Barbosa: “Lo que está matando realmente a los españoles es la factura del gas, más que la de la luz"
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¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este martes 23 de agosto de 2022.
Le quedan al mes de agosto nueve afeitados. Ni uno más, ni uno menos. Y, a partir de ahí, estaremos navegando ya las aguas del mes de septiembre que todo el mundo se ha empeñado en decir que será el comienzo de la montaña que nos va a tocar escalar, a cuenta de la crisis energética.
Y, por si no fuera ya fascinante de por sí la figura de Vladimir Putin, por si no tuvieramos bastante con fantasear con qué puede hacer con el grifo del gas y su chantaje energético a Europa. Ese hombre con la cara redondita, así de haberse pasado con el bótox y que gusta de matar osos y montar a caballo con el torso desnudo, pues a la historia le ha salido una derivada, propia de las películas de espías, ¿Ande andará, que diría aquel, Natalia Pavlova, la enigmática mujer, a la que Rusia acusa de ser una espía ucraniana, que habría asesinado a la hija del filósofo de cabecera de Vladimir Putin?
Si nos creemos la película de Moscú, hoy hace justo un mes que esa mujer entró en Rusia, acompañada de su hija de 12 años. Y en Rusia estuvo hasta el pasado domingo, cuando un coche bomba se llevó la vida de la hija de Alexander Dugin. Precisamente, ese día, la tal Natalia cogió un coche y huyó a Estonia.
Ahora Ucrania lo niega y un grupo de disidentes rusos, contrarios a Putin, se atribuye el atentado. Pero pero aquí, lo importante será si Rusia va a usar ese atentado para aumentar su ofensiva militar o lo que sea. Porque estamos en un punto que cualquier decisión que se tome en Moscú pone de los nervios a los que trajinan en el mercado enegético internacional. Y eso, como si hubiese un especie de gasoducto causa-efecto, que conectara Rusia con nuestra factura energética, al final, de una manera u otra, nos acaba afectando en nuestra vida cotidiana que, por lo general, suele ser, o era, más tranquila que la de cualquier espía ucraniana.
Y fíjense, todo esto está pasando, en un día en el que en España arranca el curso político.
DECRETO ENERGÉTICO, COMISIÓN PERMANENTE: ARRANCA EL CURSO POLÍTICO EN ESPAÑA
Porque es verdad que Consejos de Ministros ha habido unos cuantos a lo largo de este verano, pero el que este martes acogerá el Palacio de La Moncloa va a ser el primero, tras el descanso de agosto va a ser un Consejo de Ministros, con la cabeza puesta ya en que “esto no para” porque mañana, además, se pondrá en marcha el Congreso de los Diputados con la Comisión Permanente; y el jueves, ojo al jueves, porque es cuando el Gobierno tiene que convalidar su famoso decreto energético, que nos ha tenido entretenidos estas semanas con “no bajes el aire acondicionado de 27 grados, no te dejes encendida por la noche la luz del escaparate”, etc, etc.
Y ahí vamos a ver qué pasa, porque al Ejecutivo no le salen las cuentas para convalidar, por sí mismo, este nuevo Real Decreto (otro más, y ya van 128 decretos con Pedro Sánchez) y el Partido Popular dice que, como no se retiren las frivolidades, que no cuenten con ellos.
¿Y qué entienden los populares por frivolidades o chorradas? Pues precisamente eso, el tener a los comercios con el miedo de que les sancionen a poco que se pasen con el termostato, cuando en realidad eso sirve para ahorrar más bien poco, y lo que en realidad consigues es que, en algunos negocios, el cliente no esté a gusto, y no consuma.
Bueno, pues entonces ¿qué habría que hacer? Porque es verdad que dos cabezas siempre piensan más que una y lo mismo la oposición tiene alguna idea interesante. Pues, desde el Partido Popular creen que aquí lo primordial sería lanzar un plan para proteger el empleo en la industria y ayudar al sector del transporte.
