“Benedicto XVI avisó: cuando el relativismo moral lo inunda todo, los derechos básicos se relativizan"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En tres días, estamos ya en 2023.
Y aquí seguimos dando guerra. Hace ya 23 años del EFECTO 2000. Que los más jóvenes no se acordarán, pero los que ya están en la treintena o la cuarentena seguro sí que se acuerdan del temido efecto dos mil cuando decían que los ordenadores se iban a volver locos y que íbamos a volver a la edad de piedra. Pues al final, nada de nada.
El ser humano siempre tiene tendencia a ponerse en lo peor o en montarse teorías sobre el colapso de la humanidad que es por donde va un poco a hora toda esta ansiedad por el Medio Ambiente. Que bien entendida, la defensa del ecologismo es más que razonable pero sin llevarlo a obsesión por el apocalipsis cotidiano.
Miren, si hay una institución que sabe bien que esto de la vida humana va para largo, que entiende la trascendencia del misterio de la vida esa es la Iglesia. Y la Iglesia nos dio un Papa, un papa alemán para más señas, al que le gustaba mirar al pasado para traer cosas al presente, de esas que sorprendían al común de los mortales.
Fue Benedicto XVI el que hizo saber a mucha gente, por ejemplo, que ese gorrito rojo y blanco, que muchos sólo asociaban con Papa Noel en realidad hundía sus orígenes en una prenda que vestían los papas, años atrás. Y él la recuperó.
Y otro concepto que recuperó Benedicto XVI, también para sorpresa de muchos -que no recordaban que eso también había existido siglos atrás- fue la figura de Papa emérito. La posibilidad de que un Santo Padre, al sentir que su fuerzas físicas ya no le acompañaban, pudiera dar un paso al lado y dejar la Iglesia en manos de otro Papa. Pues es lo que hizo ese gigante intelectual que dedicó los casi ocho años que estuvo al frente de la Iglesia para luchar contra el relativismo moral.
Y nos dejó reflexiones tan actuales, como que el relativismo moral, cuando lo inunda todo en nombre de la tolerancia lo que provoca es que los derechos básicos se relativice y eso, a su vez, abre la puerta a la intolerancia.
Claro, si uno ve como algunos ahora, en nombre del relativismo, han empezado a cancelar o a atacar sin cuartel a todos aquellos que no piensan como ellos pues te das cuenta de lo acertado que estaba Benedicto XVI. Pues ese Papa, tan intelectual, tan pragmático y tan modesto que se fue a vivir tranquilamente a una residencia de la Santa Sede está ahora, por desgracia, muy enfermo.
Ayer el Papa Francisco pidió una oración especial por el Papa emérito y, a esta hora, no hay grandes novedades, más allá de lo que anunció el Santo Padre. Son 95 años y los problemas de salud, nos dicen, tienen que ver con los rigores de la edad. Así que, como se pueden imaginar cualquier novedad que se produzca, en torno a Benedicto XVI esperemos que sean positivas pues ahí va a estar la Cadena COPE para contarlo.
Sobre el Gobierno
Y es que, de todo lo que ha anunciado el Gobierno en ese plan de medidas contra al inflación, lo que más ha puesto en guardia a un mayor número de personas es la retirada del descuento en el carburante, para la mayoría de los conductores, a partir del 1 de enero.
Seguramente, hay pocas medidas que hayan podido ser más visuales, a la hora de demostrar que, hombre, los poderes públicos “algo” estaban haciendo para echarnos una mano ni que fuera devolviéndonos un poco de nuestro propio dinero del buen dinero que nos estamos dejando, con la inflación desbocada, en impuestos como el IVA o los impuestos especiales.
Claro, tú te acostumbras a ver que donde ponía 1’90 el litro, al final sólo pagas 1’70 y aunque siga siendo mucho, pues algo es algo y el día que te lo quitan, por más que haya bajado un poco el combustible últimamente, pues contento no te quedas.
Sobre todo, porque nos sabes si esto va a empezar a subir otra vez. Así que la gente está aprovechando para llenar el depósito hasta que el descuento, como cenicienta, desaparezca a las doce la noche del sábado al domingo.
Y luego están también para completar la imagen costumbrista de estas últimas horas, las conversaciones en el supermercado sobre la bajada del IVA en algunos de los alimentos. Decimos “algunos”, porque ahí es donde ha estado también un poco la polémico: “¿Por qué unos alimentos sí y otros no?”.
Pues, miren seguramente porque el Gobierno tiene en su seno elementos que se han resistido hasta el último segundo a bajar el IVA de nada, por una cuestión simplemente ideológica.
De hecho, a la vicepresidenta Yolanda Díaz se la ha visto muy incómoda en las últimas horas, cuando le han preguntado si se siente desautorizada por su propio gobierno después de que ella hablara con tanto desprecio de esa idea de la idea de actuar en el IVA de la cesta de la compra. Vamos, que como el Partido Popular pedía que se bajara el IVA de todos los alimentos y que ella lo que quería era poner un tope a los precios (cosa mucho más compleja y que, a la larga, nunca ha funcionado) pues que ella no ha quedado en evidencia.
Desde luego, el que no se consuela es porque no quiere. La cuestión es que, sean más o menos efectivas las medidas que ha anunciado el gobierno, el Partido Popular ya ha dicho que apoyará el decreto anticrisis cuando toque convalidarlo en el Congreso.
