Naranjo III: "Sánchez amenazará con el 155, pero hará un 69 con Junqueras"
Antonio Naranjo analiza la actualidad con sus ácidos clavos.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Mientras Pedro Sánchez intenta señalar al asesino de la legislatura, el cadáver empieza a oler. Conviene aclarar pues quién es el responsable de haber convertido el Parlamento en un lodazal, las instituciones en una casa de lenocinio y al votante en un rehén de las miserias de tanto nini con cargo público.
No hace falta recurrir a la intuición para identificar al culpable. Basta con escuchar al propio Sánchez, no hace tanto, explicando por esa boquita quién es el malo de la película.
Aclarado esto, con una rotundidad que casi duele, la siguiente pregunta es ¿Cómo piensa competir el centroderecha el 10N? tras constatar que el 28 de abril le regalaron el Senado y algunas decenas de diputados a Sánchez, que con solo 123 diputados se ha sentido el Kennedy de Doñana durante cinco meses.
Reclamar el 155 y cederle al PSOE a la vez la Cámara Alta, que es donde se aprueba, es tan absurdo como rechazar alianzas entre PP, Cs y Vox antes de las Elecciones y firmarlas luego con menos diputados y opciones de Gobierno.
En mayo de 2018 el centroderecha superaba a la izquierda en cinco puntos y tenía un potencial de más de 180 diputados. Año y medio después, sus batallitas internas les dan las mismas opciones de ganar las Generales que a Errejón de rodar una secuela de Rambo.
¿Qué más necesitan Casado, Rivera y Abascal para entender que su principal enemigo no es Sánchez sino ellos mismos?
Sánchez pidió el endurecimiento del delito de rebelión quince días antes de poner la moción de censura con ERC, y apenas dos meses más tarde de exigir disculpas a quienes le habían acusado de estar dispuesto a llegar a la presidencia gracias al independentismo. Es difícil saber cuándo Sánchez dice la verdad y cuándo no, pero ante la duda, apliquen esta fórmula: antes de votar, insistirá con el 155 en Cataluña; después de pasar por las urnas, no descarten un 69 con Junqueras.