Herrera: "Con Gibraltar no podemos transigir porque nos roban la tostada"

Escucha la actualidad de este viernes marcado por el escollo que el Brexit ha supuesto en el Peñón

Carlos Herrera

Publicado el - Actualizado

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Señoras, señores, me alegro, ¡buenos días!

¿Qué tal están damas y caballeros en un viernes 23 de noviembre del 2018? Es un día de lluvia, lluvias peninsulares, cielos cubiertos, el Cantábrico se libra, ¿no? Suben un poco las temperaturas, que va en consonancia con cómo está el ambiente de todo en España. Suben las temperaturas permanentemente siempre. Y mira que están altas de suyo.

Bueno, a esta hora nadie sabe cómo se va a resolver el asunto de Gibraltar en el acuerdo del Brexit que el domingo deben votar los líderes europeos porque las posiciones España y el Reino Unido sigue muy lejanas.

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¿Qué ha pasado? ¿Qué ha pasado porque...? Vamos a ver, a pesar de las muchas sentencias de la ONU y de la no ONU, de La Haya diciendo que Gibraltar debe descolonizarse y las negociaciones deben realizarse bilateralmente Reino Unido-España, la salida, el Brexit del Reino Unido, significa llevarse Gibraltar, que no es territorio del Reino Unido, pero sí es una colonia sobre la que tiene control el Reino Unido. Es decir, la frontera europea, si las cosas salen con un Brexit duro, acabaría o sería exactamente la verja de Gibraltar. De la verja hacia aquí, Europa. De la verja hacia allá, bueno, pues lo que es Gibraltar. Ya saben ustedes: un paraíso fiscal, un nido de contrabandistas prácticamente.

Bueno, el acuerdo de salida que se ha firmado entre el señor Barnier, que se negociador de la Unión Europea, y la señora May, que es la primera ministra británica, es un acuerdo, digamos un preacuerdo, que dura 2 años, y que durante estos 2 años garantiza estar dentro de la Unión Aduanera al Reino Unido, pero que no le... En fin, le quita todo el derecho de voto y veto y “veti” y “vutu” a los británicos durante este tiempo. Hasta que se vayan del todo, que ya se van, y al carajo, adiós, muy bien, me alegro de saludarte.

Bueno, ¿qué ocurre? Que en ese acuerdo hay un artículo, el 184, que se ha metido a última hora en negociación entre la señora May y la Unión Europea, que excluye una de las máximas jurídicas que está escrita desde los tiempos, que es cualquier acuerdo sobre Gibraltar tiene que estar refrendado en una negociación en la que tiene que estar presente España. España como individuo. Individuo jurídico, además de la Unión Europea. Y el 184, yo ahora le leo el artículo 184 y usted me dice qué es lo que ve en él.

Verá, el 184, ese artículo colado de rondó, dice: la Unión Europea y el Reino Unido pondrán su mejor empeño, de buena fe y respetando plenamente sus respectivos ordenamientos jurídicos, para tomar las medidas necesarias con el fin de negociar, sin demora, los acuerdos que deben regir su relación futura, mencionada en la declaración política. Es decir, y llevar a cabo los procedimientos de ratificación o conclusión de esos acuerdos con el fin de garantizar que dichos acuerdos se apliquen en la medida de lo posible a partir del final de la transición.

Primero la gallina. Esto... Vamos a ver, pero... Bueno, este lenguaje diplomático complicado, enrevesado. Y esto parece, simplemente, un artículo que dice: Los dos somos muy buenos y nos vamos a entender. Reino Unido y la Unión Europea”. Vale, ¿pero dónde está el problema? ¿Dónde ve España el problema en este artículo? No en lo que dice. Lo que dice ese ejemplar. Bueno, sí, qué bien. Son dos personas que se van a separar y se van a poner de acuerdo en quién se lleva el mueble o quién se lleva el sinfonier. No, no. No está no lo que dice, está en lo que no dice.

