Luis del Val ironiza sobre la retirada de la Medalla al Mérito en el Trabajo de Franco: "¡Por fin!"
Habla el profesor de la poca importancia que tiene esta medida aprobada en el Consejo de Ministros e impulsada por Yolanda Díaz
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Luis del Val pone el foco de 'La Imagen del Día' de 'Herrera en COPE' en la aprobación de nueve reales decretos por parte del Gobierno con los que se acaban de retirar las Medallas al Mérito en el Trabajo a Francisco Franco y a otros ocho dirigentes del franquismo.
Siempre que me doy una vuelta por Calatayud o Ateca, me preguntan lo mismo, y la verdad es que me encojo de hombros, impotente, porque no sé qué contestar. Y lo mismo me sucede en Madrid, a cualquier lugar al que voy, sea el estreno de una obra de teatro, una reunión profesional o una cena de amigos.
Me consta que lo que me sucede a mí le pasa a más de media España, o le sucedía, porque el terrible problema, que a muchos no les dejaba dormir, se ha resuelto, y, por fin, ¡por fin!, se ha hecho la luz.
Ha hecho falta la valentía de una mujer admirable, cuya acción le hará cosechar cientos de miles de votos, una de esas mujeres que, con un arrojo inusitado, sin miedo al riesgo, despreciando el peligro, lo ha llevado a cabo y ella sola, no, sino en compañía de todo el Consejo de Ministros, pero ha sido ella, la osada Yolanda Díaz, la que le ha arrebatado la medalla al mérito del Trabajo a Francisco Franco.
“¡Ah! ¿Pero es que Franco tenía la medalla al mérito en el Trabajo?” me ha preguntado un vecino, autónomo, que sólo piensa en que va a tener que despedir a dos de los siete empleados que tiene, uno de esos egoístas que se olvida de los grandes problemas que tiene España, y sólo piensa en lo suyo.
Lo he mirado con desprecio, pero no se habrá dado cuenta, porque es que uno de los que tiene que despedir es, además, un sobrino carnal, y es que le han bajado mucho los pedidos. Pero dejémonos de menudencias, y agradezcamos a Yolanda Díaz la hazaña llevada a cabo, y que a mí me permitirá no avergonzarme de no haber movido un dedo en mi vida por quitarle a Franco la medalla al mérito en el Trabajo.
Moví algo más que un dedo para que llegara la democracia, cosa que Yolanda Díaz no hizo, porque le pilló con sólo seis añitos, pero confieso que por lo de la medalla no sudé ni una gota, ni sufrí demanda judicial, ni una amenaza de despido, ni un hábil interrogatorio en el Tribunal de Orden Público: nada.
Siempre estuve debatido en la duda de si, en Yolanda Díaz, ocupaba más espacio su fondo de armario o su comunismo. Pues bien, está despejada la duda. Aunque su fondo de armario podría envidiarlo cualquier famosa presentadora de televisión, su valentía comunista lo supera. Gracias, camarada. Gracias a ti España se ha puesto en cabeza del progresismo.