Herrera: "Los medios, las empresas demoscópicas y la sociología electoral se han vuelto a estrellar"
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Señores, señoras, me alegro, ¡good morning!
Permítanme saludarles en esta mañana en la que forzosamente recordamos una mañana como la de hoy hace cuatro años en el restaurante Jaleo, en Washington, de mi gran amigo José Andrés, donde estábamos siguiendo unas elecciones en las que se daba por hecho que la vencedora iba a ser Hillary Clinton, pero que la América profunda decidió que fuera, aunque no fuera por voto popular, Donald Trump.
Bueno, a esta hora, un poquito antes de esta hora, literalmente yo dije: "Ha gando Donald Trump". Con el conteo de Arizona definitivo, con el conteo de Pensilvania y la caída de Wisconsin y Michigan no parecía lo más probable, pero la vida tiene estas sorpresas. Donald Trump es el nuevo presidente.
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Si usted atendía a todo lo que se ha dicho hasta ayer, claramente el nuevo presidente de EE.UU. con holgada mayoría iba a ser Joe Biden. Medios de comunicación, empresas demoscópicas, sociología electoral americana. Bueno, pues esa sociología electoral puede volver a estrellarse. ¿Por qué? Porque el vaivén de la noche nos ha reportado varios estadios. Uno, en un principio los estados del este para Biden parecía que todo se encarrilaba, pero empezó a ganar estados de la América profunda el señor Trump y las perspectivas para él eran mejores de las previstas. Los demócratas empezaron a ponerse nerviosos. Hasta que ese estado de Arizona al que yo me refería hacía cuatro años, en esta ocasión cayó del lado del señor Biden, con lo cual, Biden retomó otra vez la carrera con plenas posibilidades de ganar.
HERRERA, SOBRE EL "WHITE TRASH"
¿Qué pasó en Ohaio, ese estado donde siempre aciertan quién va a ganar? Pues que ganó Donald Trump, que también ganó Texas y Florida y, por lo tanto, la visión que da en aquellos estados donde todavía el conteo está pendiente, aunque bastante avanzado, tan avanzado que puede darle la tendecia vencedora a Trump.
Pensilvania tiene una legislación aprobada por su Tribunal Supremo, aunque posiblemente recurrida por el Supremo de los EE.UU. que controla Trump, que permite recibir votos tres días después de haber cerrado los colegios. Eso quiere decir que si Pensilvania fuera el estado definitivo, hoy no sabríamos quién es el presidente de los EE.UU.
Oiga, la tendencia dice que Trump va a ganar estas elecciones. La sorpresa fundamental nos la hemos llevado porque los norteamericanos, el hombre profundo y la mujer profunda de la América profunda, básicamente el blanco anglosajón de los cinturones industriales, sigue creyendo en Trump. Ellos fueron el verdadero tsunami oculto que llevó por delante a Hillary Clinton. Ellos votaron contra el establishment. Hillary Clinton era Washington, el establishment que les había hecho perder sus condiciones de vida, no les había dado una solución: gente de perfil obrero, de un nivel educativo no demasiado alto que no suele contestar a las encuestas telefónicas ni decir a quién va a votar, pero esa gente le llaman despectivamente "white trash", la basura blanca. Bueno, pues ese perfil hizo que estados como Ohaio pasaran a ser republicanos habiendo sido demócratas.
¿Qué significa todo esto que les estoy contando? Bueno, que está pasando lo que de alguna manera pasó hace cuatro años. Trump ha mejorado sus perspectivas.