El acuerdo no menciona a España, que dice que Gibraltar no es un asunto que deban decidir y/o negociar el Reino Unido y la Unión Europea. España tiene que estar ahí. Entonces la aplicación de este artículo haría que cualquier cosa relacionada con Gibraltar, no por supuesto la soberanía, eh. No,no, no, no, no. Ni siquiera, ya no hablamos de la soberanía, esto es como lo de: ¿Tú bailas? No. Y dice: “Bueno, entonces ya, lo de hacer el amor ni hablamos”. No, no, ya de soberanía ni hablamos. No,no, simplemente cualquier otra cosa no estaría España.

Primero, eso nos lleva a varias preguntas que nos tenemos que hacer. Bueno, ¿qué relevancia tiene España si se aprueban textos así sin consultar siquiera a nuestra diplomacia o a nuestro gobierno o a nuestros representantes europeos? España protesta porque le ha metido un gol o bien porque cometió un error la diplomacia española y la representación española ante Bruselas. Y, desde luego, no puede confiar una negociación tan compleja como Gibraltar a los negociadores europeos. No, no, es que a el Gobierno no ha hecho caso en estos meses o realmente los británicos son muy malos. O las dos cosas, que son contemplables.

Bueno, pues ahora dice el Gobierno español: “Nosotros no aceptamos el acuerdo tal y como está. Tal y como nos damos cuenta que está ahora que nos han colado este artículo de rondó”, que hay que tener mucha vista para descubrir en ese artículo lo que yo le estoy diciendo. Cualquiera que nos lean este artículo, nosotros firmamos. Claro, claro. Sí, sí. No, no. Pues lleva truco. Y, además, vamos a vetar el acuerdo.

Bueno, vamos a ver, vetar ese acuerdo no significa que el veto sea efectivo. No impide el acuerdo. No lo impide porque el acuerdo sale adelante con una mayoría cualificada. Luego te deja a ti como un socio no fiable. Eso es verdad, pero el acuerdo sale adelante, tú te cabreas, y luego, cuando pasen estos 2 años y pico, que llegue el punto final y haya que hacer la declaración final de despedida, entonces, bueno, pues a lo mejor puedes colar algo.

Cambiar el acuerdo, desde luego, parece bastante problemático. Ahora mismo meter, añadir una coma más ahí diciendo: “y España estará pendiente de lo que se diga de Gibraltar...” Vamos, se estremecen británicos y europeos. Luego, después de eso, habrá una declaración política, como dice también este artículo 184, y a lo mejor puedes meter algo, pero bueno, lo que tiene relevancia jurídica es el acuerdo, no la declaración política. Meter, además, una nota verbal al final en la que te digan: “Sí, sí, España, tendrá usted...” Bueno, pues si te fías, te fías.

Lo que va a hacer el Gobierno es sacar músculo. Dar una imagen de Gobierno fuerte, pero como bien escriben hoy... Hoy le escribe una interesante carta García-Margallo en 'El Mundo' a su colega el ministro Borrell diciéndole: “Es el momento de esa especialidad de Sánchez que se llama 'no es no'. Y 'no es no' quiere decir 'no es no'. No podemos transigir porque, efectivamente, nos roban la cartera o la tostada”.

El Reino Unido es un país que nos habremos llevado como nos hayamos llevado en la historia. Pero vamos a ver, cuidado, el 8% de las exportaciones españolas son a Reino Unido. La balanza comercial con el Reino Unido nos es muy favorable. Los turistas británicos donde suelen ir, donde más quieren ir y donde más van es a España. Así que conviene llevarse bien, pero no ceder en la reclamación de algo que desde 1714 nos están tomando el pelo. El mismo hecho del Tratado de Utrecht fue una tomadura de pelo que le obligan a España las potencias europeas. Desde entonces la cosa va así. Con lo cual conviene, y en este sentido es lógica, la reclamación del Gobierno de España y hay que apoyar al Gobierno de España y al presidente del Gobierno de España en su posición bastante drástica. Bastante severa. Es, indudablemente, lo que tiene que hacer.