Barbosa: "Sánchez, aún con Podemos, seguirá estando en minoría, por lo que necesitará a los independentistas"

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Son las 8, las 7 en Canarias:

¿Qué tal? Buenos días. Saludos de Sergio Barbosa en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este lunes 22 de julio de 2019. Día de calor y de radio porque hoy la Cadena COPE les dará debida cuenta del debate de investidura de Pedro Sanchez. A las 12 del mediodía les recomiendo que conecten con Fernando De Haro y Marta Ruiz para conocer todo lo que suceda, como también podrán seguirlo a través de cope.es.

Y mañana, el líder, Carlos Herrera, se pondrá al frente de este su programa para analizar lo que haya dado de sí este día que no sabemos si será recordado en el futuro como aquella jornada en la que empezó a desencallar aquel tedioso verano en el que los españoles hicimos, desde luego, un máster en pactódromo.

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Por lo pronto, estamos a punto de dar un paso más en esta etapa de la historia en la que la política española lleva tiempo navegando por mares desconocidos. Nunca habíamos tenido una investidura fallida hasta que le sucedió Sánchez en 2016, nunca una moción de censura se había cargado un presidente hasta que le pasó a Rajoy en 2018 y nunca habíamos tenido en la actual democracia un gobierno de coalición. Un gobierno en el que cohabiten ministros de diferentes partidos. Pues eso puede estar también a punto de suceder.

Tanto que PSOE y Podemos llevan negociando de forma casi frenética desde el pasado sábado. Primero fueron llamadas y desde ayer reuniones muy discretas. Una inspección que no ha evitado que las fuentes consultadas deslicen que no descartan llegar a un acuerdo este mismo lunes. Y todo porque el pasado viernes alguien entró por el aro de alguien. No sabemos quién sucumbió a la estrategia de quién: si Pablo Iglesias tuvo que renunciar a ser ministro gracias al órdago de Sánchez o si fue Pedro Sánchez el que cayó en la provocación de Iglesias convenientemente cebada por personajes como Monedero, que en los días previos le habían acusado de mentir y de ser simplemente una marca de la gente que le susurra al oído en Moncloa.

¿Tenía Iglesias asumido desde hace tiempo que no sería ministro y provocó el veto de Sánchez para ahora poderle decir: “Hombre, por lo menos dame cinco Ministerios y acéptame de ministros a Irene Montero o Pablo Echenique”? ¿O esto ha sido un paripé entre los dos? Pues el tiempo dirá porque al final todo se sabe. Pero lo cierto es que a este momento nos ha traído el día actual y lo que pasó el viernes. Que no hay más vetos, que a partir de ahora sea yo el que pase al ataque y plantee mis exigencias. El Iglesias que normalmente habla con la carencia del rapero contó hasta diez y dio paso al Iglesias con tono sosegado que vimos, por ejemplo, en los debates electorales.

¿Y ahora qué? Pues se conoce que Podemos asume que el PSOE no le dará los Ministerios de Estado tipo Interior, Justicia, Defensa o Exteriores. Y dan por hecho que tendrán varios Ministerios de perfil social, mientras estarían dando la batalla con el Ministerio de Hacienda: una pieza complicada porque está en manos de María Jesús Montero, una de las mujeres fuertes del PSOE que está negociando con Carmen Calvo a la cabeza.

Lo menos complicado, dicen, y lo primero por lo que han empezado a negociar es el programa electoral. Aquí lo tenían fácil. El programa de gobierno. Lo tenían fácil porque el camino estaba hecho con el acuerdo presupuestario que firmaron en octubre y que no vio la luz porque a los separatistas, recordarán, les dio el siroco y votaron en contra provocando la celebración de elecciones. Aquel documento recogía revisión de las pensiones según el IPC, más ayuda para la dependencia, intervencionismo en el mercado del alquiler, impuestos al juego, al patrimonio y subida del IRPF para las rentas superiores a 130.000 €. En definitiva, más gasto que hay que financiar de alguna manera y más impuestos.

