Le rechazan en el Ejército por algo que ni espera y la forma en la que lo remedia queda grabado en su memoria: al médico
Es el relato de una 'Fósfora' que ha explicado lo que le ocurría a su hijo al intentar entrar en el Ejército
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Hablamos con nuestros queridos 'Fósforos' sobre tatuajes. Tatuajes que se hizo en un momento dado y que, con el tiempo, se ha arrepentido. Nos responden en el 900.50.60.06
El primer oyente, llamado Julio, tiene 7 tatuajes.
"Según el ánimo y mi economía me tatúo lo que se me antoja. El segundo no me gusta especialmente. Me hice, en la época de los tribales, un león chino. En el gemelo derecho, por el lateral. Me senté muy confiado en el estudio. Mi amigo enfrente riéndose y cuando me levanto a las dos horas de verlo.... dije 'Bueno'. Más que un león parece un pastor alemán con barba. Las letras en chino no he querido ni preguntar", desgrana su caso en 'Herrera en COPE', provocando las risas del resto de colaboradores.
Raquel, por otra parte, se quitó ya el tatuaje. A base de láser. Y "duele. Si alguien se lo quiere quitar, que se lo piense. Mido 1,60 escasos. Era una postura del kamasutra. Fueron como seis horas de trabajo. Me lo hice en Londres. Con 18 años y un día, aparecí con el tatuaje. Aquello se tenía que curar. Llevaba un vestido que dejaba lo justo al aire para que se aireara. Yo no pensé que mi padre fuera a estar en casa".
Tatuaje
Prosigue su discurso indicando que llegó su padre, de sorpresa, ella estaba desayunando. Pasó por detrás de mí. Dio dos pasos hacia atrás y miró su espalda. "Se quedó mirando y me dijo '¿Qué te has hecho?' Y mi hermano le dijo: 'Ponte las gafas, papá, ponte las gafas'. Me dio una colleja. Al quitármelo, se ha quedado bastante bien. Me voy a hacer un tatuaje encima. Lo he quitado casi al 100%".
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José María iba un día paseando por Córdoba y "vi un estudio de tatuajes. Tenía ganas de entrar. Me gustan mucho los lobos. Miré un catálogo. Elegí al lobo. Me senté allí. Elegí el hombro derecho. Me dijo que no me quejase. Salió un momento para fuera y, cuando terminamos, yo no vi un lobo ni nada. Parecía un gato. Nadie sabe lo que es. Lo sigo teniendo porque le he cogido cariño".
"la chica que me hizo el tatuaje me puso como rayos alrededor del caballo"
Juani no tiene tatuajes. Su hijo mayor sí. El mayor "se presentaba al Ejército y la primera vez que se examinó falló por las pruebas deportivas. Resulta que, cuando se presenta la segunda vez, lo pasa todo y cuando llega a hablar con el doctor le dijo que 'le sobrepasa 3 o 4 milímetros el tatuaje y lo echamos para atrás'. Yo en casa rezando. Y me llama y me dice que no había pasado por eso".
Trabaja en un hospital en Toledo y habló con una de las doctoras para "quitarse los milímetros del tatuaje que le sobraban. No se podía ver". Así, su hijo tuvo el 'no' para entrar en el Ejército por esos milímetros y lo consiguió remediar. Quitándose los milímetros que le sobraban.
Relevo
Ángel relata su historia con los tatuajes. Hace muchos años, se hizo uno a la altura del bíceps, tríceps. Era la cabeza de un caballo "y la chica que me lo hizo me puso como rayos alrededor. Me planteé el quitármelo. Un chaval me hizo un cover. Me hizo un ala encima del caballo. Para taparlo. Tengo como 13 o 14 más".
Por último, Pedro afirma que se dedica a eliminar los tatuajes. La piel, asegura, "se queda bien. No queda cicatriz. Nunca he tenido ningún problema. Duele. Pero es lo que hay. No hay más. Yo me he quitado muchos".