Herrera: "Esta crisis en el seno del Partido Popular solo se solventa quedando uno"
Centra la atención Herrera en la guerra del PP
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Señoras, señores, me alegro, buenos días.
Ya son las 8 de la mañana, 7 en Canarias, de un día intenso. Bueno, intenso fue ayer o también antes de ayer.
Como les decía las 6, un portavoz ruso cuando hablaban de, oigan señalaban que hoy era el día de la invasión de Ucrania, aquello de desde cuándo una guerra ha empezado un miércoles. Bueno, pues no sabía el ruso que efectivamente hay guerras pueden empezar el miércoles, como empezó ésta, pero que ayer tuvo su volcán, su explosión más clara, es la guerra, la Guerra Civil en el Partido Popular. Y como pasa siempre en la guerra entre hermanos, una guerra cruel, fratricida, perfectamente irreversible o no, pero desengáñese, una guerra que antes o después iba a ocurrir, de una manera o de otra, que venía calentándose hacía mucho tiempo y que venía soltando azufre por los ríos de la vida. Lo que que parecía es que no iba a ser, toma la guerra tan cruenta. Porque desde luego ayer se traspasaron algunas barreras hacía puntos de no retorno que convierten esta situación en muy difícilmente reversible, no sé si han llegado al lugar desde el que no se vuelve pero si se vuelve sí parece muy difícil. Esta crisis en el seno del Partido Popular solo se solventa quedando uno, no pueden quedar los dos, o los tres, o bueno más, cuatro o cinco. De este nivel de ferocidad solo se vuelve con una baja, no sé cuál. Seguramente estamos todos de acuerdo en que no había que haber llegado a este punto pero, finalmente se cumple aquello que decía el gran maestro Miguel Ángel Aguilar, cuando la derecha está punto de dar alguna sorpresa o campanada comienza una conspiración infernal para perder las elecciones. También le ha pasado la izquierda alguna vez, pero bueno , ahora pongamos el foco donde está.
Ayer salió Díaz Ayuso con todas sus armas, pero armada hasta los dientes. Y sus más críticos dicen que con un exceso o con un poco de sobreactuación de víctima propiciatoria. Y no lo hizo Pablo Casado pero la lo hará hoy a partir de las 9 de la mañana y hay muchas preguntas que realizarle, sobre todo contrastar si siente que es desolador dejar en nada la esperanza de millones de votantes, de presentar cara al sanchismo. Esto, ¿cómo nace?. Nace de lo que considera el Partido Popular su obligación de luchar contra la corrupción, bien. En virtud de un contrato que la Comunidad de Madrid firma en plena pandemia con una empresa Priviet Sportive SL por un millón y medio de euros para suministrar mascarillas, un contrato con una empresa que es de un conocido del hermano de la presidenta de Madrid. Ustedes dirán, la gente tiene hermanos y los hermanos conocidos, ¿no pueden presentar sus candidaturas a realizar determinados acuerdos legales y transparentes como la Comunidad de Madrid? Evidentemente, sí. Pero supone, porque hay informaciones que así lo dicen, que el hermano de Isabel Díaz Ayuso habría cobrado una comisión de cerca de 300.000 euros. 300.000 euros de un contrato de millón y medio y medio, hombre, es más que el beneficio industrial. Ningún empresario da eso. Claro, ¿cómo se sabe si eso es así? Pues acudiendo a la declaración de Hacienda de esta persona, pero acudir a una declaración de hacienda lo puede ordenar un juez no un detective, no se puede saber si la persona no lo hace público, motu proprio. Y ahí está, ahí está, créanme parte del embrollo. Ese argumento lo utiliza la dirección del Partido Popular para deslegitimar la pretensión de Díaz Ayuso de ser presidenta del partido en Madrid.