Monólogo de Barbosa, jueves 20 de junio

Sánchez claudica ante el separatismo y supedita su investidura a ERC o Bildu

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Son las 8, las 7 en Canarias:

¿Qué tal? Buenos días. Saludos de Sergio Barbosa en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este jueves 20 de junio. Falta un día para entrar en el verano y hoy muchas ciudades de España van a oler a flores y a tradición día del Corpus con alfombras y tapices que nos van a reconciliar con nuestras tradiciones y lo más profundo de nuestra cultura.

Miren, hablando de tradiciones y de lo contrario, de cambios sociales, dice el Instituto Nacional de Estadística que los nacimientos han caído un 29% en la última década, lo cual es una barbaridad. Ese debería ser, si no el primero, uno de los primeros asuntos a tratar por la clase política si quieren que esto tenga futuro y que se puedan pagar, por ejemplo, las pensiones a la gente mayor.

Gente mayor que sigue mirando con cierta sorpresa a esos jóvenes que dicen llamarse Jessica, Richard o Izan, porque 'Misión Imposible' hizo mucho daño, eh. Jóvenes que tienen nombres nuevos, modernos. España sigue celebrando el Corpus, pero hay ciertas tradiciones que se están perdiendo como lo de llamar a un hijo Donvina, Simplicia, Nicomeda o, en el caso de los señores, Tesifonte o Benemérito.Según los datos oficiales, los que se llaman así dentro de poco cabrán en un taxi de lo poquito que serán.

Bueno, pues un territorio donde tampoco son mucha gente, pero donde entienden más que nadie de tradiciones, es Navarra. Y una de las tradiciones de Navarra consiste en convertirse cada cierto tiempo en la caja de resonancia de la política española, en una especie de termómetro en el que, sobre todo el PSOE, debe decidir qué carta juega en la gran partida de la política española.

Hay muchas Navarras en una: hay una Navarra derechas y una Navarra de izquierdas. Hay una Navarra orgullosa de ser española y una Navarra que tira hacia el vasquismo más irredento. Y ahí el PSOE tiene que mirarse ante el espejo y decidir hacia dónde carga el peso. Recordará usted aquella mañana en la que la dirección del PSOE susurró un mensaje al oído de la prensa para que por los medios de comunicación corriese un mensaje: los socialistas no están por la labor de gobernar Navarra si eso implica apoyarse en Bildu.

Era un mensaje que buscaba, entre otras cosas, presionar a Ciudadanos. Algo así como qué más prueba quiere Albert Rivera de que Sánchez no está en manos del separatismo que la renuncia a gobernar en Navarra. Pues visto lo visto, los que no se creían las buenas intenciones de los socialistas aseguran ahora que el tiempo les ha dado la razón o se la está dando en presente continuo. Todavía hay que negociar el Gobierno de Navarra, pero el Parlamento que ayer se constituyó lo hizo de la siguiente manera: el PSOE da la Presidencia los nacionalistas de Geroa Bai y Bildu entra en la Mesa. La derecha se teme lo peor. Una de sus cabezas visibles es la popular Ana Beltrán.

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