Eso sí, siempre y cuando Moncloa no meta cosas ajenas a la crisis. Porque claro, algunos aquí ya empiezan a estar más que escarmentados con el modus operandi de Pedro Sánchez pues en la oposición se lo van a mirar con lupa por aquello de “a ver si estos van a colar una reforma judicial, en medio del IVA de los alimentos”.
Pero vamos, que sí que el PP dice que apoyará el decreto, porque “menos da una piedra”. Aunque Núñez Feijóo piensa seguir presionando para que el gobierno le haga caso y tome las medidas que, a su juicio, realmente podrían ayudar a la clase media.
Claro, como Sánchez se ha vuelto experto en criticar o en rechazar ideas que al final acaba haciendo suyas y las acaba aprobando en la oposición no pierden la esperanza de que, a fuerza de insistir, al final consigan que Sánchez les haga caso.
Situación económica
Dinámica familiar para los próximos meses uno, analizar la efectividad de las medida y si realmente se nota y se respeta la bajada del IVA en los supermercados. Y dos: tarde o temprano habrá que hablar en algún momento de cuándo se tendrán que retirar esas medidas, o cambiarlas por otras…. Porque esta situación de economía subvencionada no se puede eternizar. Tarde o temprano, o dirán basta las cuentas del Estado o dirán basta las economías familiares que lo están sosteniendo todo con sus impuestos. Pero, miren, son momentos tan confusos y de tantos contrates, que hoy el precio de la luz es inusualmente bajo. El megavatio se desploma un 80% y se situá en apenas 16 euros.
Esto es gracias a las condiciones climatológicas de las últimas semanas y al efecto del tope del gas. Pero no hay que olvidar que el precio verdadero del gas, tarde o temprano habrá que pagarlo.
Sin ir más lejos, el próximo 1 de enero la tarifa del gas subirá un 11%, lo que se comerá en buena medida la rebaja del IVA. Y las tarifas de último recurso, en el último año, se han encarecido un 49%. Lo que pasa que como el gobierno ha diferido esas subidas, parece que la cosa está mejor de lo que está. Pero esa bola acumulada del gas, tarde o temprano, habrá que pagarla.
Sobre el TC
Porque hoy es el día en el que el TC ha convocado un pleno para abordar ya su inminente renovación. Lo primero va a ser estudiar la idoneidad de los cuatro nuevos magistrados que han sido designados por el gobierno y el Consejo General del Poder Judicial. “Sobra decir”, que la estética y el prestigioso profesional acompañan mucho más a los dos candidatos propuesto por el Consejo, el señor Tolosa y la señora Segoviano que a los dos propuestos por el gobierno, que son el señor Campo, ministro de los indultos y la señora Díez, antigua asesora del propio gobierno de Sánchez y de la Generalitat de Cataluña.
Dicho sea todo con el debido respeto. Pero lo normal es que pasen el examen y se incorporen para dar al Constitucional la tan esperada por la izquierda mayoría progresista. Y luego ya, el señor Cándido CONDE-PUMPIDO, gran referente del PSOE en el Constitucional, y la señora María Luisa Balaguer, también progresista, se disputarán la presidencia de ese nuevo Constitucional que el gobierno, desea, pueda avalar todo lo concedido y lo que se pueda conceder todavía a los separatistas catalanes.
El gobierno apuesta claramente por Pumpido y el PP, dentro de que también es progresista, prefiere a Balaguer de presidenta.
En lo que no va haber acuerdo es en la renovación de los voacles del Consejo General del Poder Judicial. El PSOE sigue sin contemplar un acuerdo para despolitizar la justicia y evitar los mangoneos que hemos visto estos días y el PP asegura que tampoco va a poner de su parte hasta que los socialistas cambien de amistades parlamentarias. Pues ya ven que lo de conseguir renovar el Constitucional ha sido sólo una pequeña descompresión, dentro de un conflicto que sigue enquistado.
Auto del TC que frena la votación en el Senado Y el auto no puede ser más claro: ningún poder, ni siquiera el parlamento, puede ser inmune a la fiscalización del Constitucional porque el Constitucional es precisamente el garante de que ningún poder trata de imponerse de forma arbitraria sobre otros poderes. Vamos, es de primero de “Estado de Derecho”.
Lo triste y lo llamativo es que los magistrados progresistas- algunos de los que ahora van a llevar el timón- hayan emitido un voto particular para defender, sin embargo, que paralizar el trámite de la ley fue una “interferencia insólita” o “una interferencia sin precedentes en la función legislativa”.
Son los votos particulares de CONDE PUMPIDO, INMACULADA MONTALBÁN y RAMÓN SÁEZ VALCÁRCEL.
Es decir, el nuevo tribunal de garantías va a estar dirigido ahora por magistrados que son capaces de hacer esas peculiares apreciaciones. Porque, claro es de perogrullo: interferir en lo que quiso hacer el Senado, se interfirió. Igual que el policía interfiere, si puede, en los planes del ladrón para robar. E “insólito” fue insólito. Pero no más que lo que pretendía hacer el gobierno: asaltar el Constitucional con una reforma anti jurídica. Es decir, hay “interferencias insólitas” que son perfectamente pertinentes. Sobre todo, cuando lo que pretendió este gobierno, en esas dos semanas de populismo desaforado, fue absolutamente insólito, impertinente y, además, antidemocrático.