Antonio Herraiz: "Sánchez ha hecho un ejercicio de improvisación sin precedentes con el Open Arms"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En la crisis del barco Open Arms lo que hay que hacer es un gran ejercicio de atención para comprender todos los bandazos que está dando el gobierno de España. En el barco quedan 107 inmigrantes, que hoy cumplirán su decimoctavo día en el mar. Lo que el Ejecutivo de Sánchez había dicho hasta ahora es que el barco estaba frente a la costa italiana, que es así, y que debía ser el gobierno italiano el que tenía que elegir un puerto para desembarcar a estas personas. No solo se ponían de perfil, sino que durante muchos días hemos escuchado también cómo los ministros de Sánchez reprochaban a la ONG que no pidieran cuentas a Italia y que sólo se dirigiera al gobierno de España. Después de estar 17 días justificando su inacción, este domingo Sánchez ofrecía el puerto de Algeciras. ¿Por qué Algeciras y no un puerto más cercano? No lo explicaron, pero por si alguien se le escapa hay que recordar que en la Junta de Andalucía gobiernan el PP y Cs y en Algeciras el PP. No deja de ser un dato menor si lo que se trata es de endosarle el marrón a otro. Aun así, la ONG le dijo que imposible, que cinco o seis días de travesía no lo podían asumir. La negativa de Open Arms, las críticas de la Junta de Andalucía y del ayuntamiento de Algeciras llevaron que a las pocas horas llegara la enésima rectificación del gobierno de Sánchez. Si no les venía bien Algeciras, podían elegir otro puerto. El que quisieran. Al margen de las dudas lógicas que rodea al Open Arms, la imagen que está dando el Gobierno es de una improvisación sin precedentes. Si finalmente se iba a acoger esas personas - que en una situación límite no hay alternativa. Porque la única alternativa, y es de una insensibilidad extrema, es dejarles morir en el mar - ¿por qué ese ofrecimiento no se hizo la primera semana y ha habido que esperar 17 días? ¿Acaso Sánchez pensaba que Italia con su ministro Salvini iba a ceder sin más? El pulso lo ha ganado Salvini en su mayor parte y para decir eso no hay más que escucharle, que sigue con sus bravuconadas. Mal España con sus improvisaciones y sus bandazos. Mal Italia por su falta de sensibilidad y mal la UE que sigue siendo incapaz de fijar una postura común. Una vez que desembarque el centenar de inmigrantes que van a bordo del Open Arms, a nadie se le escapa que habrá otro Open Arms, otro Aquarius o el barco que sea... Y volveremos a hablar de lo mismo porque nadie va a mover un dedo. Y si lo hace, como hemos visto en Sánchez o Salvini, es con fines estrictamente electoralista.