Barbosa, sobre el recorte de ayudas: "Los fans del Gobierno culpan a la derecha, aunque no gobierne"
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¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este lunes 20 de julio de 2020.
Dice el calendario varias cosas. La primera que ayer pasamos la primera tarde sin Juan Marsé, un gigante de la literatura española, premio Cervantes, y narrador de la Barcelona de los barrios, de la Barcelona charnega que poco tenía que ver con el relato oficial de la burguesía...
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Ese desencuento fue el que protagonizaron Teresa y Pijoaparte, en últimas tardes con Teresa, aquella novela que le dio fama en los sesenta... A Marsé, las terminales de la Cataluña oficial no le van a llorar demasiado porque tuvo el coraje de renegar del cuento identitario. Además de tener el don de enfadar, tanto a la derecha como a la izquierda. Algo que suele hablar bien de la coherencia intelectual de alguien... En fin, descanse en paz Juan Marsé.
Bueno, la otra cosa que nos dice el calendario es que mañana se cumplirá un mes de la nueva normalidad... Un mes de aquel día en el que muchos cogieron carretera y manta para ver a la familia que tenía en otra comunidad autónoma o para ver cómo estaba su segunda residencia.
LA "VUELTA ATRÁS" SI NO HACEMOS CASO
Ahora estamos en ver si conseguimos evitar la vuelta a la nueva “vuelta atrás”, que es lo que nos pronostican los expertos si no vamos con cuidado y embridamos los nuevos brotes.
Miren, si las cosas se hacen bien, por poder, se puede hasta concluir la liga de fútbol, que ayer terminó con el pobre Leganés en segunda y la Real Sociedad y el Granada en Europa. Ese es un ejemplo de lo que nos toca vivir, de momento. ¿Qué es un poco soso porque no hay público? Pues sí, pero mejor eso que nada. Esa debe ser la mentalidad. Hacer vida, pero sin olvidarse de las medidas de seguridad.
Pues ésta que empezamos va a ser una semana clave para contener los brotes o acercarnos un poco más a una transmisión comunitaria más global, que coloque en una situación complicada a este país.
LAS AYUDAS EUROPEAS PARA LA RECONSTRUCCIÓN
País que esta madrugada se ha seguido pegando en Bruselas por las ayudas económicas. Y los países del norte son duros de pelar, sobre todo el holandés...
Llegaron el viernes diciendo eso... “Reformas, reformas, reformas” a cambio de cualquier ayuda. Y que un plan de 750 mil millones era mucho, que mejor 700 mil. Y que debía haber un mecanismo de freno, para congelar las ayudas si los que las reciben no acometen reformas. Porque dicen que se han dado cuenta que siempre son los mismos los que se meten en problemas económicos, que siempre prometen reformas, pero que luego no las llevan a cabo. Eso y que las ayudas directas les parecían también demasiadas. Claro, aquí los que están a favor del plan decían que menos de 400 mil millones en ayudas, eso ni era plan ni era nada.
Pues cómo les tendrán la cabeza los frugales a los más rumbosos para que esta madrugada se haya reactivado el acuerdo a cambio de que esas ayudas directas no superen los 375 mil millones.
Es decir, los países del norte han ido consiguiendo sus objetivos, aprovechando los mecanismos de veto de la Unión Europea, y a base de desgastar mentalmente al resto de líderes. El húngaro estaba ayer que no podía ver al holandés, ni en pintura. “A mí no me gusta criticar, pero el holandés tiene tela marinera”.
Bueno, aquí en España, como la cosa se está poniendo fea, y cunden los nervios, los fans del gobierno PSOE-Podemos ya han empezado a desahogarse contra los países frugales a los que acusan de querer acabar con el poco estado de Bienestar que queda en el sur, con convertirnos en su patio trasero, en el que ellos puedan venir de vacaciones baratas... Y tampoco han faltado las críticas a la derecha española, a la que, aunque no gobierna, también le echan la culpa de esto. Como si fueran una especie de nuevos afrancesados, que en lugar de defender el orgullo nacional, se alegran por lo bajini de que fuerzas extranjeras nos obliguen a poner la casa en orden.
Miren, hoy va a ser un día para debatir sobre economía en general, sobre la economía española en particular y sobre la propia naturaleza de la Unión Europea.
Pero quédense con una idea: no son los holandeses los que están viniendo a nuestra casa, cuales señoritos fanfarrones, a decirnos lo que tenemos que hacer en ella. Somos nosotros los que hemos ido a la suya. De hecho, Sánchez hizo una gira por los países de puño apretado para pedirles que se estiren un poco. Que es verdad que el dinero en sí lo pide la Unión Europea, pero esos países, que tienden a ser pequeños (Holanda, Austria, Suecia, Dinamarca o Filandia) tienen que avalar su parte. Y son países que saben que no son Sistémicos, es decir, que si ellos se hundieran, lo mismo la Unión Europea podría seguir adelante, aplicándoles sólo a ellos unas condiciones duras.
Por eso, les da mucha grima cuando un grandullón como España o Italia se presenta y dice no, que si yo caigo caemos todos. Me tenéis que ayudar. Una especie como de chantaje.
