Sergio Barbosa: "Sánchez no disipa su imagen de que hace sólo lo que le conviene"
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Ya lo dice el refrán: "En abril, lluvias mil". Pero claro, uno se acuerda del sol que hizo en marzo y ya es mala leche que se haya puesto a llover para estropear justo el momento más importante de la Semana Santa. Ayer ya hubo que cancelar algunas procesiones y muchos paseos marítimos estaban más mustios que otra cosa. Hoy desde luego el mapa del tiempo no engaña. Lluvias en casi toda España, especialmente fuertes en el centro peninsular y la Comunidad Valenciana. Bajan las temperaturas en todo el país, salvo Baleares, Canarias y Galicia.
En lo que miramos al cielo, también habrá que comentar las cosas terrenales. Porque el culebrón de debatir en tiempos electorales o el increíble caso del debate menguante está de lo más interesante. De hecho, a los guionistas se les ha ido tanto la mano que hasta cuesta seguir el hilo argumental. Donde iba a haber un debate a cinco hubo un debate a cuatro. Y ahora corre el peligro de ser un debate a tres, a tres y media o que no se haga. Donde había un canal privado satisfecho, ahora hay uno bastante indignado. Y donde había una televisión pública despechada, ahora hay una televisión pública que se da por satisfecha. Y en la mitad del escenario Pedro Sánchez, que con todo este sainete puede que no haya contribuido a disipar su imagen de persona que va a la suyo y que en cada momento hace, o así le acusan, principalmente lo que le conviene a él. Porque con la matraca que dieron en TVE con los viernes negros y con desterrar a todo lo que oliera a TVE, resulta que Pedro Sánchez les dejó tirado porque Atresmedia le propuso un debate con Vox. Que es lo que a él le interesaba. Y después de comprometerse con Atresmedia, como la Junta Electoral les ha prohibido votar a Vox. Sánchez, en vez de darle un poco de apuro dejarles tirado con el debate anunciado y preparado, coge y se borra tan ricamente pero sin pestañear. Porque puestos a hacer un debate a cuatro, pues mejor en TVE que por lo menos le ofrece un debate más tasado y controlado. Menos peligroso que el de la privada. Total, que nadie acaba de estar a gusto con Sánchez mientras en el Gobierno, entre los suyos, intentan justificarlo.
Atresmedia mantiene su oferta de debate a cuatro para el martes 23. Casado, Rivera e Iglesias han hecho posiblemente lo más inteligente o lo más pragmático: mantenemos el debate en la privada para no quedar mal y nos apuntamos también al de la pública para tener el privilegio de debatir con Sánchez. De hecho, a PP y Cs ya les viene bien porque debaten con Sánchez sin distraerse de los ataques de Vox. Porque esa era la idea original de Sánchez: Ver como Casado y Rivera veían reducida su artillería contra él por tener que defenderse del que se iba a pasar en ese debate diciendo lo de "derechita cobarde", "naranja veleta" y mientras tanto Sánchez contempleando la escena desde su atril como diciendo: "ay ay ay, qué ultraderechistas sois. No como yo, que soy un moderado. Haz que pase". Problema: que Sánchez se ha puesto a enredar con la fecha para neutralizar la fecha de atresmedia. No quiere dos debates y que en uno esté su atril vacío. Así que ahora sale con que sólo tiene disponible la fecha del 23. Una excusa de mal pagador que ha enfadado a todos, incluido a Pablo Iglesias. Hay que recordar que TVE ofreció en un primer momento el lunes 22. Y a eso se agarran los candidatos de la oposición para decir que es posible debatir el 22 y también el 23. Y ya para acabarlo de liar, Casado insiste en un cara a cara y en un todos contra todos.
A todo esto, el que se ha llevado un buen fiasco es Puigdemont. El Parlamento Europeo le ha venido a decir que por aquí se va a Madrid. Casi literalmente. Porque la Eurocámara ha dejado claro que si quiere tomar posesión como diputado europeo y quiere gozar de la inmunidad parlamentaria, tendrá que venir a a Madrid a recoger el acto. Y si viene, tiene todas las papeletas para ser detenido. Porque es el cabecilla de un golpe separatista por el que están siendo juzgados sus compañeros de aventura. Ellos no salieron zumbado en el maletero de un coche.
Y luego los hay que también salieron por patas y ahora están precisamente enseñando la patita. Por ejemplo, Marta Rovira. La que se puso a llorar como una magdaelan cuando comenzaron los problemas judiciales para los suyos. Va a recibir a ese hombre de paz que responde al nombre de Arnaldo Otegi para firmar en Ginebra la alianza entre Bildu y ERC. Los proetarras no esconden su objetivo: quieren que ese grupo sustituya en el tablero político español lo que siempre han representado PNV y Convergéncia. Ahora quieren ser ellos, dicen, los que condicionen los gobiernos de Madrid. Unos movimientos con los que se entiende mejor cómo se ha radicalizado una parte de la sociedad catalana. Solo hay que ver el ambiente que se respira en lugares como la Universidad Autónoma de Barcelona. La Fiscalía ha decidido el acoso que sufrió Cayetana Álvarez de Toledo en esa Universidad. Además, la Fiscalía ha recibido la visita de Albert Rivera y Maite Pagaza para denunciar otro acoso: el que sufrieron en Rentería.
Como les venimos comentando, está el ambiente caldeado pero siempre hay que confiar en el sentido común de la sociedad española. Como toca confiar en las fuerzas de seguridad, que velan todos los días y a todas las horas por nuestra seguridad. Es un trabajo sordo que no se aprecia y que a veces no se valora lo suficiente. En las últimas horas, hemos sabido que la semana pasada fue detenido en Marruecos un joven de 23 años. Resulta que era estudiante de la Universidad de Sevilla. Y tenía un piso con la capital hispalense donde vivía junto al resto de su familia. Bueno, tan integrado estaba que al parecer había solicitado trabajar como voluntario para cuidar a ancianos. Y lo habían seleccionado. Pues mientras cuidaba a gente mayor, al mismo tiempo tenía la firme intención de seguir los dictados del Estado Islámico y atentar en Sevilla durante la Semana Santa. Nunca se sabe donde puede esconderse el mal, pero al menos siempre nos quedará el buen trabajo de la Policía y la colaboración de otros países para frenar a esos psicópatas. De momento, Sevilla está siendo vigilada por un dispositivo especial de 1.700 agentes, mientras se descartan que hayan células durmientes en nuestro país. Eso no quita para que haya que vigilar a yihadistas que puedan llegar de fuera y se puedan colar.
Y esta mañana, mientras nos cobijamos de la dichosa lluvia que regará este Jueves Santo, miramos a París, a Portugal o a Perú. Pero sin olvidarnos de Málaga. De Málaga y de su mar. Porque a orillas de ese mar ha muerto el último de una estirpe. Manuel Alcántara, poeta y maestro de periodistas. Un hombre que cambió el columnismo en España. Un hombre que aunaba literatura y periodismo. Herrera no ha querido dejar pasar la ocasión para despedirse del gran maestro.
Descanse en paz, el maestro Alcántara.