, y yo siempre recordaré a uno de estos empleados, tras un descarrilamiento, donde dos vagones de un tren fueron el ataúd de docenas de cuerpos carbonizados, llorar estremecido, como un niño, ante semejante tragedia. Y no fue la primera, ni la única ocasión en la que he visto llorar a un guardia civil. Porque la empresa de la que estoy hablando se creó hace hoy 175 años, y se llama oficialmente Guardia Civil. Desde aquellos principios del siglo XIX, donde las necesidades más inmediatas eran atender a una desparramada población, fundamentalmente rural, hasta la sociedad digitalizada de hoy, la Guardia Civil ha sabido adaptarse a los tiempos, en lo tecnológico y en lo social.
Y también ha sido duramente castigada. Más de doscientos guardias han sido asesinados por ETA, incluida la agente Irene a la que mataron en Sallent de Gállego. Pero no son sólo los asesinos los que representan el mayor peligro. Hace unas pocas horas ha muerto un guardia civil que protegía una carrera ciclista en Valladolid.
El agente protegía el acontecimiento deportivo, pero a él nadie le protegió de perder la vida. Los empleados de esta empresa tienen como base fundamental de su actuación este principio: “El honor es mi divisa”. Me acabo de dar cuenta de que hemos hablado de obediencia, de disciplina y de honor. A lo peor a algunas personas les parece esto muy antiguo, pero son estos principios antiguos los que mantienen organizadas a las sociedades, y, sin organización y sin orden, no hay progreso.
La Guardia Civil ha venido sirviendo a la Sociedad Española hasta llegar a este cento septuagésimo quinto aniversario. Ciento setenta y cinco años de servicio y dedicación, una dedicación que llega hasta el riesgo de perder la vida, en un atentado, en un rescate en la montaña, en un incendio o en una inundación. Porque allí estará una mujer o un hombre de la Guardia Civil demostrando con hechos el ejemplar cumplimiento de las órdenes recibidas.