"En 2050 el espesor de la nieve en los Pirineos se habrá reducido a la mitad"
El aumento más de 1 grado de la temperatura y la falta de precipitaciones afectará a la flora, la fauna y las reservas de agua.
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El aumento de 1,2 grados en la temperatura media de los Pirineos durante los últimos 50 años hace prever que la cordillera pierda la mitad de su nieve antes de 2050 y, si no se actúa antes, incluso el 80 por ciento antes de finales de siglo.
Es una de las principales conclusiones del informe "El cambio climático en los Pirineos: impacto, vulnerabilidades y adaptación", que han redactado más de 100 expertos procedentes de España, Francia y Andorra para el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático (OPCC).
El panorama es desalentador habida cuenta del aumento de temperatura media en la gran cordillera, que ha sido de 1,2 grados durante los últimos 50 años mientras que la media mundial ha sido de 0,85 grados más, por lo que el calentamiento de los Pirineos viene a ser un 30 por ciento más acusado.
La mitad de los glaciares de los Pirineos han desaparecido, lo que lleva a escasez y variabilidad de la disponibilidad hídrica como uno de los problemas socioeconómicos más importantes derivados del cambio climático en los Pirineos, ya que se reduce el agua disponible para la generación de energía hidroeléctrica y para los cultivos de secano, que se ven más afectados por las plagas. "No está claro el régimen de precipitaciones que vamos a tener, cuánto se van a reducir, pero sí que aumenta la variabilidad anual muy importante, puede que haya años que nieve mucho y otros en los que no nieve. Por tanto hay que planificar mucho, tomar medidas urgentes de adaptación y tomar en cuenta el cambio climático a futuro en cualquier política sectorial que ya exista" insiste Idoia Arauzo coordinadora del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático.
Esa variabilidad del clima provoca un incremento de los riesgos naturales, como deslizamientos de tierras, desprendimientos, aludes, inundaciones e incendios forestales, así como episodios de sequía y lluvias torrenciales cada vez más intensos con sus consecuencias irreversibles para la fauna y flora de la región. Cambios que van a llevar a una falta de sincronía entre especies que dependen las unas de las otras, como los insectos polinizadores y las plantas. Efectos muy negativos no solo económicos, porque "al margen del turismo, para los ecosistemas alpinos, hay plantas adaptadas a la nieve, hay especies endémicas de los Pirineos como la perdiz nival ( Lagopus muta pyrenaica ) que ha desarrollado un plumaje específico tirando a blancos para estar disimulada en un ambiente de nieve y si no hay nieve este tipo de animales no estarían en su zona de confort y sufriríamos una pérdida de habitar de biodiversidad" advierte Idoia Arauzo.
Los Pirineos tienen "fiebre" y "es un síntoma de que algo está pasando", apunta la coordinadora del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático, quien también ha detallado los diez desafíos del cambio climático en los Pirineos que se deducen del informe, entre ellos preparar a la población ante los extremos climáticos, reforzar la seguridad ante los riesgos naturales y acompañar a la población ante las sequías.
Asegurar la calidad de las aguas, mantener el atractivo turístico del Pirineo, enfrentarse a los cambios en la productividad y calidad de los cultivos, prever los cambios irreversibles en el paisaje y la posible pérdida de biodiversidad, adaptarse a los desequilibrios entre oferta y demanda energética y hacer frente a la propagación de plagas completan la lista de desafíos.