Su padre cumple 100 años, van a celebrarlo a un bar de Ciudad Real, y se le va de las manos: "Vente"
Prado, una de nuestras 'fósforas', dejaba a los colaboradores de 'Herrera en COPE' sorprendidos al descubrir cómo acabo esa fiesta de cumpleaños
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¿Sabes decir que no? ¿Te has visto envuelto en algún aprieto por ello? Es el tema que planteamos a nuestros oyentes en la 'hora de los fósforos'. En esta sección, descubrimos la historia de Prado, una chica que celebró el cumpleaños de su padre. Cumplía, nada más y nada menos, que 100 años. Había que celebrarlo y, por ello, decidieron acudir a un bar en Ciudad Real. No obstante, la fiesta se le fue de las manos. Puedes escuchar el audio en concreto aquí.
En concreto, Prado sitúa su historia en el bar Zacarías de Miguelturra (Ciudad Real). Cuenta que su padre cumplía 100 años y quería celebrarlo tomando unas cervezas. "Un sobrino me llamó diciendo que quería felicitar al abuelo. Se vino al bar y veo que lo ha puesto en el Whatsapp de los primos y se presentaron todos. La broma me costó 300 euros".
A Rodrigo, otro oyente, también le pasó algo curioso por no saber decir que no. "Un día estaba en el bar de un amigo. Entró una chica llorando, hablando con el novio por teléfono, la habían dejado. Me dijo que no tenía dinero para pagar el café. Se lo pagué y me lo contó. Le dije que yo me he separado y que tengo una casa con dos habitaciones. Se quedó una semana y se presentó con lo puesto. Me mandó donde su novio, que tenía las cosas en un trastero. Al final, estuvo un año y medio. Encima no pagaba nada".
"Pagué 150 euros de multa en el acto"
Más allá de esta historia un tanto surrealista, Ángel le contaba a Alberto Herrera que "el jefe del programa, Carlos Herrera, me costó 150 euros. Mi querido Juan Manuel Gozalo se iba a presentar a alcalde de su pueblo. Y el señor Herrera le hace una entrevista. Juanma decía: 'a ver, vámonos porque me va a llamar'. Paramos en Tordesillas y Herrera no llamaba. Nos paramos en un arcén y Carlos Herrera habló con él. Acaba la entrevista y aparece la Guardia Civil. Gonzalo era muy expresivo y yo intentaba tranquilizarlo. Pero al final pagué 150 euros de multa en el acto".
La historia de Óscar, además, es inolvidable. En su caso, explicaba que es una persona muy fácil. Y esto le afecta en su día a día.
"Se montó una despedida de soltero de un amigo aquí en Valencia. Planteamos irnos a Madrid. Nos fuimos al final allí y se calienta la cosa. Acabamos en Bilbao. Y el domingo, mi mujer la pobre, me llama y me dice 'que es hora de que vuelvas a casa'. Le dije que estaba en San Sebastián y me dijo que cuando me apeteciese, volviese".
Luis tomó una mala decisión por no saber decir que no. Y esto casi le cuesta la vida. "Hace cuarenta años tenía 18 y conocí a una muchacha. Estaba enamorada de ella. Tenía un hermano que me pidió un favor: que me fuese a la brigada paracaidista. Me quedé perplejo y me dijo que eran 20 meses. Al final, me tiré unos meses en Murcia. Todo el mes de noviembre, diciembre y enero. Cuando llega el mes de febrero, nos ponen los paracaídas. Tuve la suerte de no lisiarme en ninguno".
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Jorge, por último, hablaba de la vocación que tiene y cómo le afecta. "Soy Guardia Civil y mientras estás en el trabajo no puedes decir que no a nadie. Y tampoco fuera del trabajo. La última fue la semana pasada, hubo un incendio en Gandía. Vivo al lado y me lancé directo para allá a ayudar. Me acerqué al supermercado, les compré agua. También tuve que actuar en una tienda de telefonía con una persona que no quería pagar".