Barbosa: "Para el Gobierno, lo de Garzón es una opinión personal, pero lo de Madrid es una deslealtad"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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"¿Qué tal?, ¡buenos días! en este jueves 6 de enero de 2022. Un día muy especial, en el que la noticia más interesante, la que más puede motivar a muchos hogares de España, a esta hora, es la que ya se tiene que estar produciendo, de forma simultanea, en miles y miles de salones de miles y miles de casas a lo largo de este país.

Festividad de la Epifanía, Día de Reyes y, por muchos años que tengas, es difícil escapar de la magia de esta jornada, sobre todo si tienes críos, nietos o sobrinos. Decíamos a las seis que los que venimos a la radio de madrugada también notábamos que esta noche no es una noche cualquiera.

Y eso que algunos, por horario de trabajo, ya estamos acostumbrados a transitar por ese momento casi mágico del conticinio -qué es una palabra bien bonita, ¿verdad?- CONTICINIO que vendría a ser ese momento tan especial en el que hasta el rumor de la noche se apacigua y los elfos urbanos ponen las calles...

Pues, como les digo, a pesar de estar tan acostumbrados a transitar por ese mundo entre dos aguas, en el que un día se ha ido, pero el siguiente todavía no ha llegado, hoy, casi, casi que veníamos con ansiedad, con nervios. Con la cosa de decir: “a ver si nos vamos a topar todavía con los REYES MAGOS y nos vamos a quedar sin regalo”.

Porque, claro, de pequeños a muchos nos contaban que mucho cuidado con levantarse en mitad de la noche a fisgar por ahí, que si pillábamos a los Reyes en medio de la faena, que cogían y se marchaban. Así que hemos venido, a la radio casi sin querer mirar mucho a las fachadas o a las azoteas de los edificios, no fuera a ser que viésemos a los Reyes entrando en alguna casa.

El caso es que a los pequeños de la casa los hemos dejado en la cama, con la ilusión de siempre y algunos con la esperanza de que no se despierten muy temprano para que nos dé tiempo de volver y ver sus caritas cuando abran los regalos.

Bueno, pues los Reyes acaban de terminar, como quien dice de repartir los regalos por España.

¿Pero los Reyes hablan castellano? Bueno, y el idioma que se propongan y, además, a veces tienen más o menos los problemas que tenemos los mortales. De hecho, nos decían que esta campaña que tampoco ha sido tan caótica como algunos pronosticaron con que si la crisis de suministros iba a hacer que faltaran juguetes, y tal y cual.

Este año, el problema de los pajes ha sido, más bien, el económico, el de cuadrar el presupuesto en un año difícil para muchos, que es verdad que, afortunadamente, hemos ido de menos a más, pero en el que todavía hay muchos hogares que no acaban de arrancar y con la inflación del 6’7%, que, a lo tonto a lo tonto, nos está sisando a todos dinero del bolsillo.

Claro, por eso, porque la cosa no está muy bien en lo económico, muchos siguen sin entender que un ministro de Consumo, como Alberto Garzón, puede ser capaz de boicotear a la industria cárnica española en el extranjero.

Con lo que nos cuesta sacar adelante la actividad del sector privado con la de familias humildes que viven de eso, coge un ministro y concede una entrevista a la opinión pública británica, con toda su influencia sobre el mundo anglosajón, y suelta la idea de que buena parte de la carne que España vende en el mundo es de mala calidad -dando a entender también que España es tan ruin que es capaz de permitir que se maltraten animales, se contamine, etc, etc-. Es decir, acusando a España, en el extranjero, de cara a nuestros potenciales compradores, de incumplir las normas, además, de vender porquería.

El Gobierno se pone de perfil porque Garzón es Garzón

Bueno, pues el Gobierno, al que pertenece Garzón, se ha puesto de perfil, con tal de no enmendarle demasiado la plana.

Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez, en declaraciones a La Sexta, haciendo eso que ya inventó Carmen Calvo de “no, una cosa es lo que diga Pedro persona y, otra, lo que diga Sánchez presidente”.

Como si fueran dos personas diferentes como si un político, con responsabilidad pública, pudiera ser algo así como Crístofer y Carlos Jesús, o omo Maradona, cuando decía aquello de que 'de la puerta de casa para adentro, soy El Diego, y de la puerta hacia fuera soy Maradona'.

Asi que, nada, que sí, que Alberto Garzón puede haber declarado a la prensa británica que España exporta carne de mala calidad, pero que eso es una opinión suya que no es la opinión del Gobierno.

Y el pequeño detalle de que Garzón forma parte del Gobierno, pues no tiene importancia y los españoles debemos aceptar esa explicación. Y ya estáy tal día hará un año.

Claro, aquí habría que preguntarle a la ministra portavoz: ¿Entonces, si un ministro sale un día y dice que está a favor de la explotación infantil, el Gobierno no lo va desautorizar, y se va a limitar a decir que es su opinión personal?

¿A qué no? Pues entonces, la respuesta del Gobierno debería ser más contundente, más allá de que el ministerio de Agricultura se haya limitado a decir, a través de sus fuentes, pero sin que salga de momento el ministro Planas, a señalar que “en España el sector de la carne aplica los estándares más exigentes”.

Es decir, el Gobierno se limita a decir, de forma indirecta, que Garzón miente y a dar a entender que Garzón... bueno, ya se sabe que Garzón es Garzón y sus opiniones.

Lo que no sabemos es si esto será suficiente para los barones socialistas que se han visto obligados a tomar cartas en el asunto como el presidente de Aragón, Javier Lambán, y el de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que ha sido el último en asegurar que “el ministro debe, cuando menos, rectificar”.

