Liébana: “Somos el país de nuestro entorno con menos ayudas directas concedidas a empresarios y trabajadores"

Somos el país de nuestro entorno con menos ayudas directas concedidas a empresarios y trabajadores

Gay de Liébana

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El profesor José María Gay de Liébana analiza en 'Herrera en COPE’ las claves económicas del día.

Hace exactamente un año no sé si comíamos perdices y éramos más o menos felices. Doce meses después, España anda sumida en horas muy bajas. La batalla sanitaria prosigue, Don Carlos. En el frente económico las pérdidas se cuentan por cientos de miles y las víctimas en curso serán copiosas. En lo social, el país está hecho un descosido, la pobreza se agudiza y los altercados, por ejemplo, en Barcelona, destilan una infausta imagen de España en el mundo. Y políticamente, estamos en las manos menos idóneas, tanto por los unos, como por los otros y por los terceros. España, con este paisaje no saldrá de esta hecatombe hasta dentro de mucho tiempo. En marzo de 2020, España adolecía de una serie de vulnerabilidades en sus finanzas públicas que han resultado ser letales para nuestra economía. Hoy, esas flaquezas van en aumento aun cuando contemos con el socorro de la UE y el BCE que, al menos durante 2021, dicen que por dinero no quede. Luego, ya llegará la dolorosa, Don Carlos.

Sin embargo, el dinero, a la gente, a la economía real, solo llega a través de la banca, verdadero ángel de la guarda en esta crisis. Porque el Ejecutivo, de dinero, de lo que se dice dar dinero para combatir esta plaga de penurias, casi nada de nada. Somos el país de nuestro entorno con menos ayudas directas concedidas a empresarios y trabajadores. En marzo de 2020 nos hablaron de una chistera mágica que movilizaría 200.000 millones €, etéreos e ingrávidos, apenas tangibles. Ahora se pregona movilizar 11.000 millones de ayudas pretendiendo enmerdar a la banca so pretexto de recapitalizar balances cuando lo perentorio es dar subvenciones que contrarresten los costes empresariales y salven de la ruina. Y así llegamos a marzo de 2021 sin soluciones, manteniendo el errático rumbo de marzo de 2020 y sin indicios de golpe de timón, Don Carlos