Iván, el payaso que lleva sonrisas a niños de los lugares más peligrosos del planeta

Este martes nos deja también la historia de Iván Prado. De pequeño este gallego se enfadaba si no conseguía sacarle una carcajada a los pasajeros del autobús en el que viajaba.

Su otra obsesión era hacerse con un millón de pesetas para acabar con el hambre en el mundo. Así que con este tipo de aspiraciones, el futuro de aquel pequeño Iván no podía ser muy distinto de su presente.

Este joven es payaso. Y lleva más de 10 años viajando hasta los lugares más pobres del planeta. Allí, organiza shows para que los más pequeños y, también sus familias, olviden durante unas horas su realidad.

Aunque lo que cuenta Iván impresiona, asegura que la gente más alegre es aquella que no sabe si mañana estará viva.

Y lo argumenta contando la misma anécdota. Minutos antes de actuar en un pequeño pueblo de la Franja de Gaza, empezaron a caer bombas. Y fueron los niños los que trataron de tapar el sonido de las bombas con sus aplausos y con sus cantos. Pero allí nadie se fue. Querían divertirse.

Aquello le marcó tanto que, ahora, Iván, quiere volver a Gaza para ayudar a los damnificados por los bombardeos de mayo. Necesita conseguir unos 20.000 euros para financiar un microbús con el que recorrer casi 400 kilómetros. Y en ello está. La recaudación ya la ha empezado por Internet.