Carlos Herrera: "El independentismo decide que los españolitos de a pie debemos 450 mil millones a Cataluña"
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Señoras y señores. Me alegro. Buenos días.
Es jueves, 21 de septiembre. Son las ocho de la mañana, siete en Canarias. Y hay dos nuevos detalles, dos nuevas perlas que añadir a ese rosario inacabable, esa interminable de exigencia de condiciones para que Sánchez sea presidente. O dos nuevas perlas que aclaran mucho esa investidura, el día que fracase, damos por hecho que va a fracasar o no salga adelante la de Núñez Feijóo, que parece que no va a salir adelante.
Ayer todavía, Sánchez, a estas alturas no ha mencionado la palabra amnistía, pero lo que dijo ayer en Nueva York apesta a amnistía por los cuatro costados. Pedro Sánchez vino a anunciar de manera bastante clara la decisión de ceder la amnistía que le exigen golpistas del 2017 para su investidura.
Cuando le preguntaron por el asunto, dijo que sería coherente con lo que ha hecho la pasada legislatura, es decir, indultos, eliminación de sedición, o sea, verde y con asas. Bien es verdad que para ser coherente con lo que hizo la pasada legislatura y para aprobar la amnistía, Sánchez tiene que ser incoherente con todo lo que ha dicho durante años, incluso lo que ha dicho en la última campaña electoral.
Pero bueno, ese es Sánchez, en palabras de Alfonso Guerra, del que ahora hablaremos, un disidente de sí mismo. Pero para justificar la aberración que ya tiene pactada, soltó un pedazo de animalada que demuestra, no que no tenga escrúpulos, eso ya está probado, sino que carece del menor respeto a los rudimentos básicos del Estado de Derecho.