Carlos Herrera, sobre los Presupuestos: "Son para una campaña electoral, para tirar la casa por la ventana"

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Señoras, señores, me alegro. Buenos días.

Hoy hablaremos mucho de Presupuestos Generales del Estado y también de la sequía. La sequía, verdad que es ese fantasma impertinente, ahí sigue, nos sobrevuelan, nos condiciona muchas cosas, nos advierte. Es un temor que pagamos a veces incluso por adelantado. Va a llover, no va a llover, se va a paliar, no se va a paliar. Harán falta algo más que rogativas, seguramente para compensar esta falta de agua.

Y va a seguir lloviendo en Levante y en Baleares. Pero hay resto de territorio que tiene reservas en pantanos y en embalses. En el 30 y poco por ciento. A eso dedicaremos hoy buena parte de nuestra programación, claro, y a contarles estos presupuestos que, como lo vengo diciendo desde las 06:00 de la mañana, ayer los conocimos o conocimos el acuerdo del anteproyecto de Presupuestos entre el Gobierno consigo mismo y como venimos diciendo, se resume en pocas cosas o en varias ideas.

Sánchez quiere que usted le pague la campaña electoral. Es una campaña electoral que va a ser inacabable, una larga campaña de publicidad, con la que Pedro Sánchez quiere llegar medio vivo a las elecciones generales del año que viene, con muchos contrastes y desde luego, con mucha segmentación de la población por nichos electorales.

Ahora, si quieren ustedes, eso se lo explico con detenimiento, pero fundamentalmente con un festival del gasto. El gran festival del gasto, de los presupuestos más gastosos de los últimos años. Más gasto público, por lo tanto, más impuesto. Más salario a los funcionarios. Mucho más gasto en pensiones. Un 8,5 lineal. Lo cual le supondrá al que tiene una pensión de 2.200 incrementar más que al que la tiene de 800.

Una decisión particularmente temeraria que hace que tanto funcionarios como pensionistas sean los dos grupos con rentas garantizadas. Esa es una parte de la segmentación de la población.

Por supuesto, abonos de tren, pagas a parturientas, a madres en general y todo ello, por supuesto, sin compensar, con ningún recorte en el gasto, por superficial que sea. Y todo eso basado en un cálculo de crecimiento que dice el gobierno va a ser del 2,1. También decía que para este año va a ser del siete y ha sido del cuatro.

Si el año que viene el crecimiento es, como advierten prácticamente todos los organismos independientes del uno coma poco por ciento, ¿de dónde sale la diferencia? Porque el gasto, y usted lo sabe muy bien en su economía particular, depende de los ingresos. Tanto ingreso, tanto puedo gastar, a no ser que quiera endeudarme y ya veremos luego eso quién lo paga.

Son presupuestos para una campaña electoral, para tirar la casa por la ventana. Vamos a ver. Apuesta por mantener una inflación disparada con la que batir el récord de recaudación. Si con la del 2022 se va a quedar con 32 mil millones de más, que no son suyos y se niega a deflactar. Para 2023 pretende aumentar otro 7.7 % de los ingresos públicos.

Apuesta por conseguir 130 mil millones con las subidas de ese impuesto al trabajo que son las cotizaciones. Y añádale a todo eso que el resto de la recaudación también la paga usted, sufriendo mucho con el IRPF de su nómina, con el IVA de la luz, el gas, el combustible, alimentos y con los impuestos especiales a las energéticas, a la banca y a los ricos para disimular y que parezca que no es usted quien realmente está pagando la fiesta.

Pero sí es usted, la inmensa clase media, la inmensa clase trabajadora, quien va a pagar esta fiesta. Fíjese si es perverso el sistema que está creando el gobierno, que lo que hace es aprovecharse como nunca de los precios de todo, de su trabajo, de las subidas de impuestos para confiscar lo que haga falta y luego le devuelve una pequeña parte del atraco para que crea usted que se lo debe a él y que si se va y entra en otro, se va a quedar con una mano delante y otra detrás.

En España, si crece lo que dice el gobierno, que habrá que verlo un 2,1, significa que no vamos a lograr recuperar los niveles de PIB previos a la pandemia y vamos a ser los únicos en Europa que seguiremos en ese vagón de cola. Pero pese a eso, España va a gastar 190 mil millones de euros en pensiones, 31.000 solo en intereses de deuda que van a subir, 20.500 en sueldos de funcionarios, 22 mil millones en subsidios de desempleo.

Solo con eso ya se gastaría la recaudación máxima a la que aspira gracias a la inflación y al insoportable esfuerzo fiscal de los contribuyentes, que son 263 mil millones. Todo lo demás que cuesta al Estado viene de deuda, déficit, fondos europeos que hasta ahora no han significado nada. Y por supuesto, ahí está el truco. Más impuestos.

Pedro gasta lo que no tiene. Lo que no debe con lo que no tiene. E intenta tenerlo aprovechándose de la ruina del resto. A ver si así le da el dinero para intentar comprarle el voto durante un año a unos cuantos colectivos y todavía queda pagar las cuentas a Podemos, que está rabiando por quedar relegado en favor de Yolanda Díaz. Pero es que ahí están Bildu, el PNV y Esquerra, que tienen la mano abierta y saben que es la última oportunidad que tienen para rascarle a este lo que puedan.

Tienen también elecciones, tienen que justificarse ante su electorado y bueno, en fin, recaudar por encima del crecimiento de la economía sólo se hace si le fríen a usted a impuestos confiscatorios. Todo lo demás que ha recaudado por la inflación, eso se va al gasto social, que dicen ellos. Y todo porque la reelección está al fondo de ella.

Una especie de, después de mí, el diluvio. Esto se va a aprobar con la factura más alta. ¿Y saben ustedes también a quién hace temblar que esta situación se dé? Pues a los presidentes, barones socialistas, que tienen que enfrentarse a las elecciones en el mes de mayo. Que están haciendo lo posible para ver cómo se buscan la vida.

Cómo salen de esta. Ayer Emiliano García-Page ya diciendo, sí también, que las rentas de menos de 30.000 le va a deflactar el IRPF, etc. De esta manera, Sánchez lo que crea son dos Españas, una España que es la que paga y otra España, la que cobra. Que es una fórmula perversa que tiene los días contados. Porque los que pagan a este paso también se van a tener que poner a la cola y extender la mano y a ver con qué dinero se paga la fiesta cuando no haya nadie ya para finalizarla.

Créanme que hasta un mono con una escopeta tiene más sentido común. En viendo esta encuestas, estas cuentas y analizadas, sin la pasión y con rigor más elemental, nos damos cuenta que estamos ante un individuo sin escrúpulos, sin ningún tipo de vergüenza.

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