La mirada económica de Gay de Liébana: “Repatriación industrial”
La robotización y la automatización, sin riesgos de contagio, suman; reindustrializar, es el nuevo ideal. Y empieza la repatriación industrial
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El profesor José María Gay de Liébana analiza en ‘Herrera en COPE’ las claves económicas del día
¿Qué nos traerá el futuro de la era Covid-19? Una de sus secuelas, Don Carlos, será la desglobalización y el auge de las tendencias proteccionistas, sobre todo en el mundo occidental y en las economías avanzadas. La globalización, con sus pros y contras, ha facilitado el desarrollo de economías emergentes, pero, ahora, deja de interesar a las potencias económicas. La dependencia que Europa tiene de China y los países asiáticos, convertidos en las fábricas que producen aquello que nosotros deslocalizamos y desindustrializamos, despierta el resurgir del individualismo de los Estados. ¿Por qué? La robotización y la automatización, sin riesgos de contagio, suman; reindustrializar, como sinónimo de más autonomía y menos dependencia, es el nuevo ideal, dejando de estar a expensas de las decisiones que se toman en Asia. Y empieza la repatriación industrial.
No solo es el posible cierre de Nissan en Barcelona, duro golpe para Cataluña y la industria de la automoción en España, no ya por una cuestión de tamaño, sino de calidad industrial, por lo que supone tener o no acá fábricas de automóviles y toda la industria auxiliar que gira a su alrededor, con las consiguientes consecuencias sobre el empleo. Al desempleo generado por la crisis del coronavirus, se añade esa retirada de gigantes industriales. Francia da el primer paso. Industria automovilística, viene a decir Macron: si queréis ayudas y que el Estado os proteja, hay que repatriar las plantas industriales. Renault, PSA – Peugeot, Citroën -, pueden recoger los bártulos en Vigo, Valladolid, Palencia, Madrid, Zaragoza, Sevilla… Un detalle: el Estado francés posee el 15% de Renault. Y si hay que poner 5.000 millones de euros que salen de las arcas públicas galas, eso comporta repatriar y reindustrializar Francia. Empieza el éxodo… Y por acá, Don Carlos, ¿qué diantre hacemos? ¡Pues, nada!
LEER MÁS