Barbosa: "Sánchez no quiere a Iglesias y vuelve a poner Cataluña como excusa"

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Son las 8, las 7 en Canarias:

¿Qué tal? Buenos días. Saludos de Sergio Barbosa el nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este viernes 19 de julio. Faltan 12 días, menos de dos semanas, para que comience el mes de agosto. Los que se cogen las vacaciones el 1 de agosto están llevando la cuenta, vamos, como los presos que marcan en la pared los días que le quedan de condena. Bueno, eso si no les han condenado a cadena perpetua y tienen claro que no saldrán nunca. Por ejemplo, El Chapó Guzmán, que ya ha sido trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Colorado, conocida como "el alcatraz de las Rocosas".

El narco mexicano más conocido del mundo, como saben ustedes, se acordarán, se escapó una vez en un carrito de la ropa sucia y en otra ocasión sus esbirros cavaron poco a poco un túnel que acabó desembocando en el retrete de su celda, así que El Chapó de repente hizo como que se iba al trono y nunca más se supo. Así que normal que lo hayan llevado a Colorado y lo hayan encerrado bajo siete llaves.

Es una de las historias que nos llama la atención de todo lo que pasa en el planeta Tierra. Ese planeta que hace justo hace 50 años empezaba a contener la respiración porque ya solo faltaba un día para que tres hombres a bordo de una nave espacial trataran de realizar la mayor machada de la historia de la humanidad: aterrizar en la Luna y darse un paseo.

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Hoy en la programación de COPE hablaremos con algunos de los españoles que participaron desde la estación de Robledo de Chavela en esta odisea. Ingenieros que prestarán asistencia a Armstrong, Aldrin y Collins justo en el momento más complicado: en el momento del aterrizaje.

Hay que tener en cuenta que esa gente iba en una nave cuyo ordenador de abordo tenía 2.000 veces menos capacidad que cualquier teléfono móvil de hoy en día. Y cuando llegó el momento de aterrizar iban cortos de combustible y encima los ordenadores empezaron a fallar. Pues aún así decidieron aterrizar. Y dijeron que la mejor manera era hacerlo en modo manual, pero eso suponía gastar aún más combustible, por lo que la alarma del depósito empezó a sonar.

Hay que situarse en esa situación. Y aún así tuvieron el cuajo de tomar tierra en un suelo sobre el que nadie se había posado jamás. Y lo hicieron tres tipos que para sus adentros tenían asumido que la posibilidad de volver vivos a la Tierra era más o menos de un 50%. Es decir, una moneda al aire. Vamos, tanto que el presidente Nixon preparó un discurso en caso de que se estrellaran o que el módulo en el que viajaban no fuera capaz de despegar y se quedaran allí atrapados para siempre.

Y el mensaje decía: “El destino ha ordenado que los hombres que fueron a la Luna a explorar en paz se queden en la Luna descansando en paz”. Gracias a Dios ese discurso nunca tuvo que pronunciarse porque la moneda salió cara. No me digan que no le echaron lo que hay que echarle.

Y nada, ahora si quieren hablamos de Pedro Sánchez. ¿Pues de Pedro Sánchez qué se puede decir? Pues que el que avisa no es traidor. Ayer ya les avisábamos de que Sánchez tenía entrevista en televisión y que últimamente cada vez que el presidente en funciones asoma los bigotes por un medio de comunicación para escribir un nuevo capítulo del relato, de la historia de por qué ha sido incapaz de ponerse de acuerdo con Podemos para conseguir su investidura.

Si hubieran sumado mayoría absoluta seguramente tendríamos gobierno, pero como no llegaban y había que mirar a otro lado y los separatistas no eran un apoyo cómodo y como la opción más sensata hubiera sido Ciudadanos, pero Albert Rivera había empeñado su palabra en que no pactaría con Sánchez y encima en Podemos se ponían picajosos porque sentían que Sánchez miraba a Rivera con ojitos, pues la cosa se fue envenenando. Y así empezaron los titulares a golpe de entrevista. No quiero coalición, mejor cooperación; bueno, lo mismo que te acepto Ministerios, pero que sean de perfil bajo; mira, déjalo, contigo es imposible.

Y ayer vino la estocada final. Ayer en 'La Sexta' es cuando Pedro Sánchez dijo claramente que el problema es que no quiere a Pablo Iglesias ni en pintura. Y si no lo entiendes te hago un croquis.

¿Y si hubiéramos empezado por ahí desde el principio no hubiera sido mejor? Pues aquí la historia es que en algún momento de todo este proceso Sánchez vio la posibilidad de ir desgastando a Iglesias porque para Sánchez, Iglesias más allá de socio preferente siempre será el alacrán, el tipo que si en alguna ocasión tienen la posibilidad de picar al PSOE lo hará, así que Sánchez a lo tonto a lo tonto ha aprovechado la coyuntura para ir arrinconando a su socio preferente.

Sánchez no quiere a Iglesias y vuelve a poner a Cataluña como motivo. ¿Dónde voy yo con un vicepresidente que no quiere aplicar el 155 si es necesario o que va por la vida diciendo que en España hay presos políticos? Un argumento muy socorrido porque presenta a Sánchez como un tipo con cierto sentido común.

