Comienza a pescar en La Albufera de Valencia con 16 años y cuatro décadas después se enfrenta a una situación insólita: "Amenaza"
Ismael Marco es barquero en La Albufera. Ahora tiene 58 años, pero desde que se acuerda, su vida ha estado ligada al lago
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No sé si alguno de ustedes ha tenido la oportunidad o la curiosidad de pasear en barca por la Albufera de Valencia, esa preciosa laguna costera de agua dulce de apenas un metro de profundidad. Igual la han imaginado a través de las novelas de Blasco Ibáñez, pero ahora ha tomado protagonismo porque allí acaba y vierte el Barranco del Poyo, el culpable final de la tragedia de la Dana.
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El protagonista de la 'Historia del día' de este viernes se llama Ismael Marco y es barquero en La Albufera. Ahora tiene 58 años, pero siempre, desde que se acuerda, su vida ha estado ligada al lago. Ha pescado, ha vivido y ahora pasea a la gente.
"Nunca hemos visto el barranco como una amenaza. Siempre, ante un caso como la Dana, el barranco permite la evacuación y canalizar la crecida en un primer momento", asegura.
La Albufera tras la DANA
Cuando tuvo lugar la Dana, la zona (su zona, porque nació en el Palmar) quedó muy triste. Porque es el ánimo también lo que se llevó el agua. Les prohibieron pescar, les prohibieron pasear y hasta los restaurantes de la zona estaban vacíos. Pero ahora, poco a poco, van regresando los turistas.
"Se prohibió la pesca, los paseos en barca, todas las actividades en el agua estaban prohibidas. A la zona no venía gente. Ahora se empieza a volver a ver un poco de actividad", añade.
Valencia ha vivido siempre con el agua furiosa presente. La presa de Tous, las múltiples riadas, pero Ismael no recuerda nada igual. Aun así tiene esperanza, porque La Albufera, eso que se nos ha presentado como el estercolero donde acaban los residuos y los vertidos que dejó aquel martes 29 de octubre, resulta que renace, que los sedimentos le vienen bien al marjal y que las aguas, tantas, han conseguido que hayan vuelto algunas especies fluviales.
"Después de la Dana, por La Albufera pasó una gran cantidad de agua con una carga de sedimentos brutales, pero esto no es malo. Estos sedimentos depositados son buenos, hoy por hoy vemos que las aguas del lago tienen una calidad del agua extraordinaria. La pesca se ha reanudado con bastante normalidad", apunta.
Lo dice Ismael Marco, aquel muchacho de 16 años que pescaba en el lago, y que nunca abandonó ese singular paraje que hay que cuidar. Y que hay que visitar, ahora más que nunca. Si van, si vuelven, suban a su barca.
No te quieres bajar nunca.