La mirada económica de Gay de Liébana: “¿Recesión o depresión?”

Es lo que tiene dejar a nuestra economía y a nuestras empresas y autónomos tirados a nuestra suerte, sin el amparo del Gobierno

Gay de Liébana

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El profesor José María Gay de Liébana analiza en ‘Herrera en COPE’ las claves económicas del día.

Sin respuestas solventes por parte de nuestras autoridades, la economía española se debate ante un dilema: recesión, más o menos profunda, o depresión, con lo cual la cosa sería mucho más seria, Don Carlos. La recesión se concreta en la disminución de la actividad económica, por consiguiente, comercial e industrial y acarrea un descenso de salarios, de empleo y de beneficios. El quid es cuánto tiempo durará la recesión económica en España, en la que ya estamos metidos. El primer trimestre de 2020, Don Carlos, lo damos por perdido y el segundo trimestre, hasta junio, se plantea muy confuso, lo que significaría perder económicamente el primer semestre de este año 2020. La caída del turismo y de nuestra industria, por la hibernación económica, será un golpe para nuestras exportaciones y un vacío que otros países ocuparán, dejando fuera de juego a empresas españolas.

Eso nos llevaría a una recesión profunda que derivaría en una depresión. Y la depresión económica, Don Carlos, es lo realmente preocupante porque equivale a una crisis en toda regla, no transitoria, cuyas secuelas duran años. Es lo que tiene dejar a nuestra economía y a nuestras empresas y autónomos tirados a nuestra suerte, sin el amparo del Gobierno, como ocurre. Entrar en depresión implica reducir la producción – shock de oferta -, retraer el consumo – shock de demanda -, destruir empleo, ERES que no ERTES, enquistar e incluso disparar el paro, restricción del crédito ante la pérdida de solvencia generalizada, abortar cualquier atisbo de inversión, cascada de quiebras y mucha desigualdad. A todo eso, Don Carlos, sin mutualizaciones de deuda ni inyecciones de dinero procedentes de Europa, me temo que España se encamina hacia el rescate e intervención, y no de manera más o menos light. Pura sospecha, Don Carlos…

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