Luis del Val, sobre el ‘divorcio’ Andalucía-PSOE: “Que nadie piense que es una ruptura definitiva”

Analiza el profesor la mayoría absoluta del PP en las elecciones y la relación de los andaluces con el partido socialista

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Luis del Val, sobre el ‘divorcio’ Andalucía-PSOE: “Que nadie piense que es una ruptura definitiva”

Luis del Val

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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en el resultado electoral de Andalucía y la relación de esta comunidad autónoma con el PSOE:

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La petición de mano del PSOE a Andalucía tuvo lugar en 1981 durante la votación del referéndum autonómico. Adolfo Suárez, para evitar que España se convirtiera en un mosaico federal, dio orden de votar en contra, y el socialismo arrasó con más de un 80% del voto. Al año siguiente, en las generales de 1982, tuvo lugar la boda que dio paso a un matrimonio que parecía inamovible.

Todas las parejas, con el tiempo, cambian. Los líderes socialistas, que enarbolaban la imagen del dueño del cortijo del siglo XIX y parte del XX, poco a poco, casi sin darse cuenta ellos mismos, se fueron convirtiendo en dueños de un cortijo, municipal y autonómico, que abarcaba toda Andalucía. El líder socialista, no bajaba a la plaza montado a caballo y señalaba a los aspirantes a peones, quien trabajaba y quién no, sino que se había convertido en el alcalde del pueblo, y repartía las peonadas. Poco a poco, los dueños del cortijo ampliaron las maneras del cortijerismo decimonónico, y se subvencionaba a las empresas que eran amigas, donde siempre había un puesto de trabajo para el recomendado. Eso supone estabilidad para hoy, y mediocridad y falta de horizontes para mañana. Así que, hace cuatro años, vino la separación, y ayer, se produjo oficialmente el divorcio, porque el PSOE, a pesar de las advertencias que le hacía su pareja para que cambiara, no cambió, y eso siempre lleva a la ruptura.

Pero que nadie se piense que es una ruptura definitiva. Si, en tiempos no tan lejanos, la paciente Andalucía perdonó la corrupción que a cualquiera le permitía asar una vaca, volverá a perdonar si la pareja ahora elegida le decepciona. Pero este divorcio no se arregla tomando las calles, como propugna esa fina intelectual del PSOE, llamada Adriana, porque si el cortijerismo ha pasado de moda, no te digo nada tomar las calles. Y tampoco creo que suscite muchos cambios -ni en Jaén, ni en Antequera- sacar de la tumba a José Antonio Primo de Rivera, y organizar una excursión fúnebre. Ya no estamos en eso, señor Bolaños. Eso conmueve menos que si nos anuncia que el teléfono de Adriana Lastra está siendo espiado. A no ser que al espía se le condecore por el sufrimiento que habrá tenido que soportar.

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