La pregunta de Herrera al Gobierno: "¿Quién ha pagado la clínica Ruber a Carmen Calvo?"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Y luego está Pablo Iglesias. Ayer cuando le preguntaron sobre su gestión en esta crisis, respondió con Esperanza Aguirre e Isabel Ayuso. Ninguna de ellas estaba allí para contestarle. Iglesias no está en el Gobierno para gestionar ni para gobernar a los españoles. Iglesias está en el Gobierno para llevar a cabo un proyecto político que sólo se puede llevar a cabo en situaciones de excepcionalidad. Él lo ha reconocido. No esperen de Iglesias ninguna medida a favor de los españoles. Sólo pueden esperar de este tipo demagogia, ataques a la oposición, a los jueces, a la prensa, maniobras como el lanzamiento de ese libelo de pistoleros dedicados a la guerra sucia contra medios de comunicación libres. Y esperen entre Iglesias, Simancas y "El País" la campaña que van a seguir montando contra Ayuso. Es el objeto fóbico de toda la izquierda. Si no es que las mascarillas son demasiadas buenas, es el apartamento en el que está confinada. Que por lo visto se ha convertido en un gran escándalo. ¿Dónde está la irregularidad? Esta señora se va a un apartamento, pacta un precio con el propietario de ese apartamento para no contagiar a la persona con la que vive, y lo paga de su bolsillo. ¿Dónde está el problema? Ya verán como el diario "El País" le va a dedicar a esto tantas portadas como a los trajes de Camps. Ya lo verán. No a un gobierno incompetente que cada día rectifica algo del día anterior. No, sino a una señora que se ha ido a pasar la enfermedad a un apartamento pagándolo de su bolsillo. Por cierto, ¿quién ha pagado la clínica Ruber a Carmen Calvo? Porque la mutua que tienen este tipo de altos funcionarios no cubre ese tratamiento en la Ruber. ¿Ha sido una gentileza de la Ruber? ¿Lo ha pagado ella? ¿Lo ha pagado el Gobierno? ¿Y el piso donde está y donde vive? El diario "El País" y otros tantos no han tenido reproche para las chapuzas y las irregularidades, algunas escandalosas, en la compra de material. Como antes dejaron pasar sin escándalo el viaje del fraudillo con medios públicos a un concierto con su pandi. O la colocación laboral de su esposa estando él en la Moncloa. O la tesis plagiada. Quien ha mirado para otro lado en estos escándalos, no tiene ninguna credibilidad para organizar ahora autos de fe.