Herrera: "El 20-N algunos iban a ver la tumba del dictador y se iban, a ver hoy con la decisión de exhumarlo"

20 nov 2018, 08:52 - 7 MIN

Señoras, señores, me alegro, ¡buenos días!

Es martes. Es 20 de noviembre. Se han producido noticias en las últimas horas que alteran el relato que durante toda la mañana veníamos realizando acerca de la actualidad del día de ayer. El primero es el desprendimiento de tierra que ha provocado el descarrilamiento de un tren de cercanías en la línea 4 de Barcelona a la altura de Vacarisas. Hay al menos un muerto y cinco heridos leves y los equipos de emergencia están tratando de desalojar a los viajeros que permanecen dentro del tren como nos explicaba hace unos minutos en este programa Antonio Carmona, portavoz de Renfe en Cataluña. Está cortada la circulación entre Tarrasa y Manresa. Renfe va a disponer de unos autobuses para acabar de poder llevar a la gente a donde fuera.

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Bueno, la noticia se la contábamos hace escasamente media hora porque este programa, la Cadena COPE ha tenido acceso a la nota que ha firmado Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda del Supremo. Saben ustedes que Manuel Marchena está llamado a ser presidente del Supremo y del Poder Judicial en virtud de la negociación que han realizado Partido Socialista y Partido Popular en ese reparto de vocalías que han realizado en los últimos días.

Bueno, los vocales son los que teóricamente tienen que elegir al presidente. No darle a los vocales el presidente como electo. Ello con otras circunstancias que ahora les cuento ha hecho que Marchena escriba esta nota que tengo yo delante. Tribunal Supremo, Sala Segunda, Manuel Marchena: “Las noticias divulgadas en los últimos días acerca de mi hipotética designación como presidente del Supremo y del Poder Judicial me obliga a hacer las siguientes precisiones: Jamás he concebido el ejercicio de la función jurisdiccional como un instrumento al servicio de una u otra opción política para controlar el desenlace de un proceso penal. Segundo, mi trayectoria como magistrado ha estado siempre presidida por la independencia como presupuesto de legitimidad de cualquier decisión jurisdiccional. Tercero, el examen de las resoluciones que durante estos años ha dictado como magistrado del Supremo, de forma especial como presidente de la Sala de admisión de las causas de aforados, es la mejor muestra de que jamás he actuado condicionando la aplicación del decreto de la opción política del querellado o denunciado. Y cuarto, y este es el punto importante, por todo ello anticipo públicamente mi decidida voluntad de no ser incluido, para el caso en que así fuera considerado, entre los candidatos al puesto del presidente del Supremo y del Poder Judicial”.

Es decir, dicho en resumen rápido, Manuel Marchena renuncia a ser presidente del Supremo y del Poder Judicial. ¿Eso qué más quiere decir? Que si no hay cambio no previsto, Manuel Marchena seguirá siendo presidente del tribunal que va a juzgar a los golpistas del 1 de octubre en la vista oral que ha de comenzar a 2 meses vista tal vez. Quizá antes, no lo sé. No tengo información. Seguirá, por lo tanto, si es que no renuncia a ello también, que no creo, y no presidirá el Supremo, con lo cual ahora toca volver a establecer una negociación que esperemos sea algo más “polite” entre los dos grandes partidos para ver quién preside la Sala.

Muchos hemos mantenido que era una negociación paradójica, cuando menos, por cuanto daba toda la impresión de que el Partido Socialista se había llevado el gato al agua. En el Partido Popular no estaban descontentos porque preferían a José Ricardo De Prada en el interior del Consejo que por ahí dictando sentencias en tribunales. Y segundo, porque la adscripción mayoritaria algunos miembros del llamado bloque progresista era más ambigua o era más... Total, en una palabra, que creían que habían hecho un buen negocio con la colocación, además, de Marchena, que es un magistrado en el que confían.

Pero, efectivamente, esto ha sido muy señalado. Señalar mucho a Marchena. Entre otras cosas, esto se ha salido después de que hayan circulado, se hayan hecho públicos, algún WhatsApp del portavoz del Grupo Popular en el Senado, el señor Cosidó, lo publicó 'El Español', en el que se jactaba del logro del dominio político sobre el Poder Judicial. “Ha sido una buena jugada porque, además, tenemos un presidente excepcional que, por otra parte, está controlando la Sala Segunda desde atrás”.

