Jesús y Roberto, dos amigos que sufren las consecuencias de la DANA, se vuelcan así con el resto de afectados: "Esperanza"
Conoce la historia de estos dos amigos y que nos acerca María José Navarro en su 'Historia del Día'
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Esta es una historia por encargo. La quiere contar Jesús Baz, de León, afincado en Valencia, y es la de su amigo Roberto Pradas, empresario de calzado de Paiporta.
Se conocieron hace casi cuatro años, colaborando desinteresadamente con una asociación que se dedica a ayudar a gente sin hogar. Tuvieron una conexión inmediata, una de esas amistades recientes que sabes e intuyes que será para los restos.
Roberto tiene su negocio en Elche, en Caravaca de la Cruz, Valencia y en Paiporta, donde la Dana anegó por completo su nave. A Jesús le sorprendió la determinación de Roberto, decidido a no perder ni un segundo en lo suyo y dedicarse de inmediato a ayudar a los demás. Tanta determinación, que quiere recuperar esa nave para convertirla en un almacén para el futuro de Paiporta.
Y la va a llamar “La nave de la esperanza”.
Y así, justo así, con esperanza, se ve lo que está por llegar. Roberto cree que de esta tragedia va a salir fortalecido emocional y personalmente y Jesús tiene claro que, pase lo que pase, Roberto seguirá pensando en los demás.
Para ver cómo evoluciona La Nave de la Esperanza, apunten: lavidarosa.es.
Y para comprar unos zapatos, claro…
Amparo, vecina de Valencia, pierde su coche y la cama elástica de su niña autista tras la DANA y alucina por lo que le dan casi un mes después
Navarro, este martes, también recogía esta emocionante historia:
No sé si se acuerdan de la película “Cadena de favores”. Contaba la historia de un niño de 11 años que decide llevar a cabo un experimento para su clase de sociales con una sola premisa: él haría una serie de favores a tres personas y, a cambio, esas tres personas tenían que devolver el favor a otras tres.
Esta historia incumbe a un trío: Ignacio, David y Dani. Ignacio trataba de ayudar a Amparo, que había perdido su coche en la Dana. Era un coche pequeño, de segunda mano, pero que hacía su función perfectamente.
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Amparo necesitaba el coche para llevar a su hija Alicia a terapia. Porque es autista.
Y perdieron también una cama elástica que había desaparecido por el lodo. Esa pequeña plataforma es importante porque es ahí donde Alicia, autista, encuentra su equilibrio. Saltando. Así que Ignacio se lo contó a David.