'Herrera a las 8' desde Ascó
"Quienes decían 'España nos roba', dejarán una Cataluña arruinada"
La fuga de empresas ante una posible independencia, en el editorial de Carlos Herrera
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Señoras, señores. Me alegro. ¡Buenos días!
Bienvenidos a un miércoles, 18 de octubre de 2017.
Si uno se asoma a las ventanas de este edificio, porque una central nuclear también tiene ventanas, verá un día de otoño. Y esto lo verán en todo el territorio nacional a excepción de Canarias. Es otoño y por tanto bajan las temperaturas.
Nosotros nos hemos venidos a Ascó, provincia de Tarragona, en la Ribera del Ebro, a esta central nuclear de Ascó que como saben ustedes, allá por los principios de los 80 comenzó a arrancar y desde los 80 a través de inversiones en función de lo que la tecnología ha ido administrando a lo largo de este tiempo, hoy en día es una de las fundamentales generadoras de electricidad, para que España, la cuarta factura eléctrica de Europa tenga garantizado el suministro. Un suministro bien atado por diversos canales: térmicas, termosolares, hidroeléctricas, renovables y nucleares. Una de cada cuatro bombillas se enciende con la energía que libera las centrales nucleares en España, que son energía fiable y segura.
Por cada 100 euros que se invirtieron en las centrales nucleares en su construcción en los últimos 20 años, se han invertido otros 60 en modernización y en actualización.
Luego os vamos a explicar cómo funciona, pero la única diferencia es cómo se genera el calor, que se produce a través de la fusión del uranio. Uranio, que es un producto con un poder eléctrico muy alto. Esto lo pones en la tostada y sales disparado para la calle. Un solo gramo de este uranio es capaz de producir la energía de 4 bares, para que vean ustedes.
La mañana, bien, muy interesante. Primero con los fuegos de Galicia y Asturias que ya no amenzan zonas habitadas. La muerte de cuatro personas y desaparición de decenas de miles de hectáreas.
La carbonización de la política española, también cabronización. Ayer, miles de personas se manifestaban en Barcelona, con velas, y han dejado la Diagonal que parece la calle Sierpes después de un Viernes Santo. Era intransitable con tantos cirios. Sigue cortada, parece que la están limpiando.
La cabronización y carbonización de la política en Cataluña, ayer llevó a miles de personas a protestar por la encarcelación de los famosos 'jordis'. Se habla de presos políticos, con esa frivolidad con la que se vanaliza en el lenguaje. Es imposible hablar de presos políticos en España. Este es el lenguaje que utiliza el independentismo catalán y Podemos, que cada día están más identificados.
Estos señores están en la cárcel porque un juez ha decidido que actuaron en contra de lo que el código penal señala como delito. Y están de forma preventiva en prisión. Podrían no estarlo. Pero el juez ha considerado eso. Pero hoy el comentario en todas las tribunas es el pésimo negocio que está haciendo Cataluña con esta aventura.
Cuando se restituyan legalidades, cuando se normalice la situación, cosa que cuesta ver pero que llagará, las cicatrices dejadas en el campo de batalla van a ser muy duras, especialmente en el económico.
Hasta la SEAT ha retrasado la presentación de un coche por la inestabilidad económica. Dicen los expertos que van a hacer falta cinco años para normalizar la situación.
Cojo la portada del ABC. 'Salida de empresas de Cataluña, caída en venta de coches en Barcelona entre el 30 y el 40 por ciento. Descenso de la actividad turística. Previsión de menores ingresos en turismo, unos 1.200 millones de euros menos'.
Todos los que se llenaban la boca de España nos roba, lo único que van a dejar es una Cataluña arruinada.
También, un empresario muy trabajador como el que regenta una administración de Lotería, La Bruixa d'Or (la bruja de oro), se va a Navarra. Factura 100 millones de euros. Vende mucho volumen, por tanto da más premios. Promociona bien su trabajo. Está en un pueblo que se llama 'Suerte'. Y empiezan a decir bulos sobre él que es independentista. Y no, es muy español. Pues recibe amenazas todos los días. Y no pone en peligro su trabajo, se va.
SegurCaixa ha rescindido todos los contratos de seguridad civil con la Generalidad. Dicen que han cambiado las condiciones. Y así hasta la náusea. En fin. Comenzamos a las seis de la mañana en este día atómico, y estaremos aquí hasta la una de la tarde. Es un programa exótico, pero tiene su interés”.