De ahí, posiblemente, más otras consideraciones, que Marchena haya dicho que no, con lo cual queda la cosa.... Ahora ya veremos en dónde está, en dónde están las cosas. Puede ser que se quede en la Sala Segunda o puede ser que se quede como vocal porque eso no lo dice Manolo Marchena y tampoco se me pone al teléfono, pero... Vamos, ni a mí ni a nadie. Yo voy a insistir, claro. Señoría, yo creo que esto habría que aclararlo si a usted le parece bien. ¿Nos quedamos como vocales? ¿Nos quedamos en la Sala Segunda? ¿Esto que reequilibrio precisa? Bueno, es noticia de alcance de este 20 de noviembre que le ha adelantado este programa, la Cadena COPE.

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«El 20-N algunos iban a ver la tumba del dictador y se iban, a ver hoy con la decisión de exhumarlo»

Hoy un día en el que venimos hablando de muchas cosas. Un día 20 de noviembre en el que hace, ¿pues cuántos años del 75 aquí? ¡Fíjense ustedes! Este 20 de noviembre, los 20 de noviembre cuando había muerto Franco, unos cuantos, de los pocos que van quedando, pues van el Valle de los Caídos, veían la tumba del dictador y se iban. Con la exhumación y con todo el aparataje que han puesto en marcha todos estos de este Gobierno ya verán ustedes cómo estará hoy el Valle de los Caídos, si es que no cortan el acceso.

Miren, queridos niños, hace muchos años murió una persona que tuvo un final, un proceso tráfico, eh. Tremendo, dramático si me permiten. Y fueron horas, además de crueles, muy importantes en España, con mucha... Sobre las que se ha escrito muy mucho: el marqués de Villaverde, el yerno del general Franco que había sustituido a Vicente Gil como su médico de toda la vida por el doctor Pozuelo, acabó enfrentándose también con el doctor Pozuelo. ¿Por qué? Porque esta desesperada lucha para mantener con vida a Franco, cuando se sabía que todo era imposible, hasta el doctor Hidalgo Huerta se negó a operarle por última vez como le pedía Martínez Bordiú. Pues porque quería mantenerlo con vida hasta el día 26 porque el día 26 de noviembre era cuando cesaba Alejandro Rodríguez de Valcárcel como presidente de las Cortes y del Consejo del Reino. Si Franco estaba con media vida y podía firmar un decreto según el cual prórrogaba su nombramiento, lo que hacía era asegurarle a toda la camarilla franquista que ahí lo que iba a haber era un presidente de Gobierno de su confianza.

Y el Rey, mientras tanto, lo que estaba intentando es que su hombre de confianza, Torcuato Fernández Miranda, estuviera en ese capítulo de decisiones. ¿Por qué? Porque el Consejo del Reino preparaba una terna sobre la que tenía que basarse el jefe del Estado para nombrar presidente del Gobierno. Y Juan Carlos le dijo a Torcuato: “¿Tú quieres ser presidente del Gobierno o presidente de las Cortes?” Y Torcuato le dijo: “Hombre, a mí lo que me gustaría ser presidente del Gobierno, pero yo creo que a Su Majestad le voy a hacer mucho más útil siendo presidente de las Cortes y del Consejo del Reino” como efectivamente fue. Aquella frase de Torcuato: “Estoy en condiciones de darle al Rey lo que el Rey me ha pedido”, que era el nombre de Suárez dentro.

Y mientras tanto, fíjense lo difíciles que eran aquellos días, Arias Navarro, al que el Rey calificaba como desastre sin paliativos, Arias Navarro le presentó la dimisión con Franco hibernado. ¿Por qué? Pues porque el Rey, entonces príncipe, había enviado al general Díez-Alegría, en consonancia, bueno, y sabiendo los jefes de Estado Mayor, a hablar con su padre don Juan para que durante esos días don Juan no se presentara en España, no liara, no emitiera comunicados. Y cuando se entera Arias Navarro va y le dice al príncipe, le da dos golpecitos en la rodilla, y le dice: “Si quiere usted, alteza, un Gobierno de militares, nombre a Pita da Veiga y verá lo bien que se lo va a pasar porque yo dimito”. ¡Menudo momento! Finalmente, lo reconsideró, pero fueron días muy complicados. Muy difíciles.

Cuando muere Franco a las 3:50, aunque se reconoce la muerte porque finalmente Vital Aza le hace unos últimos masajes cardíacos a las 5:15, se avisa al príncipe de España y se le dice: “Acaba de morir Franco”. El príncipe de España dice: “Bueno, voy para La Paz”. “No, no, no, no, venga aquí”. “Pero bueno, como que no...” “Ya cuando esté en El Pardo”. El príncipe se enfada, llama a su gabinete y le dice: “Me despertáis a las 7:30”. Y, efectivamente, a las 7:30 lo despertaron, se vistió y con la reina, por la carretera interior de la Zarzuela que llega hasta El Pardo, llegaron al palacio. Bueno, cosas del pasado, cosas de la historia, cosas que hay que recordar.