Glass Marcano, la joven venezolana que pasó de vender fruta en su país a dirigir una orquesta en París

Su historia es el prototipo del "sueño americano", aunque esta vez el guion se escribe en un país de triste actualidad estos días: Venezuela.

Allí nació hace 24 años Glass Marcano. Desde niña, la música fue su pasión.

Glass se ganaba la vida en Caracas, ayudando a su madre en un modesto despacho de fruta en un mercado de la capital.

Con mucho esfuerzo, logró terminar sus estudios de piano y ampliar esos estudios para su gran sueño: dirigir una orquesta.

Curioseando en Internet, descubrió "La Maestra". Se trataba de un concurso, sólo para mujeres, con un premio soñado: poder dar clases y dirigir en París a los miembros de una Orquesta Sinfónica de la capital francesa.

El concurso para "la mejor directora" del mundo tenía un "pero". 150 euros costaba la inscripción, toda una fortuna en la deprimida Venezuela.

Haciendo horas extras y con la generosidad de decenas de amigos, Glass logró reunir el dinero y enviar el vídeo para el concurso mostrando sus habilidades.

Y el jurado la eligió. "Sus vídeos, dijeron, muestran una gran energía y un conocimiento real de las partituras".

París es ya para Glass la ciudad de sus sueños. No ganó el concurso pero ha pedido el asilo político. Quiere ganarse la vida con la música y abrirse camino en libertad. Es una más de los más de cinco millones de venezolanos que han tenido que salir de su país, buscando una vida mejor.

Es la 'Historia del día' en 'Herrera en COPE'.

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