Hombre, siendo el Gobierno tan rumboso como es, si el PP le propone impulsar nuevas ayudas, lo mismo hasta le toman la palabra o deberían hacerlo, si realmente hay ganas de llegar a acuerdos. Otra cosa es que el PP insista también en dar una vuelta por completo a la estrategia energética de España, para apostar por la energía nuclear y no dejarlo todo en manos de que las renovables se acaben de desarrollar y nos saquen de este embrollo.
En eso, el Gobierno no piensa rectificar, ni con agua hirviendo, porque es un asunto en el que se mezcla la realidad con la ideología y ahí, como ya sabemos, hay poco que hacer. El caso es que seguimos viviendo en un país en el que no hay consenso político sobre la estratégica energética a seguir, a pesar de estar en un contexto verdaderamente inquietante.
Para empezar, el precio de la luz vuelve a dispararse hoy en España hasta los 365 euros el megavatio-hora, lo que supone un récord desde entró en vigor el tope del gas y que nos devuelve a los niveles más disparados del mes de marzo.
La subida del precio de la luz responde a varios factores, pero uno tiene que ver con el gas, que ayer llegó a acercarse a los 300 euros el megavatio. Y ya sabemos que para producir buena parte de la luz que no son capaces de generar las renovables, hace falta consumir gas.
Acuérdense que nos hemos comprometido con Bruselas a reducir nuestra consumo de gas un 7% mientras que la primera semana de decreto energético sólo sirvió para reducir el consumo eléctrico un 3’7%, sin que el gobierno quisiera dar los datos del gas, tal vez porque no le convenía. Bueno, pues, realmente, lo que está pasando en el mercado internacional apunta a un otoño-invierno, bastante punky en lo que se refiere al precio de las energías. Ayer, sin ir más lejos, el gas natural de referencia en Europa cerró la jornada con un precio récord de 276 euros el megavatio hora.
En Alemania, el contrato de energía a un año vista se llegó a poner en 666 euros el megavatio; el mercado eléctrico de referencia en Francia también se disparó, por más nucleares que tengan. Como aquí, al perro flaco todo son pulgas, hasta la sequía se ha puesto en contra, porque la falta de agua de los ríos está dificultando que las centrales nucleares se puedan refrigerar, lo que alarga o dificulta los parones técnicos.
De ahí, entre otras cosas, que los franceses se estén poniendo las botas estos días comprando electricidad más barata en España, aprovechando que nosotros estamos haciendo la trampita temporal de topar el precio de gas con el que se genera electricidad. Dinero que, no nos engañemos, nos estamos ahorrando ahora pero finalmente, habrá que pagarlo de una u otra manera y que va a recaer, para empezar, en los clientes del mercado libre.
Desde la OCU nos recordaban que la tarifa regulada, ahora para según que cosas, va estar más protegida que el mercado libre cuyas familias se habían librado de las turbulencias de los precios, en un primer momento pero que ahora, con las revisiones anuales de las condiciones, les van a empezar a venir o ya les están viniendo los palos.
Y recordemos que al gas el gobierno no le ha bajado el IVA, como sí ha hecho con la luz. Por eso hay muchos españoles que coinciden en que a ellos lo que les está matando realmente es la factura del gas, más que la factura de la luz.
Y algunos dirán bueno, y estas turbulencias a qué se deben ¿por qué ayer fue un día especialmente frenético en lo que al precio del gas se refiere? Pues miren, seguro que hay muchas razones, y el enfado de Rusia a cuenta del atentado del que acusa a Ucrania puede influir, pero una de las principales razones puede ser que ayer era el primer laborable, tras haberse conocido que Rusia va a volver a paralizar el suministro de gas a Alemania. Habrá nuevo parón entre el 31 de agosto y el 2 de septiembre por lo mismo de las últimas veces: que si al gasoducto hay que hacerle una revisión, y tal y cual.
Anates, cuando te daban largas con una avería, te decían que es que la pieza la tenían que traer de Alemania. Claro, a los alemanes no les puedes decir eso, con lo cual este verano los rusos han estado toreando a los alemanes con eso de que tienen que traer una turbina de Canadá y que, claro, con las sanciones impuestas a Rusia, que lo de la turbina se retrasa y es culpa vuestra por poner las sanciones, y esto y lo otro.
