Naranjo III: "A España le interesan más los restos de Rafa Nadal que los de Franco"
Antonio Naranjo precede a la tertulia de Carlos Herrera clavando la actualidad con los temas más mordaces, humanos, ácidos e incluso cómicos del día.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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LOS ENCHUFES EN MÓSTOLES SIGUEN DANDO JUEGO EN EL PSOE
El PSOE quiere que la alcaldesa de Móstoles dimita por enchufar a media familia y un montón de amigos en el Ayuntamiento de la capital mundial de la empanadilla. Muy bien. ¿Pero cuál es el criterio para juzgar el nepotismo en Ferraz?
El amiguismo también está presente en una pléyade de nombramientos oscuros del Gobierno de Sánchez: RTVE, Correos, Paradores o el CIS tienen al frente a amigos y colegas del presidente sin capacitación para el cargo o con el dedo como principal promotor.
Y a diferencia de en Móstoles, no llegaron solo para llevárselo crudo: también para transformar todas esas instituciones en una herramienta de marketing al servicio del jefe. ¿De verdad es más grave darle un salario al cuñado zoquete que poner a una marioneta, por ejemplo, al frente de la Abogacía del Estado?
SIGO YO SALVO QUE CARLOS PREFIERA AÑADIR ALGO
Y hablando de propaganda. El traslado de Franco ya es cuestión de horas. Termina el culebrón. Nadie ha hecho más por resucitar a Franco que Sánchez queriendo enterrarlo de nuevo.
El objetivo es razonable como guinda tranquila de la Transición. Pero el líder socialista ha preferido convertirlo todo en un espectáculo. ¿Minuto y resultado en el Valle de los Caídos? ¿Qué dice el VAR en Mingorrubio? ¿Penalty en La Almudena?
La exhumación debería narrarla Tiempo de Juego y no Herrera en COPE. Y cuando culmine, alguno va a sufrir de lo lindo: se dará cuenta de que los únicos restos que ocupan ya a los españoles son los de Rafa Nadal.
VAYA CULEBRÓN EN LA FAMILIA QUER
El sufrimiento en esa familia no termina. Padre detenido. Madre denunciante de un supuesto intento de atropello. Y la hija superviviente montando un espectáculo público para defenderle a él. No sabemos cómo acabará este asunto, pero sí cómo debemos tratarlo: con humanidad y un poco de discreción. No estamos ante una batalla de sexos ni en un combate de boxeo. Un poco de piedad, es una familia malherida con unos padres con el corazón congelado.