Los clavos de Naranjo III "Si el Rey pudiera, se daría el gustazo de proponer de presidente a Ricky Rubio"
Cada mañana a las 8:15 Naranjo III pone los clavos a la actualidad con Carlos Herrera. Este lunes ha sido el turno de la Selección Española de baloncesto
Madrid - Publicado el - Actualizado
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España, ese país de tipos bajitos y panzudos, ha ganado el Mundial de Baloncesto, que hace nada sonaba tan quimérico como ver a Belén Esteban ingresando en la Real Academia o a Pedro Sánchez haciendo su tesis él mismo. Baloncesto, tenis, fútbol, waterpolo, balonmano o motor acumulan victorias individuales y por equipos, generando tsumanis de felicidad nacional para compensar los fracasos de la única Selección que no se come una rosca: la de estos políticos del presente que pegan balonazos al árbitro y hacen constantes faltas intencionadas al aficionado. Entre hoy y mañana les recibe a todos ellos el Rey, cuya legendaria imparcialidad le impide, probablemente, darse el gustazo de encargarle la investidura a Ricky Rubio y mandar al resto a lavarle los calcetines.
Le ha caído a Cayetana la del cefalópodo de ocho patas por echarle fuegos a los fueros y venir a decir que en el País Vasco, como en Navarra, se utiliza la historia como excusa para pagar menos.
Una afirmación tan molesta como cierta, y fácil de demostrar: un vasco, un navarro, un madrileño y un balear tienen una renta parecida; pero los dos primeros reciben per cápita el doble porque el doble ponen los otros dos para la solidaridad interregional.
Ya le vale a Cayetana, ponerse a decir verdades como una loca irresponsable. Cualquier día le da por decir que, en cuestiones de historia, Aragón, León o Andalucía se pasan también los fueros por el forro. Qué temeraria es nuestra mantis religiosa favorita.
Ortega Smith es el ñapas de Vox, encargado de defender la construcción de un muro de cemento de diseño mejicano en la frontera sur de Ceuta y Melilla. Como el Vaticano no respalda ese despliegue de ladrillazo, el general secretario les ha pedido al Papa y al Arzobispo de Madrid que alojen ellos en la Santa Sede a los inmigrantes ilegales, con esa sutileza verbal que caracteriza a quienes, al terminar de hablar, siempre parecen a punto de soltarte un eructo.
También ha dicho el bueno de Ortega que los negros traen enfermedades, pero tal vez se haya equivocado el foco del contagio: lo que hay que buscar es al bicho marino que le picó a él, quizá cuando invadió a nado Gibraltar o dijo eso de que "sin la batalla de Lepanto, todas las mujeres llevarían burka". Aun se hacen sesudos estudios para determinar si aquello fue una crítica o un sueño inconfesable.