Pero, claro, una vez vale, pero cuando la crisis financiera de 2008 a ti te pega más fuerte que nadie, y te tienen que ayudar… Y luego viene la pandemia, y también te pega a ti más fuerte que nadie sin que hayas mejorado tu resistencia económica respecto a la crisis anterior. Otra vez con el paro por las nubes y el PIB por los suelos. Y te presentas con un Gobierno que aumenta el gasto sin contener los gastos superfluos, que se medio inventa, como dice la AIREF, 10 mil millones de ingresos... Y encima te presentas con un Gobierno, cuyo vicepresidente apoyó en 2017 la campaña a favor del impago de la deuda soberana en la Unión Europea. Oiga, normal que se escamen un poco y que piensen: ¿y estos cuando piensan ponerse las pilas? Pues el que debería ponerse las pilas, Pedro Sánchez insiste en el argumento de la urgencia y en la promesa de usar bien el dinero.
Pues si las ayudas se retrasan, hay que sectores que lo van a pasar francamente mal. Estamos pensando, por ejemplo, en el turismo, que tiene a un millón de personas en el ERTE, que ya perdió antes de verano 30 mil millones, y que ve como el mes de agosto se puede poner feo por culpa de los brotes…
EL ASENTAMIENTO DE ALBACETE
Como se puso feo ayer, por cierto, lo de Albacete. Un ejemplo de hasta donde puede llegar la tensión social si mezclamos virus con limitaciones para trabajar.
En las afueras de la ciudad hay un asentamiento de temporeros, de esos donde las criaturas conviven como pueden. Ahí se juntan los que consiguen trabajo en el campo, pero se quieren ahorrar un alojamiento más caro, y los que llegan sin tener contrato…
Pues les habían confinado porque 21 de ellos, sobre un total de 500, habían dado positivo. ¿Qué hizo un centenar de esos temporeros? Pues saltarse el confinamiento e irrumpir en las calles de Albacete, cortando el tráfico, golpeando algunos coches, desalojando a la gente de las terrazas, destrozando algún bar… En fin, momentos de mucha tensión en Albacete, mientras el ayuntamiento ha conseguido que volvieran a confinarse, mientras estudia cómo realojarles en otro lugar. Algunos de esos temporeros decían que si están confinados, no trabajan y si no trabajan no cobran.
Virus, economía y tensión social… Un cóctel de lo más inquietante... Ayer, el presidente de la patronal catalana, Sanchez LLibre, pronosticó que la economía española no soportará otro confinamiento como el de marzo y abril. Así que depende de todos, que no lleguemos a ese punto...
FERNANDO SIMÓN, EN PORTUGAL
A todo esto, saben que, en el fin de semana no se actualizan los datos. Así como suena. De hecho, a Fernando Simón no le pregunten, porque este fin de semana estaba haciendo surf en Portugal
Que el hombre sabrá si usó la mascarilla, y suponemos que dirá que él también tiene derecho a tomarse un descanso con la familia, pero lo que sí parece chocante es que no haya nadie en Sanidad que recopile los datos que van soltando las comunidades porque sea fin de semana.
SÍ sabemos que sólo en Cataluña los nuevos casos, en 24 horas, han sido 994. La progresión del virus es evidente y comenzamos una semana clave para su contención. Una semana en la que, por cierto, la mascarilla es obligatoria en toda España, salvo en Madrid, Canarias, Castilla-La Mancha y Ceuta. Pero en Castilla-La Mancha se prohibirá a partir de mañana, y en Ceuta ya lo están estudiando.
Lo que parece que se enfría es la última idea de Baleares. Dicen que sigue en estudio, pero lo cierto e que han echado el freno a la idea de pedir cuarentenas a los visitantes que vengan de lugares conflictivos, incluso dentro de España, tipo Cataluña o Aragón.
Y lo que sí ha hecho Cataluña es ampliar el confinamiento voluntario a otros tres municipios: Sant Feliu de Llobregat, en Barcelona, pero también Vilafant y Figueras, que están en Gerona.
Así que, ya ven, seguimos en ese punto en el que todo es un batiburrillo de medidas, aquí y allá, mientras cunde la sensación de que falta mayor coordinación, mayor rapidez y mayor coherencia.
Ya de entrada, lo de Barcelona, ayer fue muy significativo: calles más vacías, pero playas llenas. Pero llenas, de tener que cerrarlas en algunos momentos porque estaba el aforo completo.
Claro, cuando una misma autoridad pide a la gente que sólo salga de casa para lo imprescindible, pero al mismo tiempo deja ir a la playa, algo de coherencia nos falta.
Pues sí, las medidas y las recomendaciones ya son oficiales, pero las playas estaban llenas y cerca de medio millón de vehículos han dejado Barcelona desde el viernes. La alcaldesa Ada Colau fue la primera que el viernes pasado quedó en evidencia. En la rueda de prensa en la que estaba anunciando que se pedía restringir el movimiento, reconoció que su pareja y sus hijos habían salido de la ciudad condal.
Es un ejemplo muy gráfico de cómo estamos. De no saber si vamos a setas o a rolex porque inquietan los brotes, pero no se quiere dar la puntilla al verano.
Consejo para la ciudadanía: respeten las normas. Consejo para los políticos: pongan rastreadores, porque, a estas alturas, tenemos menos de la mitad de los que harían falta. Y no será porque no se sabía.