El caso es que lo del pleno de investidura del próximo lunes tiene más que nunca pinta de siniestro total. Ya barruntaban en el PSOE que el voto favorable de Podemos era imposible, pero por lo menos soñaban con una abstención. ¿Pues se abstendrá ahora Pablo Iglesias después del mandoble que le metió ayer Sánchez? Todavía los hay que no lo descartan por aquello de no coincidir con Vox y porque al líder de Podemos le gusta sorprender. Acuérdense de los debates electorales cuando cambió el tono para hacerse el modosito, que parecía... Vamos, un monje budista al lado del hiperactivo Rivera.

También los hay que pronostican que esto ya va a ser guerra total, que tras el fracaso de la investidura Iglesias planea pedir a Sánchez que se aparte por ser el político que inauguró la etapa de los vetos, del “no es no”, el político que ha acabado en este callejón sin salida. Es decir, demonizar a Sánchez.

Sea como sea, la relación PSOE- Podemos no puede estar peor porque, encima, lo que ha pasado de forma paralela a las declaraciones de Sánchez tampoco ayuda mucho. Los militantes de Podemos, los cuatro gatos que han votado, han hecho lo que Iglesias quería: pedirle que siga dando la chapa con la exigencia de Ministerios. Cierto es que con muy poca participación, apuntalando, repetimos, esa sensación de preocupante desgaste para Iglesias, que como haya elecciones y a Errejón le de por presentarse, vamos a ver qué pasa con Iglesias.

Y luego en La Rioja se ha confirmado el bloqueo. La socialista Concha Andreu se ha quedado hasta nueva orden sin presidir el Gobierno riojano porque la única diputada de Podemos no ha querido dar su brazo a torcer. Hablábamos con esta diputada de La Rioja de Podemos en Cope.es

¿Y ahora qué? Pues ya no es solo que no esté claro que Podemos se abstenga, es que a Sánchez le peligram definitivamente los votos favorables que necesitaría para hacer la gran pirueta porque lo de decir que no quiere a Iglesias porque habla de presos políticos es lo que le faltaba a los separatistas catalanes para hacerse los ofendidos.

Y aquí viene la gran pregunta: ¿Tiene esto pinta de elecciones? Pues en las últimas horas el PP ha deslizado que lo mismo le plantea a Ciudadanos estudiar la manera de implantar en España o en algunas partes la fórmula de Navarra. Es decir, concurrir juntos para evitar la fragmentación del voto. También es verdad que con la idea de que Ciudadanos se retrate como el partido que rechaza esa opción.

En todo caso no deja de ser significativo, como una señal de que a los políticos se les empieza a poner cuerpo o cabeza de repetición electoral por lo que pueda pasar. De momento Sánchez hará otra ronda de llamadas telefónicas este fin de semana para apurar las opciones antes de que nos vayamos de vacaciones sin gobierno. Y aquí, ojo, hay otro dato importante de cara al escenario que está por venir. Sánchez advierte a Podemos: Como oses no apoyarme la semana que viene, olvídate de coalición.

¿Está diciendo a Sánchez que si no sale investido la semana que viene se va directamente a elecciones? Pues ni haga mucho caso ni dejen de hacérselo porque Sánchez puede prepararse para unas elecciones o puede tratar de salvar esto en septiembre pero ya con Iglesias baqueteado. Como para fiarse de Sánchez, que el lunes dijo que Iglesias no le había pedido una vicepresidencia y ayer dijo que sí se la había pedido, así que a ver en qué quedamos.

Lo mismo uno de los grandes motivos de que la política española esté tan encerrada en sí misma es que seguimos esperando la sentencia del 1 de octubre. Lo mismo hace falta que se conozca esa sentencia para que el mapa político se resitúe de una vez por todas.

De momento, Cataluña nos deja escenas muy ilustrativas. Por ejemplo, el Consejo General del Poder Judicial investiga si la Generalitat entró en los ordenadores de los jueces que trabajan en Cataluña para hacerles un control y seguimiento. Algo que de confirmarse sería escandaloso.

Y luego tenemos lo que cuenta hoy 'El Mundo'. La plataforma por la lengua, subvencionada por el Gobierno catalán, se introdujo en 50 colegios para espiar a profesores y alumnos. Más que nada para saber en qué idioma hablan libremente. Un infiltrado se hacía pasar por inglés, que no entendía el castellano presuntamente, y les proponía una serie de juegos. Y en lo que los niños jugaban, el falso inglés tomaba nota en un rincón de en qué idioma hablaban los niños entre ellos.

Y entre tanto, esta también es muy buena, los indepes ya no saben qué hacer para pedir al personal que siga dale que te pego con el proceso. Lo último ha sido bajar al metro a competir con las personas que piden. Unos piden para comer y otros piden por la independencia.

“Salid a la calle y dar la buena nueva. Lo volveremos a hacer”. Habrá pocas parábolas de que el proceso catalán ha sido una gran tomadura de pelo para los ciudadanos de Cataluña. En la Barcelona que ha perdido tracción económica respecto a Madrid, en la Barcelona que tiene un problema de delincuencia, entre otros lugares, precisamente, en el metro de Barcelona, donde los hurtos están a la orden del día, resulta que los procesistas no ofrecen soluciones a los problemas diarios. Solo saben repetir sus consignas como lo haría una secta que no atiende a razones.