Aquí el problema puede venir en la elección de los nombres. Y si no hay problema lo que habrá será la contradicción, la paradoja de que Sánchez vete a Iglesias por haber hablado de presos políticos y acepten, en cambio, a gente que ha hecho y ha dicho exactamente lo mismo.

Oye, puede ser la manera de ganarse el apoyo de los separatistas catalanes que todavía están esperando a lo que escuchen hoy para decidir el sentido de su voto. Esquerra, que en esto va de la mano de Bildu, plantea como mucho abstenerse. Y Junts per Cataluña, de momento, sigue en el “no”. Si no se mueven, por más que Sánchez cierre en las próximas horas el acuerdo con Podemos y confirme el apoyo del PNV, en la votación de mañana no le alcanzaría para lograr la mayoría absoluta que se requieren. Habría que pasar a la votación del jueves. Lo más factible, donde solo necesita más síes que noes.

En ese escenario solo le podría impedir ser investido los votos en contra de todos los separatistas. Algo que parece casi imposible habida cuenta de que es el único presidente al que se le puede pasar por la cabeza indultar a los presos del 1 de octubre o, por lo menos, es el único que se ha cuidado muy mucho de descartar esa opción por más que le han preguntado. Eso es justamente lo que tiene mosqueado a Javier Maroto y al resto del Partido Popular.

De salir esto adelante quédense con un dato, con una idea. Sánchez, aún con Podemos en coalición, seguiría estando en minoría, de manera que para aprobar proyectos por mayoría absoluta seguiría necesitando a los separatistas, a la mayoría de la moción de censura.

Será interesante saber qué dicen y cómo se comportan los partidos de centro derecha ante el gobierno de izquierdas que está apunto de nacer. Los empresarios y el mundo económico en general presionaron durante muchos meses para que Ciudadanos renunciara al veto y evitara que España tuviera un gobierno meramente de izquierdas con Podemos dentro del Ejecutivo condicionando la política económica. Será interesante ver cómo Albert Rivera y Pablo Casado pugnan por liderar el centro derecha mientras justifican su veto a Sánchez. De momento, desde Ciudadanos a Edmundo Bal le inquieta tanto secretismo.

Hoy va a ser un día intenso en lo informativo. Y no solo porque comienza el pleno de investidura de Pedro Sanchez, también habrá que hacer un esfuerzo para que no se nos haga un nudo en la garganta cuando nos asomemos a un municipio de la provincia de Salamanca. Nos referimos a Alba de Tormes, convertido hoy en el símbolo del desgarro, en un ejemplo de lo que supone un día cualquiera lo que puede parecer una llamada cualquiera, pero que no lo es. De esas llamadas que te anuncian que la carretera, sin avisar, se ha llevado lo que más querías y, en ocasiones, en la flor de la vida.

Cuatro jóvenes de entre 17 y 20 años, tres chicos y una chica, son llorados hoy por sus familias y sus vecinos. Otros dos continúan graves en el hospital y, entre ellos, el conductor, cuya sangre será analizada para saber si había bebido. Los seis viajaban en un coche de 5 plazas, volvían de las fiestas de un pueblo cercano y se estrellaron contra un árbol. Lo vio un taxista que dio la voz de alarma sin saber todavía que entre las víctimas mortales estaba una sobrina segunda. La alcaldesa de Alba de Tormes hablaba con nuestros compañeros del fin de semana.

Cuando se trata de un pueblo pequeño y pasan esas cosas no hay donde refugiarse, no hay quien no conozca a una de las víctima o a alguien que las conozca. Todo el pueblo es un drama, como lo fue también el choque entre dos vehículos, uno belga y otro holandés, en la AP7, en El Campello, dirección Alicante. En total 3 muertos, entre ellos un bebé.

Y en Barcelona también hemos tenido que lamentar la muerte de un crío de 10 años. Todo en un fin de semana verdaderamente para olvidar. Este verano, por favor, mucho ojo al volante porque les puedo asegurar que odiamos contar malas noticias.

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Barbosa a las 8, lunes 22 de julio

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