El caso es que este nuevo parón, supuestamente técnico, va a coincidir con el cambio de mes, con el temido comienzo del mes de septiembre. Y cada vez que se corta el suministro de gas ruso, Alemania contiene la respiración porque no se sabe si el gas volverá a bombearse cuando el llegue el caso. Y, de momento, por ese tubo Rusia le sigue suministrando a Alemania el 20% del gas que recibe, menos que en los últimos años, pero Berlin todavía no está preparada para prescindir de esa cantidad y ahí es donde está el drama que tenemos encima.
Ayer mantuvimos una interesante charla con Mira Milosevich, del Real Instituto Elcano, y nos decía eso, que el invierno dependerá de lo que Alemania sea capaz e aguantar el chantaje energético de Putin, sin ceder y sin presionar a la Unión Europea para que aceptemos una victoria militar de Moscú.
h3>EL PLAN DE LOS SINDICATOS PARA HACER FRENTE A LA INFLACIÓN
En fin, ya veremos, pero el otoño va a ser caliente. Por lo menos, esa es la amenaza que han lanzado aquí los sindicatos, si no se suben los salarios acorde con la subida de la inflación.
Cosa que no es tan sencilla, porque en un contexto de gran subida de los precios, subir los salarios a un ritmo similar puede retroalimentar la inflación.
La solución más sensata pasa por una subida intermedia, que haga repartir el esfuerzo entre trabajadores y empresas, pero ese pacto de rentas tampoco acaba de llegar y en septiembre volverá a estar encima de la mesa.
El Banco de España, por cierto, descarta una recesión a corto plazo, pero la autoridad fiscal da por hecho que el PIB caerá en el tercer trimestre del año, debido a lo mal que fueron las cosas en el mes de julio.
ESPAÑA PENDIENTE DEL FUEGO
En fin, luego seguimos hablando de economía. Pero hoy también estaremos pendientes de las consecuencias de los terribles incendios que han asolado a la Comunidad Valenciana.
Más de 32 mil hectáreas quemadas, entre Castellón y Alicante, a lo que hay que sumar el desastre en otros puntos de España, a lo largo de este verano, alcanzando las 286 mil hectáreas arrasadas.
Hemos tenido 50 grandes incendios que suponen que de todos los fuegos de Europa este verano, casi el 40% han tenido lugar en España.
Desde luego, tenemos que hacérnoslo mirar, y bien está que hoy el Consejo de Ministros declare zona catastrófica a todos los municipios afectados por esos grandes fuegos.
Ahora lo que hace falta es que las ayudas lleguen rápido, cosa que no está pasando con los afectados de Zamora, y que, por qué no, que en esto, entre todos, le hagamos caso a Pedro Sánchez. Decía Sánchez que no politicemos el incendio de Bejís, sobre todo ahora que las investigaciones podrían apuntar a que las autoridades competentes, dependientes de la Comunidad Valenciana, se podrían haber dado un poquito más de vida a la hora de comunicar a ADIF que el fuego estaba demasiado cerca de las vías del tren, que acabó con pasajeros heridos. Aquí se ha intentado crucificar a la maquinista, pero la caja negra demuestra que la maquinista bastante hizo con lo que hizo…
A los pasajeros tampoco se les puede recriminar que se pusieran nerviosos y que salieran a las bravas por la cabina del conductor tras haber tratado de forzar las puertas laterales, dificúltando así que la maquinista pudiera dar marcha atrás: bastante tuvieron con no volverse locos al verse metidos en ese infierno, sin comerlo ni beberlo. ¿Y el puesto avanzado donde los bomberos se estaban batiendo el cobre? Pues, además de tener bastante con lo que estaban haciendo, recuerdan que la información que tenían ellos, también la tenían en el 112.
Así que ahora estamos en eso, en que no politicemos los incendios. A ver si es verdad, pero verdad para todos los incendios. Porque ya sabemos cómo empezó el verano:
¿incendio en comunidad del PP? Negligencia. Incendio en comunidad socialista? La culpa es del cambio climático y hagamos el favor de no politizar.
Aaí son. Y así van a seguir siendo.