Bueno, pues de momento, Garzón se ha pasado por la SER y rectificar o pedir perdón, como que no.

Que lo que ha dicho está muy bien dicho, que esto es una manipulación de la derecha (Lambán y Page, deben ser de derechas y los agricultores y veterinarios que se han sentido injuriados también), y, ojo, que no lo ha dicho a título personal, sino como ministro con lo cual desafía a su propio Gobierno, mientras Sánchez, de momento, no dice nada.

Y los hay que se enfadan mucho porque subrayan que en las declaraciones de Garzón queda claro que el palo era para las explotaciones intensivas, pero no para las extensivas.

Claro, las extensivas, que según el propio ministro, sólo están presentes en buena parte de Asturias, y una parte de Castilla y León, Andalucía y Extremadura. Es decir, el ministro ha venido a decir en el extranjero, a nuestros potenciales compradores, que el resto de esos territorios y el resto del país, la carne que produce es de mala calidad. Si eso no es boicotear a la famlias que viven de la carne y dejar por los suelos la imagen de España, pues nada.

Miren, ya hemos comentado en alguna ocasión que la izquierda está haciendo con la ecología y el respeto a los animales lo mismo que con otras ideas loables, tratar de monopolizarlas para su propio beneficio ideológico.

Se quiere identificar la defensa del medio-ambiente con el proyecto "pobrista" que nos quieren imponer, y que consiste, básicamente, en desmontar la clase media.

Lo que más irrita a una parte de la izquierda no son los ricos-ricos, sino esa masa de gente trabajadora que confía todavía en el esfuerzo y la meritocracia, hasta tal punto que reniega de las políticas que pretendan llevarnos a una sociedad puramente asistencial.

Y en eso es en lo que están y la ecología les viene fenomenal como coartada: “No, es que tienes que renunciar a comer carne, a tener coche, a viajar… porque el medioambiente está muy mal”.

Hay una parte de la izquierda que ha pasado de pretender que el obrero mejorase sus condiciones de vida para llegar a ser clase media a pretender lo contrario: a proponer soluciones que, por hache o por be, lo único que hacen siempre es proponer a la gente modesta que o deje de consumir algo o lo haga a un precio mucho más alto, que no todos se pueden permitir.

Y en ese contexto hay que entender la estrategia de Garzón más allá del ataque puntual a los ganaderos que proveen de carne a toda la sociedad, con la calidad y los estándares que exige la Unión Europea.

Y si no fuera así que manden inspecciones del ministerio de Sanidad y de lo que haga falta. Pero soltar basura sobre un sector de nuestra economía, y las familias que viven de él, en la prensa extranjera, es incompatible con ser ministro de España. Puede ser compatible con ser activista, pero no con ser ministro.

A todo esto, ¿qué pasa con la pandemia?

¿Qué pasa con el que sigue siendo el gran asunto de fondo que, de una u otra manera, todo lo condiciona hasta las cabalgatas de esta pasada noche? Bueno, pues los contagios en 24 horas han sido 137.180 casos. Es la segunda marca más alta de la pandemia. A eso hay que sumar 148 fallecidos, en un solo día.

Y lo que más inquieta es que los hospitales ya tienen más ingresados que en las dos olas anteriores. Dicho de otra manera, ya hay hospitales en Cataluña y el País Vasco que están amplicando las UCI, porque con el espacio habitual ya no dan a basto.

En su conjunto, la situación sigue siendo manejable, pero la marea continua subiendo, poquito a poco, de manera que cuanto antes cortemos el grifo de los contagios, mejor que mejor.

Y de lo que no nos libramos es de los dimes y diretes sobre las medidas a tomar, incluso hasta cuando se toman de manera, más o menos, unánime.

El último capítulo tiene que ver con las cuarentenas en los colegios. El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, lo confirmaba, precisamente en este programa. En la reunión del martes hubo un intento de unanimidad, pero ni por esas fueron capaces de salir con todas las dudas resueltas. ¿Qué se hace el lunes con los niños que sí estén ya vacunados, en caso de ser contacto estrecho de un positivo? ¿Y con los que tengan un pinchazo, pero no la pauta completa?

La idea general era que los no vacunados, que sean contacto estrecho de un positivo, se tengan que ir a casa 7 días, pero Madrid ha decidido que los menores de 12 años no tengan que guardar cuarentena, aunque no tengan la pauta completa.

Lo cual es una manera de adelantarse una semana, a lo que seguramente van aprobar las ponencias sanitarias dentro de unos días: eliminar directamente las cuarentenas preventivas por contactos estrechos.

Pero ese movimiento de Madrid, marcando terreno y haciendo de mascarón de proa en cuestiones pandémicas, ha vuelto a sentar mal al Gobierno central.

Lo de Garzón es una opinión personal, y el Gobierno no tiene nada que decir, pero lo de Madrid es una deslealtad y el Gobierno se indigna mucho. Por cierto, como estamos en estos momentos de decisiones sobre la marcha, apunten otra decisión de esas que pueden afectar al más de millón de infectados que lleva ya ómicron en España: Las personas que hayan pasado el covid recibirán la dosis de refuerzo cuatro semanas después, de su positivo. Si no se ha sufrido la enfermedad, Sanidad mantiene los seis meses de distancia entre el último pinchazo y el de refuerzo.

Para que vean lo importante que es tener la radio encendida, ni que sea de fondo, mien tras los niños abren los regalos..."