Invasión de Ucrania: el mundo mira al país atacado por Rusia
Con los corresponsales COPE conocemos las reacciones y medidas que están llevando a cabo los países frente a este taque
Madrid - Publicado el - Actualizado
5 min lectura
Ahora mismo no hay otra cosa que centre nuestra atención que no sea la invasión rusa a Ucrania y la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial o guerra nuclear.
El mundo entero tiene puesta la mirada en Ucrania y en sus ciudadanos. Y ahora sí, parece que el resto de países están empezando a reaccionar.
Para conocer de primera mano qué es lo que están haciendo, en ‘Herrera en COPE’ hablamos con los corresponsales destinados en los principales países.
ALEMANIA: SCHOLZ AUMENTA EL PRESUPUESTO MILITAR
Y empezamos por Alemania donde la declaración del canciller Scholz de aumentar notablemente el presupuesto militar de Alemania y colaborar con Ucrania, ha sorprendido gratamente. Nos lo cuenta Rosalía Sánchez.
Más que un hecho noticioso, estamos asistiendo a un cambio de paradigma político en toda regla. Por supuesto, por los motivos históricos hasta hace muy poco era imposible hablar en voz alta en Alemania de la posibilidad de que armas de fabricación alemana apuntasen a soldados rusos, pues bueno, se acaba de tomar la decisión de enviar 1.000 lanzagranadas antitanque, 500 misiles Stinger a Ucrania. Pero es que además el ecopacifismo ha venido siendo la seña de identidad de la izquierda alemana de los años 60 y estas decisiones las están tomando un canciller socialdemócrata y está en coalición gobernando con los verdes que es el pilar del ecopacifismo en Europa.
De todas formas, este cambio lo estamos viendo no solo en Alemania. Por ejemplo, la vecina Suiza, un país levantado sobre el principio de la neutralidad y al que, bueno al cierre de las bolsas del viernes seguía declarándose neutral. Pues bien, esta mañana ya el gobierno suizo y los bancos suizos están declarando que están dispuestos a abandonar esa neutralidad y a bloquear los activos rusos en su territorio. Lo vemos también en el Grupo de Visegrado, por ejemplo, que lleva décadas defendiendo la línea dura contra la inmigración en Europa, pues bueno, Polonia, Eslovaquia, Hungría que tienen fronteras directas con Ucrania están abriendo sus puertas desde el jueves ya a unos 400.000 ucranianos que llegarán a ser millones en las próximas semanas. No se les pide visado, ni pasaporte, ni certificado de vacunación. Esto hace solo unos días hubiese sido impensable, estamos como en otra Europa y el detonante de toda esta transformación es la convicción que esta mañana, por ejemplo, ha resumido muy bien el primer ministro esloveno que ha dicho si cae Kiev la siguiente será Moldavia y vamos a ver un efecto dominó.
El canciller Sholz, que hasta ahora había hecho un papel relativamente discreto primero, a la sombra de Merkel como vicecanciller y como ministro de Merkel en esa línea de continuidad es lo que le dio el voto, ara llegar a ser el canciller aunque pertenece a otro partido que no es el de Merkel pero bueno, hasta ahora venía un poco eclipsado por los miembros de la coalición con los que gobierna, que estaba marcando un poco con fuerza las líneas de este gobierno, él quedaba ahí como un poco apocado en segundo plano y sin embargo, bueno, a pesar de que se ha resistido durante semanas, no ha querido dar ese paso de enviar más a Ucrania, demostrar una cara más ofensiva a Putin, ha apostado por el diálogo hasta el último minuto y con una insistencia y una paciencia que le hacía ver quizá un poco pusilánime y, sin embargo, llegado el momento pues ha dado el puñetazo encima de la mesa y está llevando a Alemania a dar pasos, ya digo, hasta hace solo unos días impensables.
FRANCIA: UNA CAMPAÑA PRESIDENCIAL ENSOMBRECIDA
De lo que ocurre en Francia nos lo cuenta Asunción Serena. Está previsto que Macron reciba esta noche reciba al canciller alemán y también a la presidenta de la Comisión Europea para una cena con el fin de estudiar los desafíos de la soberanía económica europea frente a estos acontecimientos que hay en Ucrania. Hemos visto a Macron estas últimas semanas movilizarse hasta los límites para intentar frenar a Vladimir Putin de lo que creíamos que era algo casi imposible que pudiera suceder y que claramente ha sucedido. No lo considera como un fracaso, todos estos esfuerzos que ha realizado Macron, estos viajes entrevista que tuvo de más de 5 horas con Vladimir Putin, aunque por supuesto haya a gente que diga que le ha engañado, efectivamente. Siempre pensó que había una salida pacífica a esta crisis, pero él sigue insistiendo en esa posibilidad de reforzar el diálogo, de llegar una solución que ponga fin a esta guerra, a este conflicto ya armado que ha comenzado y lo que tenemos aquí en Francia es que, claro, dentro de 3 días comienza la campaña presidencial francesa y aquí nadie pensaba que este iba a ser el tema central de las conversaciones, de las discusiones, de los mítines y resulta que se está convirtiendo en ello. Por un lado, porque Macron no se ha declarado todavía candidato, tiene hasta el día 4 como límite para presentar su candidatura y; por otro lado, están todos los líderes que más o menos han ido pues hablando de Vladimir Putin, de Rusia, digamos de una forma comprensiva. Y ahora se lo están reprochando tanto a los líderes de la extrema derecha así como el de la extrema izquierda, que están recibiendo una avalancha gigantesca de críticas por sus declaraciones prorrusas y, bueno, pues ahora están aprovechando sus contrincantes para justamente echárselo en cara.
Como vemos ya, la campaña en oficial no ha empezado pero ya estamos con este tema que va a constituir uno de los nudos gordianos de esta campaña presidencial. Pero en todas partes digamos que cuecen habas porque la conservadora ha acusado a la extrema derecha de estar ligado en cierta manera de favorecer a Vladimir Putin y sus intenciones de expansión y, sin embargo, ella pues tiene también en su propio campo al antiguo primer ministro que era miembro de consejo de administración de dos empresas rusas y no creáis que dimitió cuando las tropas rusas entraron en Ucrania. Han tenido que pasar unos días y después, forzado por la presión de la gente que le pedía que qué hacía un francés allí, ha dejado su puesto.