Monólogo de Herrera del martes 16 de octubre
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Aumentar impuestos en tiempo de desaceleración económica no es una buena idea. Antes le comentaba un artículo de 'Expansión' de ayer de Ignacio de la Rica en el que dice que ya está viendo las memorias que va a escribir Nadia Calviño cuando sea consejera de una empresa estupenda dentro de unos años. Reconocerá en ese libro que avisó a Pedro Sánchez que los presupuestos del 2019 podían hacer aumentar el paro, perjudicarían el crecimiento económico, podrían ser el pórtico de una nueva recesión porque las cosas que se han planteado, las ideas, a veces ocurrencias que ha planteado Podemos y ha comprado Pedro Sánchez, hombre, el crecimiento económico más o menos salen adelante, pero si no tienen un impacto que a veces no se puede calibrar el impacto sobre el ahorro, el consumo, las empresas, la inversión, etcétera, etcétera, etcétera.
Y la reacción de los perjudicados: los bancos, las empresas tecnológicas, las empresas eléctricas que lo que hacen es defender los intereses de sus accionistas. Y eso ya verán ustedes como lo escribió Solbes cuando tuvo que poner en marcha un mea culpa ante las disparatadas medidas que tomo el Gobierno de Rodríguez Zapatero, pero cuidado porque esto es un acuerdo que va más allá. Es decir, no es un acuerdo para sacar unos presupuestos a los que ahora hay que añadir los vampiros que todavía están pendientes, que son el PNV, un viejo conocido de la afición, y luego los independentistas catalanes.
El acuerdo va más allá, el acuerdo va a establecer una unión política cara al futuro inmediato en el que el autoritarismo, el autoritarismo tanto de la izquierda como de la extrema, extrema, izquierda más los nacionalistas convertidos en independentistas, escriba en los próximos años. En una iniciativa que claramente Pedro Sánchez quiere establecer no solo contra el liberalismo sino también contra la propia socialdemocracia a la que considera fracasada. Hay razones para creer que la socialdemocracia en algunos lugares ha fracasado, pero, claro, si la alternativa es la izquierda radical, ya me dirán ustedes