Antonio Herraiz: "El PSOE ha dejado claro que Sánchez quiere seguir en el poder"

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¿Se despeja la investidura? Pues es todavía muy pronto. Esto no ha hecho más que empezar y Sánchez no tiene prisa. Su estrategia es dejar que todos se cuezan solos para, al final, irrumpir él e intentar una investidura que le permitiría conservar la Presidencia, pero haría inviable la gobernación de España.

Ahora mismo, la situación es la siguiente: Alberto Núñez Feijóo insiste en presentarse a la investidura, aunque en principio la tenga imposible por el veto del PNV y la negativa del PSOE a abstenerse.

Con este panorama, aquí se está hablando mucho de Puigdemont, de la alianza de Sánchez con la izquierda más radical, con los separatistas, con Bildu, pero se está aparcando -con clara intención- algo que indica la lógica de los resultados, no los intereses partidistas.

Todos los partidos que son necesarios en cualquier ecuación, salvo BILDU, todos han perdido votos y escaños. Lo ha hecho Vox, lo ha hecho Sumar, lo ha hecho Esquerra, Junts, el PNV, Coalición Canaria, UPN... Se salva BILDU, que ha mejorado sus resultados en el País Vasco y junto con el diputado de Navarra suma 6, aumentando su representación en el Congreso.

¿Es posible una gran coalición en España como ocurre en Alemania?

Pero el resto, las urnas les han castigado, de forma más o menos severa, pero les han castigado. ¿Eso quiere decir que el mensaje que han lanzado los españoles pasa por una gran coalición entre los dos grandes partidos de España? Eso sería mucho decir, pero una vez que el resultado endiablado deja un laberinto con escasísimas salidas, debería ser un escenario a contemplar y no se está haciendo.

Se mira a Alemania, donde con las lógicas dificultades, pero sin grandes estridencias, gobiernan los liberales, los socialdemócratas e incluso con el apoyo de los verdes. Desde la década de los 50 no tenían un gobierno de esta corte y es un acuerdo que entraña no pocos recelos a priori.

Esta es una posibilidad que en España no se ha planteado como primera opción. Lo ideal, o lo conveniente para el país, no siempre es rentable por cálculos partidistas. Y ahí está uno de los escollos con los que se puede enfrentar este planteamiento. En el PP, Feijóo insiste en que va a hablar con el PSOE.

Ahora hay que ver de qué van a hablar. Si la propuesta pasa por un, abstente tú para que Gobierne yo, que es imposible. Y cuando lo vaya a hacer el PP ya tiene la respuesta. La adelantaba aquí en 'Herrera en COPE', el secretario de los socialistas madrileños, Juan Lobato.

Descartada esa ecuación, no estaría de más que se pusiera con realismo lo de la gran coalición. Al margen de los reproches o de los insultos que se han podido lanzar en campaña, la clave es si tienen que entenderse dos partidos de estado, como son PP y PSOE, o hay que recurrir a partidos como Esquerra, Bildu o Junts.

Las exigencias de Junts para hacer presidente a Sánchez

A los que les va a tocar asumir las exigencias más radicales, nos van a contar que es un punto de partida que después tendrán que ir limando. Es el caso del PSOE con la exigencia de Junts, sobre todo después de escuchar al abogado de Puigdemont. El letrado del que tiene la llave del futuro del Gobierno de España se llama Gonzalo Boye y su historial viene manchado, entre otras muchas cuestiones, por la condena por colaborar con la banda terrorista ETA.

Como se saben decisivos, al menos de primeras, van a por todas. Y el abogado de Puigdemont ha lanzado un órdago: no solo quieren el indulto anticipado del expresidente Catalán. Pretenden que la amnistía afecte a todos los que de algún modo se vieron implicados en el intento de golpe separatista en 2017. Habla de 4.000 personas. Y desde el Gobierno, la ministra portavoz Isabel Rodríguez le contestaba que eso es directamente ilegal y que no lo contempla la constitución. ¿Qué nos tiene que hacer pensar que esta vez sí están diciendo la verdad?

Escaños por un puñado de votos

Esta es la situación ahora mismo a la espera de que el viernes se empiece a contar el voto del exterior. Ya te hemos contado que puede bailar un diputado en Madrid a favor del PP, lo perdería el PSOE, otro también para los de Núñez Feijóo en Gerona, que se lo restaría a Junts, pero hay escaños con margen que se han decidido por un puñado de votos en Asturias, en Málaga, en Cantabria, así que veremos.

Para rematar el infernal panorama derivado de la negativa del partido perdedor a permitir la investidura del ganador; Sánchez pone en un brete al Rey: ¿Encargará la investidura a Feijóo, a sabiendas de que es inviable, o a Sánchez, a sabiendas de que solo puede lograrla con los partidos antisistema?

El papel de Sumar si Sánchez vuelve a ser presidente

Lo que sí nos ha dejado claro el PSOE en estos primeros compases del partido es que Sánchez quiere seguir en el poder. Y lo hará, como hasta ahora, sin ningún tipo de escrúpulo.

En el PSOE deslizan que cualquier negociación lleva su tiempo, que esto va para largo, pero, ¿qué partido es el que está poniendo un mayor interés para que no haya repetición electoral? Ahí hay que mirar a Yolanda Díaz; hay que mirar a Sumar y lo van repitiendo allá donde van: cuanto antes, mejor.

No solo han encargado a Jaume Asens, del partido de Ada Colau, muy próximo a las tesis separatistas, que abra una vía de diálogo con el partido de Puigdemont. Es que están tratando de meter prisa al PSOE. Primero, porque dan por seguro que en unas nuevas elecciones seguirán cayendo. Segundo, porque tras esa caída, Podemos ha empezado a enredar. Y de tener que pasar de nuevo por las urnas, el tándem Pablo Iglesias-Irene Montero volverían a montar jaleo con la formación de las listas.

Y, tercero, y quizá más importante. Sumar con esa cara más amable que ofrece Yolanda Díaz, ni tan escorada como la de Iglesias, ni tan estirada como la de Montero o Belarra, viene de donde viene. Díaz tiene carné y alma de comunista. Y si algo detestan los comunistas, se llamen Sumar, se llamen Podemos o PCE es la centralidad.